Santa Angela de Foligno, 4 de enero

Santa Angela de Foligno, 4 de enero

Angela es de origen Griego y significa “Enviada de Dios”.

Nacio en Foligno, Italia en el año de 1248.

Es una de las místicas más famosas que ha tenido la Iglesia Católica (se llama mística a la persona que se dedica a la vida de contemplación y de comunicación con Dios), además fue terciaria franciscana y escritora medieval.

Nacio en una familia noble de Foligno, ciudad de la región de Umbria (Italia), cercana a Asis.
En los primeros años de su vida llevo la vida corriente de una mujer de su época, dedicada a su marido y ocho hijos y con escaso interés por la religión cristina, fue una pecadora: orgullosa, vanidosa, poco piadosa y dedicada a la vida mundana. Se casó muy joven. Poseía riquezas, castillos, lujos, joyas y fincas, pero nada de esto la hacía feliz.

En 1283, cuando ella tenía 35 años de edad, mueren sucesivamente su madre, su esposo y sus hijos. En medio de la inmensa pena, Angela va al templo y oye predicar a un franciscano, el Padre Arnoldo (franciscano, pariente suyo y capellán del obispo), y durante el sermón se da cuenta de lo equivocadamente que ha vivido. Hace una confesión general de toda su vida. Se hace terciaria franciscana. Va en peregrinación a Asís, y San Francisco en una visión le dice que es necesario hacer dos cosas muy importantes: vender todo lo que tiene, darlo a los pobres, y… dedicarse a meditar en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Angela hizo promesa de castidad perpetua y empezó a llevar una vida de penitencia. Lo vende todo, menos un castillo o palacio que estima muchísimo. Hasta que en una visión oye decir a Cristo crucificado: “¿Y por amor a tu Redentor no serás capaz de sacrificar también tu palacio preferido?”. Lo vende también y todo el dinero recogido lo distribuye entre los pobres. Vende todas sus joyas y lujos, reparte el dinero entre los más necesitados, y se dedica a la vida de contemplación y meditación en la Vida, Pasión y Muerte del Señor.

Hacia el año 1291 realizo una peregrinación a Asis para visitar la tumba de San Francisco. A la mitad del camino se hizo presente en ella el Espiritu Santo que la acompaño durante el resto del viaje hablando con ella. Al llegar a la Basilica de San Francisco de Asis, la dejo y Angela al sentirse abandonada, en plena entrada de la Basilica empezó a gritar pidiéndole explicaciones del porque se marchaba. Esto causo la espectacion de la gente y se gano una llamada de atención de parte de fray Arnaldo, que vivía entonces en Asis prohibiéndole regresar.

Un año mas tarde, en 1292, Fray Arnaldo fue trasladado de nuevo a Foligno. Al encontrarse con Angela, le solicito que le explicara la razón de sus gritos. Ella le conto todo, haciéndole prometer que no le diría nada a nadie. Las explicaciones dadas por Angela debieron de impresionar a fray Arnaldo, pues su actitud cambio, y comenzó a registrar por escrito sus confidencias. Estos escritos dan como resultado el Memorial (bibliografía), e Instrucciones sus mas grandes legados, fueron escritas en Latin y Umbro.

El Memorial consta de 30 pasos y son un continuo conformarse con Cristo a través de la pobreza, el dolor y la humildad, este transformarse con Cristo no solo se realiza en un sentido espiritual e interior, sino que exige también un componente practico y exterior, que se traducen en el servicio a los pobres, y en la participación de la Eucaristia.

Ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo. Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar a Santa Teresa y a Santa Catalina.

su Autobiografía. En ella dice lo siguiente: “Yo, Angela de Foligno, tuve que atravesar muchas etapas en el camino de la penitencia o conversión. La primera fue convencerme de lo grave y dañoso que es el pecado. La segunda el sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios. La tercera hacer confesión de todos mis pecados. La cuarta convencerme de la gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que quiere ser perdonado. La quinta el ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que Cristo sufrió por nosotros. La sexta adquirir un amor por Jesús Eucaristía. La séptima aprender a orar, especialmente recitar con amor y atención el Padrenuestro. La octava tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con Dios”.

En la Santa Misa veía muchas veces a Jesucristo en la Santa Hostia.

Angela dicto unas ultimas palabras a modo de testamento para sus discípulos, que puede condensarse en esta frase. “Os dejo toda mi herencia, es decir, la vida de Cristo: pobreza, dolor, desprecio”.

A su alrededor se reunía frecuentemente un selecto grupo de hombres y mujeres, terciarios franciscanos, a los cuales fue bendiciendo uno por uno como una madre cariñosa, la tarde del 4 de enero de 1309, y luego santamente y en gran paz, su alma voló a la eternidad.

Fue enterrada en la Iglesia de San Francisco del convento Franciscano de Foligno, el 30 de abril de 1707 Clemente XI aprobó el culto publico de beata en toda la Iglesia Catolica.

Sobre su sepulcro se han obrado innumerables milagros.

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