Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 32. Pedid la luz del Espíritu Santo.

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 32. Pedid la luz del Espíritu Santo.

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33

Día 32. Pedid la luz del Espíritu Santo.

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Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.

 

1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.

 

 

Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.

 

Día 32. Pedid la luz del Espíritu Santo.

Hijos carísimos: venid y formad parte de mi Ejército Victoriosos. Estáis en los umbrales de la Nueva Jerusalén. Os ha tocado el tiempo de la tribulación y de la justicia, tantas veces profetizado. Os falta poco tiempo para que todos los acontecimientos predichos por mí en muchas de las apariciones, se cumplan.

 

Pedid la luz del Espíritu Santo, clamadle el don del discernimiento paraqué comprendáis que las señales y los avisos del Cielo apuntan al segundo advenimiento de mi Hijo Jesús, que está muy próximo. No seáis irracionales y mulos, no vayáis en contra de los designios de Dios, no interpretéis equivocadamente el libro del Apocalipsis; anatema es aquel que contradiga la Palabra, herejes son aquellos que se atreven a decir que lo que está escrito no todo se cumplirá, no acomodéis más las profecías bíblicas a vuestro antojo, no tergiverséis su sentido saliéndoos de la verdad.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victoriosos, se desata una batalla espiritual entre las potestades del Cielo y los principados del infierno.

 

Luchad junto conmigo, venceremos al dragón rojo y a la bestia negra; Satanás y sus demonios serán arrojados al fuego eterno.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os marcaré con el signo de la cruz; el adversario no podrá sustraeros de los caminos del Señor. San Miguel Arcángel es vuestra defensa. Yo soy vuestra madre os arrullaré entre mis brazos como a niños pequeños, como recién nacidos que necesitan ser amamantados de leche espiritual; venid y formad parte de mi Ejército Victorioso. Os haré mis soldados valerosos, ganaos una morada en el Cielo ballatando contra las huestes del mal.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; el imperio de Satanás pronto será destruido, le ataré con la cuerda del Santo Rosario para que no vuelva a haceros daño; pronto Jesucristo vendrá a instaurar su reino en la tierra.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; debilitad las fuerzas de Satanás con la oración, el ayuno y la penitencia; armas poderosas con la que será aniquilado.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os esconderé en el refugio de mi Inmaculado Corazón porque grandes pruebas os esperan; la purificación llegará a su culmen, la tierra entera será renovada; bolas de fuego descenderán del cielo, sólo sobrevivirá la tercera parte de la humanidad.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os queda poco tiempo para que las puertas de la Nueva Jerusalén se abran de par en par. Convertíos de corazón y volved vuestros ojos al Señor. Él os perdonará. Él ha condonado vuestra deuda con su muerte en la cruz.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; estáis en tiempo de oscuridad, pronto aparecerá el hijo de la perdición; su sagacidad será tal que engañará a algunos de mis elegidos.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; la Iglesia está entrando en un periodo de consternación; pronto la silla de San Pedro estará vacía; el usurpador llegará a tomar el puesto que no le pertenece.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; no deus más tregua a Satanás; abrazad el madero de la cruz y empezad el camino de la mortificación y de la penitencia. Pronto mi Inmaculado Corazón triunfará.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; atended a los llamados angustiosos de vuestra Madre celestial; el diablo anda como león rugiente queriéndoos devorar.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; pronto escucharéis el toque de la trompeta; vuestro corazón estará sobresaltado por los sonidos estentóreos del cielo.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso: soy maría, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, que os educará con sus lecciones de amor, os dará toda la sabiduría necesaria en este tiempo de tribulación, os despertará de vuestro suelo letargo abriéndoos vuestros ojos a una realidad; realidad en la que los acontecimientos hablan por sí solos; realidad que os hace sentir cercano el triunfo glorioso de Jesucristo.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; ya no hay tiempo de decidir; el cáliz de la amargura será derramado en toda la tierra; la humanidad entera enfrentará grandes pruebas; pasará por el fuego del sufrimiento; la Iglesia llegará al máximo esplendor porque las obras de las tinieblas serán disueltas, los rayos del Señor resplandecerán en el Nuevo Mundo.

 

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; consagraos a mi Inmaculado Corazón; seré vuestra Madre y os trataré como a hijos muy amados; las puertas del Cielo se encuentran abiertas, haced en todo la Divina Voluntad, cumplid con los mandatos de Dios y entraréis a tomar posesión de una de sus moradas; el infierno está atestado de almas condenadas; temedle al suplicio eterno; acogeos a la bondad y misericordia Divina; dejaos rescatar por mí. Os esconderé en mi Virginal Corazón.

 

Virtud de la Rectitud.

Hijos míos: abrid vuestros oídos a mi voz; sentir de nuevo mi presencia Maternal en medio de vosotros. Una buena Madre educa a sus hijos en la virtud. Una buena Madre les forma, les instruye, les enseña las sendas de la rectitud. No os dejéis desviar ni a derecha ni a izquierda. Dirigid vuestros pasos por el camino recto, angosto pedregoso; camino seguro de encuentro con el Señor. Camino que os lleva al Reino de los Cielos. Vuestras acciones han de ir en coherencia con las enseñanzas de Jesús. Nada oscuro debe haber en vuestra alma. Alma que habrá de permanecer tan nítida como un espejo sin mancha.

 

Atended siempre a las enseñanzas de Jesús en su Evangelio, no os dejéis tentar por el adversario; porque si sedéis a sus pretensiones, naufragaréis en la desdicha y en el sufrimiento eterno.

 

La virtud de la rectitud os hace santos, os hace acreedores del premio prometido.

La virtud de la rectitud os sustrae de las falacias del mundo.

La virtud de la rectitud os hace como ángeles, en la tierra; ángeles de corazón puro, ángeles de corazón diáfano, cristalino.

La virtud de la rectitud os arrebata del adversario, os hace agradables ante la presencia de Dios.

La virtud de la rectitud os embellece vuestro corazón, lo perfuma del nardo purísimo, lo hace radiante como una estrella.

La virtud de la rectitud os dará el premio de gloria, disfrutaréis de la visión beatifica de Dios en las alturas.

La virtud de la rectitud os lleva al cumplimiento exacto y perfecto de los mandamientos, infunde en vosotros celo por la salvación de vuestra alma.

La virtud de la rectitud os hace semejantes a Jesús: claro en sus pensamientos y coherente en su proceder.

 

 

3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)

En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.

 

En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.

En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.

Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.

Letanías al inmaculado Corazón de María

V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.

 

V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Oremos:

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

 

5. Oración final.

Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.
Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.

Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.

Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.

Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.

Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.

Madre celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús.
Amén.

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