Beato JUAN GABRIEL, 11 de septiembre.

Beato JUAN GABRIEL, 11 de septiembre.

San Juan Gabriel consigue el tan deseado martirio y tan esclarecido que por él se trocó en verdadera imagen de Cristo crucificado: vendido por treinta monedas, por un cristiano apóstata, entregado a una chusma armada, encomendado a la custodia de un hombre cruel por sobrenombre el tigre, llevado de tribunal en tribunal, abofeteado y azotado y por fin, tras un año de crueles tormentos, condenado a morir en una cruz.

Beato JUAN GABRIEL

Nacido en Mongesty (Lot, Francia) en 1802; muerto en Ou-Tchang-Fou (Hou-Pei) el 11 de septiembre de 1840.

Hijo de Pierre Peboyre, labrador, y de María Rigal, su piadosa esposa, Juan Gabriel tuvo dos hermanos y dos hermanas quienes,, como él, entraron a la familia espiritual de San Vicente de Paúl. Él mismo se hizo lazarista en Montauban en 1820, sacerdote en París en 1825; durante los diez años siguientes realizó diversos cargos de confianza en su congregación, y en 1835 se embarcó a China. Tras dieciocho meses que pasó en el Ho-Nan, partió, en 1839, a ejercer su celo en las montañas de Hou-Pei.

Hacía mucho tiempo que Juan Gabriel pedía a Dios, cada mañana, que pudiera verter su sangre por la fe. Su oración fue escuchada, y su martirio se prolongó un año entero. Traicionado por un joven cristiano y detenido, el 16 de septiembre de 1839, en el bosque en donde se había refugiado, se le condujo a Kou-Tching, después a Siang-Yang-Fou, mas tarde a Ou-Tchang-Fou, en donde fue crucificado el 11 de septiembre de 1840. Se le había prometido la libertad, si consentía profanar la cruz del Salvador. De los “veinte cristianos detenidos al mismo que yo, escribía a su familia, dos terceras partes han apostado públicamente”. En cuanto a él, en todas partes sus verdugos pudieron torturarle como lo desearon. Lo cargaron de cadenas, le trituraron los pies en un torno, lo abatieron a golpes de bambú, le desfiguraron azotándole con un cuero, le hicieron beber sangre de perro, lo atormentaron en sus partes púbicas. Todavía cuando agonizaba, con los miembros descuartizados sobre una cruz, le dieron patadas en el vientre.

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