Santa María Teresa  de Soubiran y San Pedro de Córdoba y mártires, 7 de junio.

Santa María Teresa de Soubiran y San Pedro de Córdoba y mártires, 7 de junio.

Santa María Teresa  de Soubiran

Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria; y Teresa = “bella y ardiente como el sol de verano”. Viene de la lengua griega.

Nació  en Castelnaudary,  Francia Aude, en el año de 1834 y murió en París el 7 de junio del año de  1889.

La familia Soubiran pertenecía a la antigua nobleza. Sus orígenes datan por lo menos del siglo XIII, y entre sus antecesores indirectos se cuentan San Luis de Francia, San Eleazar de Sabran y su esposa la Beata Delfina, Santa Roselina de Villeneuve, Santa Isabel de Hungría y buena parte de las familias reales de Europa. En el segundo cuarto del siglo XIX, el jefe de la familia Soubiran era José de Soubiran la Louviere, quien vivía en Castelnaudary, cerca de Carcasona. José se casó con Noemí de Gélis de l´Isle d´Albi. Sofía Teresa Agustina María, segunda hija de este matrimonio, nació el 16 de mayo de 1834.

A la edad de 20 años deseaba hacerse carmelita, su director espiritual que tenía intenciones de formar un beaterio en castelnaudary, la envió para que se formará en este tipo de vida en Belgica (1854), a su regreso fundó en su tierra natal la congregación de Santa María del Beguinaje (beaterlo), desde el año de 1863 se convirtió en la de María auxiliadora, dedicada a la educación de los niños pobres y al cuidado de los enfermos.

El instituto estaba por recibir la aprobación papal (1869), a este instituto entro la viuda Riché (1868), como viuda hizo votos bajo el nombre de  María Francisca de Borgia y rápidamente logró ser asistente general, sus intenciones era desacreditar a su fundadora, cosa que logró tomando su sitio y la echo de la congregación; la pobre María Teresa no supo que hacer en aquel momento. Terminó por ser aceptada enla casa parisina de nuestra Señora de la Caridad (1874) Hizo ahí profesión de votos en el año de (1877) y vivió 15 años en segundo plano, sin dejar de orar y siempre despreciada, murió en Tesís, no dejando a nadie inconsolable.

En cuanto a la viuda de Riché, gobernó a la congregación por  20 años, mientras su marido en buena salud, corría por todos los sitios buscando a su mujer para llevarla al domicilio donde vivía conyugalmente. La impostura de Riché, no terminó sino hasta el año de 1890. La madre María Francisca de Borgía fue echada del instituto y  a partir de ahí se le perdió su huella.

SAN PEDRO DE CÓRDOBA

Etimológicamente significa “roca”. Viene de la lengua hebrea.

Después de haber sufrido el martirio uno de los cristianos más célebres del siglo IX en la ciudad de Córdoba, los seguidores de Jesús se armaron de valor. Salían a las calles y plazas anunciando que eran creyentes, que profesaban ser cristianos, aún a pesar de pasar por las mismas circunstancias que  San Pedro de Córdoba.

Este santo era un sacerdote de Ecija. Su cultura lo llevaba  a la literatura y las letras y sobre todo los estudios y especialización de la Biblia. Todo este caudal de cultura lo adquirió en uno de los muchos monasterios que abundaban en las cercanías de Córdoba, y concretamente, en el de Cuteclara.

Juntamente con Pedro había otros muchos santos que lo fueron por sufrir el martirio a manos de los musulmanes. Los hay jóvenes y mayores, muchos nombres se han perdido en la historia, los musulmanes siempre queriendo imponer sus creencias, llegaban arremetiendo con aquellos que profesaban creencia contraria a ellos.

San Pedro de Córdoba no fue la excepción, lucha tenazas por la fe, el amor de Jesús , su única estructura que los sostiene

En el mismo día del 7 de junio fueron martirizados por amor a Dios, estos santos con nombres  raros: San Wistremundo, de Ecija, y San Sabiniano, de Froviano. Ambos formaban parte del monasterio de san Zoilo de Armelata.

Son dignos de tener en cuenta también a estos hombres:  San Hebencio, de Córdoba, perteneciente a la abadía de san Cristóbal. Al lado del Guadalquivir. Otro fue San Jeremías. En aquellos difíciles tiempos tuvo la osadía de dejar todo su dinero para vivir la santidad en el monasterio Tabanense.

Cabe enumerar entre ellos a Isaac, proveniente del cenobio de Tábanos. Fue un notario afamado y, cosa rara, sabía muy bien la lengua árabe. Otro fue el joven Sancho, que antes había sido prisionero, y había trabajado a las órdenes de los militares árabes y en el propio palacio califal.

El estudioso san Eulogio recoge todos estos nombres, extraños para nuestros días, con el fin de que permanezcan en los anales de la vida de los cristianos que padecieron el martirio por amor a Dios  en el año 851.

Realmente, cuando es el Señor quien infunde en el corazón de los hombres la semilla de su gracia y de su fe, no hay quien pueda contra los seguidores de Dios. Lo confirman cada día estas breves reseñas.

Fuente: Padre Felipe Santos

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