El Cónclave  del 2013 determinante en la acción pastoral de la Iglesia.

El Cónclave del 2013 determinante en la acción pastoral de la Iglesia.

El Cónclave del 2013 determinante en la acción pastoral de la Iglesia.


conclave
Hoy los ojos de la gente están puestos en la Iglesia católica, primero para saber quién va a ser el futuro Papa de la Iglesia católica, en segundo lugar para saber de qué nacionalidad va a ser el próximo Papa y con ello ver que las profecías según de videntes se puedan cumplir en cuanto al color de piel del Papa (el Papa negro).

La expectativa crece y muchos quisieran que ya diera inicio el cónclave, recordemos que cónclave viene del Latín, cum, con, y clavis, llave; un lugar que puede cerrarse firmemente. El cuarto cerrado, lugar o vestíbulo que estaba especialmente preparado para los Cardenales cuando iban a elegir un Papa; pero también tiene un significado más profundo: la asamblea de los Cardenales (el centro Cristo), representando a nuestra asamblea reunida canónicamente con el propósito de elegir de una manera libre, ungida y para el bien de la Iglesia al Papa que va a ser el vicario de Cristo.

El cónclave será determinante para la acción pastoral de la Iglesia y va a depender en mucho que se tome el tiempo adecuado sin presiones de quienes no tienen que ver nada con la Iglesia, no por desprecio sino que no buscan el bien de la Iglesia; el día de hoy “Radio vaticano” informó que los cardenales no han decidido el día del inicio del cónclave: “la noticia más significativa que ofreció esta mañana el padre Federico Lombardi, durante su encuentro con los periodistas al término de la Quinta Congregación general. El laico ve con ojos de fe que será un momento clave, pues ha sido incorporado de manera efectiva en las actividades de la Iglesia representando un papel de suma importancia en la actividad evangelizadora de la Iglesia católica y del mundo cristiano

La forma y estructura actual del cónclave data del fin del siglo XIII, pero con las mismas innovaciones necesarias para darle esa fluidez y seguridad como lo ha sido anteriormente; LAS ELECCIONES PAPALES se desarrollan con métodos más actuales para quién va a ocupar la Sede de Pedro.

UN POCO DE HISTORIA DEL CÓNCLAVE.

(Información de la enciclopedia católica, traducido por Alejandro Martí)

En año 1271 la elección finalizó con la asignación de Gregorio X en Viterbo, esta elección se llevo más de dos años y nueve meses; de manera que las autoridades locales, se cansaron del retraso, cerraron (encerraron) a los Cardenales dentro de límites estrechos y así aceleraron la deseada elección (Reinaldo, Anales Eclesiásticos, Año del Señor de 1271).

El nuevo Papa tuvo la enmienda de solucionar este retraso tan escandaloso promulgando una ley del cónclave que promulgó en quinta sesión del Segundo Concilio de Lyon en 1274. Aquí es la primera ocasión que encontramos la palabra “cónclave” y con una relación intima con las elecciones Papales.

Cuando un Papa moría, los Cardenales que estaban con él debían de esperar diez días para que sus hermanos Cardenales ausentes llegaran. Entonces, cada uno asistido con un solo sirviente, laico o clérigo, debían congregarse en el palacio donde el Papa.

Todos habían de reunirse en un cuarto (cónclave), sin separaciones ni ventanas, y vivir en común. Este cuarto y otra cámara aparte a la que podrían ir libremente, habían de estar cerradas de tal manera que nadie pudiera entrar o salir sin ser visto, ni hablar en secreto con cualquier Cardenal. Y si alguien de fuera tenía algo para comunicar, debía ser del asunto de la elección y con el conocimiento de todos los Cardenales presentes. Ningún Cardenal podía mandar mensaje alguno fuera, verbal o escrito, bajo pena de excomunión.

Habría una ventana a través de la cual podrían recibir la comida. Si a los tres días los Cardenales no llegaban a una decisión, durante los próximos cinco días recibirían sólo un plato a mediodía y en la noche. Si estos cinco días pasasen sin una elección, sólo recibirían pan, vino y agua. Durante la elección ellos no podrían recibir nada de la tesorería Papal, ni encargarse de otros asuntos, a menos que fuera una necesidad urgente que pusiera en peligro a la.

Si algún Cardenal rechazaba entrar, o dejaba el enclaustramiento por otra razón que no fuera la enfermedad, la elección tenía que seguir sin él. Pero si recuperaba la salud podría reingresar en el cónclave.

El primer cónclave duró sólo un día y el siguiente, siete días. Hubo tres Papas en el mismo año en que murió Gregorio X (1276). El segundo, Adriano V, no vivió el suficiente tiempo como para incorporar en un acto de autoridad su opinión abiertamente expresada del cónclave. El Papa Juan XX vivió sólo el tiempo suficiente para derogar oficialmente la “”Ubi Periculum””. La ley del cónclave se convirtió finalmente efectiva en su práctica y en su aplicación.

CEREMONIAL DEL CÓNCLAVE.
(Información de la enciclopedia católica, traducido por Alejandro Martí)

Inmediatamente a la muerte de un Papa el Cardenal Camarlengo representante del Sacro Colegio toma cargo de la casa Papal, verifica por un acto jurídico la muerte del Pontífice. En presencia de la casa, golpea tres veces la frente del Papa muerto con un mazo de plata, llamándolo por su nombre de Bautismo. El Anillo del Pescador y los sellos Papales son destruidos.
Un notario levanta el acta que es la evidencia legal de la muerte del Papa. Las exequias duran nueve días. Entretanto los Cardenales han sido notificado de la elección inminente y los residentes en Roma (en la Curia) han de esperar a sus hermanos ausentes y preparan entretanto las celebraciones por el Pontífice difunto.

Todos los Cardenales, y sólo ellos, tienen derecho a votar en el Cónclave; por ello todos ellos deben haber sido nombrados legítimamente, tener uso de razón y estar presentes personalmente, no por medio de un procurador o una carta. Durante los nueve días mencionados, y hasta la elección de un sucesor, todos los Cardenales aparecen con roquete descubierto, así como todos tienen doseles encima de sus asientos en el cónclave, para mostrar que la autoridad suprema está en las manos del Colegio entero.

El Cardenal Camarlengo es ayudado por las cabezas de los tres órdenes Cardenalicios, conocidos como el “”Cápita Ordinum”” (Cardenales-obispos, Cardenales-presbíteros, Cardenales-diáconos). Hay reuniones frecuentes, o “”congregaciones””, de cónclave. Todos los asuntos de importancia se remiten a las congregaciones generales, que desde 1870 están establecidas en el Vaticano.

El cónclave, anteriormente un cuarto grande, ahora una parte amplia del Palacio Vaticano que incluye dos o tres pisos, está clausurado, y el espacio dividido en varios apartamentos, cada uno con tres o cuatro cuartos pequeños o celdas, en las que hay un crucifijo, una cama, una mesa y varias sillas. El acceso al cónclave sólo está permitido a través de una puerta, cerrada con llave por el Mariscal del Cónclave.

Una vez que inicia el cónclave la puerta no se abre de nuevo hasta que es anunciada la elección, excepto para admitir a un Cardenal que llegue con retraso. Toda la comunicación con el exterior se prohíbe estrictamente bajo pena de pérdida de oficio y excomunión ipso facto.

El gobierno del cónclave está en las manos del Cardenal Camarlengo y de los tres Cardenales representantes que se suceden en orden de antigüedad cada tres días. Aproximadamente a las siete u ocho de la mañana del undécimo día los Cardenales se reúnen en la Capilla Paulina y asisten a la Misa del Cardenal Decano. Después de Misa se retiran por unos momentos, y después se congregan en la Capilla Sixtina, donde tiene lugar la votación real. Allí se encienden seis velas en el altar en el que están una patena y un cáliz que se usan para votar. Sobre el asiento de cada Cardenal hay un baldaquino. El trono Papal es retirado. El Obispo sacristán recita las plegarias; las papeletas de voto son distribuidas, y entonces todas las personas quedan excluidas, excepto los Cardenales, uno de los cuales barra la puerta.

Hay cuatro posibles formas de elección: scrutinium, compromissum, accessus, cuasi-inspiratio. La forma usual es la de scrutinium (escrutinio), o la papeleta de voto confidencial, y en ella el candidato elegido requiere dos tercios de los votos, excluido el propio. Cuando hay un empate, y sólo entonces, la papeleta de voto del Papa-elegido que, como todas las demás papeletas, es distinguible por un texto de Escritura escrito fuera de los pliegues, se abre para asegurarse que él no votó por sí mismo. “”Testor Christum Dominum qui me judicaturus est me eligere quem secundum Deum judice eligi debere et quod idem in ascenso praestabo” (“”Pongo por testigo a Cristo, el Señor, quien me ha de juzgar, que estoy eligiendo a quien, según Dios, creo que debe ser elegido”, etc. (para la forma del juramento véase Lucius Lector, “”Le Cónclave””, 615, 618.) La papeleta de voto dice: “”Ego, Cardinalis N., eligo in summum Pontificem R. D. meum D. Card. N.”” (Yo, Cardenal N., elijo como Sumo Pontífice Romano al Reverendo Señor Cardenal N.”).

Para esta elección por papeleta de voto secreto, tres Cardenales (escrutatores) son elegidos cada ocasión para presidir el funcionamiento de de votación; otros tres (revisores) para controlar el número de sus colegas, y todavía otros tres (infirmarii) para recoger las papeletas de voto de los Cardenales enfermos y ausentes. Si los Cardenales enfermos no pueden asistir a votar, entonces los tres infirmarii van a sus celdas y traen sus votos en una caja que dan a los tres Cardenales que presiden, quienes los cuentan y los introducen en el Cáliz con los demás votos. Entonces, habiendo sido registradas y contadas todas las papeletas, si el número coincide con el número de electores, se porta el Cáliz a la mesa y las papeletas de voto, por el lado en que aparece el nombre de los candidatos, son pasadas una por una al tercer Cardenal, quien lee los nombres en voz alta. Todos los presentes cuentan con listas en las que aparecen los nombres de todos los candidatos, y es costumbre para los Cardenales verificar los votos cuando se van leyendo cuando no se obtienen los requeridos dos tercios, las papeletas queman en una estufa cuya chimenea surge a través de una ventana de la Capilla Sixtina. Cuando no hay ninguna elección, se mezcla paja con las papeletas para mostrar por su humo espeso (fumata) a quienes esperan fuera que no a habido elección. Siempre tienen lugar dos votaciones, una en la mañana y otra en la tarde y duran de dos a tres horas cada una. Cuando la votación ha terminado, uno de los Cardenales abre la puerta tras la cual están los conclavistas, y todos se retiran a sus celdas. Otras formas de elección, de hecho casi imposibles por la legislación de Gregorio XV, son la cuasi-inspiración y el compromiso. El rito antiguo supone que ante una sesión en la que no ha habido ningún acuerdo entre los Cardenales, uno de ellos se dirige la asamblea y propone el nombre de un candidato con las palabras Ego eligo (yo elijo, etc.), Esta forma no ha sido empleada desde el siglo XIV. Cuando un candidato ha obtenido los requeridos dos tercios de los votos en un escrutinio o papeletas.

Las puertas han sido abiertas previamente por el secretario del cónclave; los maestros de ceremonias están presentes y toman conocimiento formal de las respuestas del Papa. Inmediatamente los Maestros de ceremonias bajan los doseles de todos los asientos de los Cardenales, menos el del Papa electo, quien se dirige a una estancia aledaña donde es revestido con los ornamentos Papales (immantatio). Los Cardenales entonces se adelantan y ñe presentan la primera “”obediencia””, u homenaje (adoratio). El Papa entonces confirma o nombra al Cardenal Camarlengo, quien pone en su dedo el Anillo del Pescador. Tras esto sigue la proclamación al pueblo hecha por el más antiguo de los Cardenales Diáconos, anteriormente desde el balcón central de San Pedro, sobre la gran Plaza, pero desde 1870 en la misma Basílica de San Pedro. El cónclave termina, los albañiles quitan las paredes temporales, y los Cardenales se retiran a sus propios alojamientos en la ciudad y esperan la convocatoria para rendir la segunda y tercera adoratio y la solemne entronización. En el siguiente domingo o Solemnidad tiene lugar la “”coronación”” Papal, hecha por el Decano de los Cardenales Diáconos, y a partir de ese día el Papa fecha los años de su pontificado.

En el caso del Papa Benedicto XVI emérito, el tiempo sigue siendo determinado por los cardenales y sí usted observó, es verdaderamente apasionante la elección del nuevo Papa, con grandes detalles que lo hacen todavía más magno, por ello, no está en juego cualquier cosa, está el futuro de la dirigencia de la Iglesia, por tanto, es urgente orar para que el momento preciso lo determine el mismo Dios y a través del Espíritu santo se den las condiciones optimas para esta elección, recordando que está elección será para toda la Iglesia en el mundo, debemos de tener confianza en que esta elección será la más importante del siglo XXI.

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