Jeremías 17, 5-10

Jeremías 17, 5-10

Así dice Yahvé: Maldito quien se fía del hombre, y hace de la carne su apoyo, y de Yahvé se aparta en su corazón. 

Es como el tamarisco en la Arabá, y no verá el bien cuando viniere. Vive en los sequedales del desierto, en saladar inhabitable.

Bendito quien se fía de Yahvé, pues no defraudará Yahvé su confianza.
Es como árbol plantado a la vera del agua, que junto a la corriente echa sus raíces. No temerá cuando viene el calor, y estará su follaje frondoso; en año de sequía no se inquieta ni se retrae de dar fruto.
 El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce?
 Yo, Yahvé, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.

Acerca del autor

Temas relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.