San Benjamin, 31 de marzo. Santoral.

San Benjamin, 31 de marzo. Santoral.

SAN BENJAMÍN
(Beniamino)
Mártir

Benjamín es un nombre propio masculino de origen hebreo en su variante en español. Proviene del hebreo, que quiere decir “hijo de la diestra”; se refiere a la derecha como símbolo de fuerza o virtud. Según la Biblia es el hijo menor del patriarca Jacob y de Raquel. Por extensión, generalmente se le llama «el benjamín» al hijo menor de una gran familia.

San Benjamin Ergol, diácono en Persia, es parte de un grupo de mártires asesinados sólo en Persia durante la larga persecución de los cristianos, que se inició en el reinado de Iezdegerd I y terminó con el sucesor Bahram-Gor. Existen varias versiones en relación con esta feroz persecución, entre ellos, en gran medida por el bizantino sinassari también las noticias sobre los nombres de los mártires, la fecha y el lugar del martirio es inexacto e incoherente.

La persecución se desató en el 420, luego que unos cristianos, encabezados por un sacerdote llamado Hasu, incendiaran un templo dedicado al culto del fuego, en Ergol. Por ello fueron arrestados el obispo Abdas, su hermano Papías, los presbíteros Hasu e Isaac, un subdiácono también llamado Papías y los laicos Daduq y Durtan. Fueron condenados a reconstruir el templo, a lo que se negaron, por lo que fueron condenados a muerte. Esto es totalmente verosímil que hubiese ocurrido. A estos mártires se les asociaron (sin haber tenido culpa en el incendio) los diáconos Benjamín y Hormisdas, con la particularidad que de Benjamín se conocen más datos citados por otras fuentes.

Era un joven de gran celo apostólico, de ardiente palabra en la predicación y gran caridad con los pobres, que lograban muchas conversiones, incluso entre los sacerdotes de Zaratustra. Fue apresado, golpeado salvajemente y encarcelado durante un año, pero el embajador de Constantinopla intercedió por él y fue liberado con la condición de que debía abstenerse de predicar el cristianismo, a lo que Benjamín se opuso y no solo se negó, sino que predicó al mismo juez. Fue de nuevo llevado ante el rey, quien ordenó su martirio y muerte por decapitación, si sobrevivía. El martirio consistió en atravesarle con una vara con púas, desde la espalda hasta salir por el abdomen; un típico martirio persa, que consistía en atravesar el cuerpo con dicha vara y luego moverla hacia delante y hacia atrás, y girándola. También se le introdujeron púas bajo las uñas de las manos y los pies. Es posible imaginar los sufrimientos que causaría dicho tormento.
Murió mártir en el 425.

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