Pecadores y publicanos. San Lucas 15, 1-32.

Pecadores y publicanos. San Lucas 15, 1-32.

Pecadores y publicanos. San Lucas 15, 1-32.

Comentario al evangelio.


pecdor

Este pasaje es un icono de esperanza para los pecadores, un himno necesario para poder salir de tan tremenda desdicha, 3 parábolas puestas magistralmente por Jesús para invitar a la conversión de los hombres. Doctrina pura del Dios amoroso, del Padre enamorado de los hijos, quí exponemos la primera parábola. Para este comentario lo citamos en su texto y posteriormente se harán los comentarios más pertinentes:

Lc 15:1-7 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.» Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.” Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.

La oveja perdida:

En un contexto rural Jesús muestra la cultura de Israel, debemos de reconocer que Israel fue un pueblo que tuvo mayor conciencia de lo que es el pecado, su lucha constante contra él y el diario esfuerzo por mantener la alianza con Dios fue el desgaste de sus años de historia, tan es así su conciencia que la inspiración de la caída del hombre quedó para todas las generaciones en el tercer capítulo del libro del génesis, el pecado entró al mundo e hirió de gravedad al hombre y sin cura el hombre muere.

Jesús tiene el contacto con cuatro tipos de gentes:
publicanos, pecadores, fariseos y escribas, publicanos y pecadores representan la calamidad de Israel, la vergüenza, la deshonra, fariseos y escribas representan el lado legalista de la ley, el lado abnegado de la alianza, los fariseos y escribas se escandalizan por la acción de Jesús de acoger y comer con los pecadores y publicanos y al ver estos últimos que eran recibidos sin el desprecio en los ojos, sin el desprecio en los labios y sin el desprecio de sus actos, publicanos y pecadores se acercan y aunque hay una hipérbole algo bueno hay para ellos con este hombre que se acercan bastantes, sin embargo los fariseos y escribas tienen envidia y su murmuración llega a oídos de Jesús y Jesús expone la parábola de las 100 ovejas, el pastor saca o lleva a un lugar fresco donde hay agua y comida para que se desarrollen hermosamente, 99 son dóciles y se mantienen con su pastor, regresan con él y no es que sea descuidado el pastor, pero hay una que es lo contrario se pierde, se aleja de su pastor, varias veces Israel se alejo de su Dios pastor, varias veces prefirió la comida y agua del desierto, varias veces buscó un pastor diferente, pero aquí el pastor toma la iniciativa deja encargadas las 99 seguramente a un compañero suyo y sale en busca de la perdida; una oveja perdida puede ser presa de algún depredador, de lastimarse de morir por falta de alimento y agua; muchos cristianos en la actualidad se han alejado de su pastor, se han perdido entre el mundillo y el fervorín de la vida.

El pastor busca y busca hasta que la encuentra, gustoso la atiende y sí está herida la cura y la pone en sus hombros, costumbre en oriente de los pastores de ponerla en sus hombros, pero algo extraordinario: al llegar llama a sus amigos y se alegran todos con él porque la encontró, seguramente no era así que reuniera a la sus amigos e hicieran fiesta, lo que Jesús muestra o representa es la readmisión del pecador al reino de Dios, esa es la gran fiesta y no es que a Dios no le importen los 99, con los 99 hay una fiesta más discreta más intima, se regocija con ellos de que sean justos, santos, la gran fiesta en el cielo sin duda es por qué alguien en estado de muerte ha vuelto a nacer, porque alguien perdido encontró nuevamente el camino a Dios, la conversión es el punto central.

Jesús dejó claro el por qué comió, bebió y dejó que se acercaran los pecadores y publicanos; los pecadores son expuestos en toda la biblia, gente que se ha dejado dominar por los pecados capitales y toda clase de pecado que estos desarrollan en el hombre, no es necesario ser publicano para ser pecador, se ha entregado a todo tipo de práctica: adulterio, homosexualidad, ladrón, pervertido, asesino, bebedor, idolatra, glotón, fiestero, difamador etc., gente que por su estado está en enemistad con Dios, gente que causa daño a sus hermanos, gente que trasgrede la alianza con Dios, gente que ofende a Dios abiertamente sin importarle, es decir: gente perdida y sin remedio, señalada por todo el pueblo, marginada, impura, oprimida, castigada e incluso apedreada; Jesús muestra al Dios misericordioso que anda tras el pecador para que regrese a casa, que se convierta de su mala vida, que cambie de manera de ser, que se abra a la experiencia de amar, que vuelva al amor de Dios.

El publicano, hombre con un oficio difícil en Palestina, pobre por lo regular que acepta este trabajo, Roma ha acordado con él que le recaude el impuesto, no es un funcionario de Roma simplemente un hombre que ha aceptado cobrar el impuesto al pueblo que pertenecía a Roma, el gran problema o ventaja de ellos es que la mayoría de los pobladores no conocían bien la ley del impuesto de Roma, así que si este hombre ve la ventaja de obtener de manera sencilla dinero para él, hombre judío y no judío podía ser publicano, sus puntos estratégicos eran los cruces de caminos, a la entrada de la ciudad, cercas del templo, lugares de paso forzoso, sus aduanas eran planeadas por los jefes de publicanos y en acuerdo buscaban que ningún israelita, ningún judío, ningún gentil pobre o rico no dejara de pagar los impuestos, Roma pedía una cantidad que debía de cubrir el publicano, sino llegase a recaudar ellos tenían que poner de su bolsa, por ello era más fácil cobrar de más. Los publicanos jamás eran invitados a comer, es gente que contamina, no los trataban, estaban despojados de sus derechos civiles, no podían ser jueces, ni siquiera testigos de un proceso pues su palabra no valía para él pueblo, mucho menos pertenecer a una comunidad de fariseos, o algún partido, para los sacerdotes el único impuesto que valía era el del templo, se le considera gente traidora a su pueblo si era judío; los impuestos directos e indirectos que pagaba el habitante en Palestina era como se dice n la actualidad: de miedo, es bueno señalar que en todo el imperio romano existían bastantes recaudadores.

Algunos impuestos que recaudaban eran: sobre el vino, sobre el trigo, sobre la tierra, sobre el trabajo, sobre cada uno de los miembros de la familia, sobre el transporte, sobre el territorio etc., etc. Sus excesos principalmente eran por la avaricia, el amor naciente al dinero y que le obligaba a vivir fuera de la ley judía, si era judío, por esa razón Jesús acepta la invitación de comer y beber con ellos, de tratar con ellos, de invitar a la conversión, de invitarlos a que vuelvan a la casa del Padre, a que disfruten de las delicias de Dios.

Esa es la fiesta por un pecador y publicano aunque les cause dolor , rabia, tristeza, ira, odio a unos, el reino de Dios está abierto para todos y el pecador y publicano no son las excepciones; hoy está vigente para todo pecador aun los más empedernidos, los más desahuciados y los menos contemplados. Sí se pudiera escuchar una voz y fiesta en el cielo sería: entren benditos de mi Padre.

 

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