Lo que yo hago no lo entiendes ahora. Jn 13, 7.
Lo que yo hago no lo entiendes ahora. Jn 13, 7.

Lo que yo hago no lo entiendes ahora. Jn 13, 7.

Lo que yo hago no lo entiendes ahora. Jn 13, 7.


lavadopies
El día jueves santo es uno de los acontecimientos más importantes que Nuestro Señor Jesús nos ha dejado, en este jueves, la riqueza de los signos es para llenarse de una alegría inmensa. Concentremos nuestra atención en el signo del lavatorio de los pies, ¿cómo es posible que en su parte práctica del cristianismo este signo nos cause tanto problema?; Jesús le respondió a Pedro que desconcertado por la acción que iba hacer, trata de impedirle la consuma: Jn 13:6 Llegó a Simón Pedro, el cual le dice: –Señor, ¿tú me vas a lavar los pies?, la interrogante tenía su fundamento; el esclavo es quién era destinado para lavar los pies de los visitantes y de los amos de la casa, y Jesús lo hace como un esclavo.

En muchos retiros de crecimiento, los hermanos lavan los pies a otros hermanos y una gran cantidad de expresiones se dan, el objetivo es bajar de la soberbia a servidores, a hermanos de comunidades que se han puesto en zona de confort, pero actualmente ya no tiene el mismo impacto, como que nos vacunaron para no sentir en nuestro ser el efecto de tener en la mano pies ajenos.

¿El cristianismo se alegra en lo servil?, ¿con su humildad busca dominar la soberbia del hombre?, porque Jesús que es su maestro lava los pies de sus discípulos, ¿a Dios le gusta que el hombre se denigre?, ¿Qué sea pisoteada su dignidad?, la respuesta inmediata sería: ¡no, en absoluto!; más bien hay detrás de estas acciones de Jesús tiene un gesto bien marcado: la necesidad de que los que estén a nuestro alrededor sean felices y con ello, la felicidad también es nuestra, quizá haya signos de interrogación en su mente, pero Jesús nos contestaría: Lo que yo hago no lo entiendes ahora. Eso es lo que pasa en los retiros que entendamos porque lo hace para que se pueda hacer vida.

Este tema tan punzante me hizo recordar el día en que celebramos nuestro matrimonio religioso y ahora comprendo aquellas palabras que pronunciamos mi esposa y yo: “Yo, NN, te recibo a ti, NN, como esposa y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. Sí usted observa, nota que es una labor hacía el otro, todo a que sea feliz a que el otro sea dichoso por estar a su lado, pero desgraciadamente el egoísmo de querer todo para uno nos aparta del ideal de Jesús y comprendí las palabras que completan el versículo: más tarde lo entenderás. Mi objetivo prioritario es que mi esposa sea la mujer más feliz del mundo y se sienta contenta de haberme elegido como esposo, y esto se aplicaría a los hijos, a los parientes, a los padrea, amigos, hermanos de fe.

Entender la salvación es toda una profundización de la doctrina cristiana, Jesús ha dejado la docilidad del cristiano, la sencillez, el servicio al hermano, la atención al otro que no soy yo y esto tiene una alimentación recíproca, porque el otro también intenta hacer lo mismo conmigo, entenderlo más tarde es lo que ha dejado Jesús y la comunidad lo vivió intensamente; no son bellos pensamientos, es una forma de vida el cristianismo.

Jesús vino a salvarnos, no lo entendemos pero para Dios somos su prioridad, para muchos es confuso, pero de repente un rayo de luz, ¡paaa!, pega en la mente y se da cuenta de lo que quiere Jesús: “amarnos los unos a los otros” y algo tangible que queda es el cuidado amoroso a los demás, no puede ser de otra forma, ¿cómo demostraría a Dios que lo amo?, ¿encendiendo veladoras, rosarios, novenas?, no es malo pero eso no es amor a Dios, la forma más eficaz es amarlo a través del hermano, lo que yo haga al hermano será lo que yo ame a Dios.

Conclusión:

El jueves fue la gran preparación para el gran momento de salvación, el mismo Dios vino a servir al hombre porque quiere que recobre su libertad, su felicidad, su dignidad y en nuestra doctrina practica esta la solución. Esto lo entenderás más tarde denota que el cristianismo es actual y puede aplicarse lo mismo que hizo Jesús a sus primeros discípulos.

Ahora somos sus discípulos en este siglo XXI, es vigente en su aplicación la prueba es lo que hace usted por su hijo, que sea feliz, que se desarrolle, que viva mejor la vida que hemos vivido, ¿no será el servirle a él para que se logre el objetivo?; el hombre es inteligente y aquellos primeros discípulos entendieron lo que el salvador dejó y que hoy con tanta ciencia, inteligencia y experiencia de nuestras comunidades no se debería de dificultar la aplicación del cristianismo, es hora de vivirlo porque fue la preparación del momento salvífico de nuestro Señor Jesús para los hombres del siglo XXI.

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