Evangelio según San Marcos: La pasión de Nuestro Señor Jesucristo caps 14 y 15. 2a Parte 14,43-72;15,1-20. Aprensión de Jesús, “Juicio”,Negación de Pedro, Jesús ante Pilatos, Coronación de espinas. Domingo de Ramos 1 de Abril de 2012

Evangelio según San Marcos: La pasión de Nuestro Señor Jesucristo caps 14 y 15. 2a Parte 14,43-72;15,1-20. Aprensión de Jesús, “Juicio”,Negación de Pedro, Jesús ante Pilatos, Coronación de espinas. Domingo de Ramos 1 de Abril de 2012


Evangelio según San Marcos:
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. cpas 14 y 15. Segunda Parte 14,43-72;15,1-20 La Aprensión de Jesús, “Juicio”, la negación de Pedro, Jesús ante Pilatos, La Coronación de Espinas. Domingo de Ramos 1 de Abril de 2012.

DETÉNGANLO Y LLÉVENLO BIEN SUJETO.

Jesús estaba aún hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce; lo acompañaba un buen grupo de gente con espadas y palos, enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los jefes judíos.
 El traidor les había dado esta señal: “Al que yo dé un beso, ése es; deténganlo y llévenlo bien custodiado.
 Apenas llegó Judas, se acercó a Jesús y le dijo: “¡Maestro, Maestro!” Y lo besó.
 Ellos entonces lo tomaron y se lo llevaron arrestado.
 En ese momento uno de los que estaban con Jesús sacó la espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote cortándole una oreja.
 Jesús dijo a la gente: “A lo mejor buscan a un ladrón y por eso han salido a detenerme con espadas y palos.
 ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes enseñando en el Templo? Pero tienen que cumplirse las Escrituras.
 Y todos los que estaban con Jesús lo abandonaron y huyeron.
 Un joven seguía a Jesús envuelto sólo en una sábana, y lo tomaron;”
 pero él, soltando la sábana, huyó desnudo.

¿ERES TÚ EL MESÍAS, EL HIJO DE DIOS BENDITO?

 Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y todos se reunieron allí. Estaban los jefes de los sacerdotes, las autoridades judías y los maestros de la Ley.
 Pedro lo había seguido de lejos hasta el patio interior del Sumo Sacerdote, y se sentó con los policías del Templo, calentándose al fuego.
 Los jefes de los sacerdotes y todo el Consejo Supremo buscaban algún testimonio que permitiera condenar a muerte a Jesús, pero no lo encontraban.
Varios se presentaron con falsas acusaciones contra él, pero no estaban de acuerdo en lo que decían.
 Algunos lanzaron esta falsa acusación:
 Nosotros le hemos oído decir: Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días construiré otro no hecho por hombres.
 Pero tampoco con estos testimonios estaban de acuerdo.
 Entonces el Sumo Sacerdote se levantó, pasó adelante y preguntó a Jesús: “¿No tienes nada que responder? ¿Qué es este asunto de que te acusan?”
 Pero él guardaba silencio y no contestaba. De nuevo el Sumo Sacerdote le preguntó: “¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios Bendito?”.
 Jesús respondió: “Yo soy, y un día verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha de Dios poderoso y viniendo en medio de las nubes del cielo.
El Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras horrorizado y dijo: “¿Para qué queremos ya testigos?”
Ustedes acaban de oír sus palabras blasfemas. ¿Qué les parece?” Y estuvieron de acuerdo en que merecía la pena de muerte.
 Después algunos empezaron a escupirle. Le cubrieron la cara y le golpeaban antes de decirle: “¡Hazte el profeta!” Y los policías del Templo lo abofeteaban.

NO CONOZCO A ESE HOMBRE DEL QUE USTEDES HABLAN

Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, pasó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote.
 Al verlo cerca del fuego, lo miró fijamente y le dijo: “Tú también andabas con Jesús de Nazaret.
 El lo negó: “No lo conozco, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal.
 Pero lo vio la sirvienta y otra vez dijo a los presentes: “Este es uno de ellos.
 Y Pedro lo volvió a negar. Después de un rato, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: “Es evidente que eres uno de ellos, pues eres galileo.
 Entonces se puso a maldecir y a jurar: “Yo no conozco a ese hombre de quien ustedes hablan.
 En ese momento se escuchó el segundo canto del gallo. Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: “Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres”, y se puso a llorar.

¿QUIEREN QUE LES SUELTE AL REY DE LOS JUDIOS?.

 Muy temprano, los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la Ley (es decir, todo el Consejo o Sanedrín) celebraron consejo. Después de atar a Jesús con cadenas, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
 Pilato le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús respondió: “Así es, como tú lo dices.
 Como los jefes de los sacerdotes acusaban a Jesús de muchas cosas,
 Pilato volvió a preguntarle: “¿No contestas nada? ¡Mira de cuántas cosas te acusan!”
 Pero Jesús ya no le respondió, de manera que Pilato no sabía qué pensar.
 Cada año, con ocasión de la Pascua, Pilato solía dejar en libertad a un preso, a elección del pueblo.
 Había uno, llamado Barrabás, que había sido encarcelado con otros revoltosos por haber cometido un asesinato en un motín.
 Cuando el pueblo subió y empezó a pedir la gracia como de costumbre,
 Pilato les preguntó: “¿Quieren que ponga en libertad al rey de los judíos?”
 Pues Pilato veía que los jefes de los sacerdotes le entregaban a Jesús por una cuestión de rivalidad.
 Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que pidiera la libertad de Barrabás.
 Pilato les dijo: “¿Qué voy a hacer con el que ustedes llaman rey de los judíos?”
 La gente gritó: “¡Crucifícalo!”
 Pilato les preguntó: “Pero ¿qué mal ha hecho?” Y gritaron con más fuerza: “¡Crucifícalo!”

 

LE PUSIERON UNA CORONA DE ESPINAS

Pilato quiso dar satisfacción al pueblo: dejó, pues, en libertad a Barrabás y sentenció a muerte a Jesús. Lo hizo azotar, y después lo entregó para que fuera crucificado.
 Los soldados lo llevaron al pretorio, que es el patio interior, y llamaron a todos sus compañeros.
 Lo vistieron con una capa roja y le colocaron en la cabeza una corona que trenzaron con espinas.
 Después comenzaron a saludarlo: “¡Viva el rey de los judíos!”
 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y se arrodillaban ante él para rendirle homenaje.
 Después de haberse burlado de él, le quitaron la capa roja y le pusieron de nuevo sus ropas.

LLEVARON A JESÚS AL GÓLGOTA.

En ese momento, un tal Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, volvía del campo; los soldados le obligaron a que llevara la cruz de Jesús.
 Lo llevaron al lugar llamado Gólgota, o Calvario, palabra que significa “calavera”.
 Después de ofrecerle vino mezclado con mirra, que él no quiso tomar,
 lo crucificaron y se repartieron sus ropas, sorteándolas entre ellos.

 

1a parte mc 14,1-42: La Conspiración,Unción,Cena Pascual,la traición, la Oración del Huerto

3a parte mc 15,21.47: Crucificción,Entre Malechores,Jesús Expiró, Se razga el Velo, Sepultura.

Biblia Latinoamericana/ se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México

 

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