El Gaudium pública está semana:EL ABORTO PROVOCADO ¡SIGNO DE MUERTE!

El Gaudium pública está semana:EL ABORTO PROVOCADO ¡SIGNO DE MUERTE!

EL ABORTO PROVOCADO ¡SIGNO DE MUERTE!

Sábado 7 de Augosto de 2010 por Dr. Jose Silvestre Lopez Saldaa ·

Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado”(Jr. 1,5),. Estas palabras adquieren toda su riqueza de significado cuando se piensa que Dios interviene directamente en la creación del alma de cada nuevo ser humano.

A nadie le pasa inadvertido, que en el contexto cultural actual se hallan presentes diversas corrientes de pensamiento que tienden, a negar la existencia misma de una naturaleza humana o de la capacidad de conocerla, con la consecuencia de que no admiten que la dignidad de la persona tiene un valor incondicional e incomparable del que no se puede disponer, especialmente al inicio y al final de la vida humana, cuando necesita más cuidados y protección.

Aunque falten enseñanzas explícitas sobre los primeros días de vida de la persona concebida, la Sagrada Escritura quiere mostrar el amor de Dios a cada ser humano aún antes de su formación en el seno de la madre.

El amor de Dios no hace diferencia entre el recién concebido, aún en el seno de su madre, y el niño o el joven o el hombre maduro o el anciano. No hace diferencia, porque en cada uno de ellos ve la huella de su imagen y semejanza (cf. Gn 1,26). La vida humana siempre es un bien, puesto que “es manifestación de Dios en el mundo, signo de su presencia, resplandor de su gloria” (Evangelium vitae,34).

Al hombre se le dona una altísima dignidad, que tiene sus raíces en el íntimo vínculo que lo une a su Creador: en todo hombre, en cualquier fase o condición de su vida, resplandece un reflejo de la misma realidad de Dios. Por eso el Magisterio de la Iglesia ha proclamado constantemente el carácter sagrado e inviolable de toda vida humana, desde su concepción hasta su fin natural (cf. ib., 57). Este juicio moral vale ya al comienzo de la vida de un embrión, incluso antes de que se haya implantado en el seno materno, que lo custodiará y nutrirá durante nueve meses hasta el momento del nacimiento: “La vida humana es sagrada e inviolable en todo momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento” (ib., 61).

Por el contrario, repetidamente, se asiste a un cambio progresivo del valor de la vida humana, marcado por una manipulación de la mentalidad del derecho a la libertad individual, por el que hay muchas formas de atentados contra la vida naciente que «presentan caracteres nuevos respecto al pasado, y suscitan problemas de gravedad singular, por el hecho de que tienden a perder, en la conciencia colectiva, el carácter de “delito” y a asumir paradójicamente el de “derecho”» (Evangelium vitae, 11).

Una parte de la opinión pública, partiendo de ese presupuesto, considera incluso que el Estado no sólo debe renunciar a castigar esos actos, sino que debe garantizar su práctica libre, también con el apoyo de sus instituciones y se tienda a disimular algunos delitos contra la vida naciente con expresiones médicas, que tengan una aparente validez desde el punto de vista legal, pero no moral, para justificar sus acciones tal como sucedió en la aprobación de la interrupción legal del Embarazo en la Ciudad de México D.F. aprobada el 4 de mayo de 2007 y en la Gaceta Oficial del Distrito Federal en su artículo tercero dice : Para efectos de los presentes Lineamientos se entenderá por: I. Interrupción legal del embarazo. – Procedimiento que se realiza hasta la décima segunda semana de gestación y Aborto es la interrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación. Para los efectos de este Código, el embarazo es la parte del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en el endometrio (útero).

Sin embargo la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993, señala claramente:

4.2 Embarazo normal: Es el estado fisiológico de la mujer que se inicia con la fecundación y termina con el parto y el nacimiento del producto a término.

4.6 Aborto: Expulsión del producto de la concepción de menos de 500 gramos de peso o hasta 20 semanas de gestación.

Lo que considero en forma personal una falta de respeto, por llamarlo de alguna manera, a la comunidad médica en su preparación científica, académica y de conocimientos, pero aun más lamentable, que los colegios o asociaciones médicas, no hayan tenido alguna declaración al respecto.

Sin que además existan evidencias científicas que apoyen lo establecido en la Gaceta Oficial del D.F.; ya que el aborto provocado no logra el bienestar físico, mental y social de la mujer, como lo menciona en Dr. Eduardo Gayón-Vera, en su artículo “Evidencias científicas en torno a la legalización del aborto en la Ciudad de México” (Rev. Ginecología y Obstetricia Vol. 78; Marzo 2010).

En el Código Civil Federal, en el Libro Primero de las Personas Titulo Primero de las Personas Físicas en el Artículo 22 y el Código Civil para el Estado de Guanajuato que en el Libro Primero de las personas. Título Primero de las Personas Físicas en el artículo 20, expresan: La capacidad jurídica de las personas físicas se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le tiene por nacido para los efectos declarados en el presente código.

Por lo que resulta paradójico que por un lado es legal la interrupción del embarazo hasta las doce semanas y por otro se señala que desde el momento de la concepción queda bajo la protección de la ley y se tiene considerado como nacido.

Por lo que se supone cambian definiciones y conceptos médicos en relación específicamente en lo que atañe a este tema y tienden a desinformar el hecho de estar en juego el derecho de un ser humano en su estadío inicial.

Desde el punto de vista científico, hay numerosos aportes tal como lo demuestra Langman en su libro Fundamentos de Embriología Médica 2006, donde señala que la formación de los órganos comprende las primeras ocho semanas del embarazo.

Al final de este tiempo mide alrededor de tres cm. y pesa 10 gr .Y nos define con claridad como crece un embrión desde una sola célula (cigoto) hasta casi un organismo completo en ocho semanas, y entre otras aspectos menciona que la división de las células en el embrión son de solo cuatro horas, de modo que en un día se pueden incrementar unas treinta y dos el número de células (pág.2).

Lo que confirma que existe, una nueva vida que no es la del padre ni de la madre, un ser humano que se desarrolla por sí mismo y que solo necesita tiempo para crecer en forma continua, gradual y ascendente.

El valor de la vida humana en cualquier etapa de su existencia, es un valor universal, independientemente del nivel social, económico, de ideologías y profesión de creencias religiosas. Hay una ley natural inscrita en el corazón de las personas, cuando la madre en las primeras semanas de gestación, acude con el especialista a control prenatal, y se le realiza un ultrasonido, no le pregunta cómo está el cúmulo de células o su embrión, le pregunta como está su niño ó su bebé, para los padres en esa etapa de su existencia, ya es una persona.

Se podrán cambiar los términos, el lenguaje, se intentará confundir de que es legal el aborto provocado, tratar de convertir la mentira en verdad, pero en el fondo la esencia y el hecho es el mismo, se termina con la vida de un ser débil, inocente e indefenso, confiado totalmente a la protección y al cuidado de la mujer que lo lleva en su seno.

Los creyentes en Cristo deben, de modo particular, defender y promover este derecho,: « El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre ».En efecto, en este acontecimiento salvífico se revela a la humanidad no sólo el amor infinito de Dios que « tanto amó al mundo que dio a su Hijo único » (Jn 3,16), sino también el valor incomparable de cada persona humana.( Evangelium vitae, 2).

Podrán callar el llanto de un niño, y apagar la sonrisa de una madre, pero nunca podrán callar las conciencias, porque en lo más profundo de los corazones resonará la voz de Dios que dice: “¿Acaso olvida una madre a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, Yo no te olvidaré (Is.49, 15).

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