SAN SIMON
Etimológicamente significa “Dios le escucha”. Viene de la lengua hebrea.
Simón fue educado en la corte de Guillermo el Conquistador, duque de Normandía. Heredero de su padre con lo ducados de Valois, Amiens, Montdidier y muchas otras posesiones en la Champagne que constituyeron una verdadera sombra al rey francés, Felipe I.
A causa de tanta riqueza hubo una guerra, de la que salió bien librado el joven Simón. Mientras que las tropas del rey devastaban Valois, las de Simón hacían estragos en los territorios que pertenecían al soberano.
Ante estas guerras y desgracias para Francia, el mismo Papa Gregorio VII tuvo que intervenir para evitar más derramamiento de sangre y la ruina paulatina de los franceses.
A Simón le convencieron los consejos que le dio el Papa, pues Simón dejó a un lado la guerra y contrajo matrimonio con la hija de conde de Auvergne.
Un matrimonio que fue tocado por Dios y en acuerdo común dejaron sus dominios a su hermana, la condesa de Vermandois.
Tomaron la seria y profunda decisión de irse a un convento de vida religiosa.
El entró en un monasterio en el Jura, se hizo monje. Este monasterio se llama en la actualidad “San Claudio”. Recorrió Tierra Santa y Roma.
Estando en la ciudad eterna, le sobrevino una enfermedad y murió en el año 1082. El mismo Papa Gregorio VII, amigo suyo, le administró el sacramento de la Unción de los Enfermos. Tenía 32 años.
