La  Eucaristía “Santifica las pasiones”

La Eucaristía “Santifica las pasiones”

La  Eucaristía

“Santifica las pasiones”

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Reflexionemos:

¿Qué son las pasiones? La respuesta es doble:

 

  1. Negativa: en contra de lo que quizás piensas y crees, no son las tendencias de los bajos instintos de la naturaleza, aún cuando acompañen y estén íntimamente ligados al amor.

  2. Positiva: propiamente son los movimientos del apetito sensitivo, causados por el conocimiento del bien o del mal (aspecto formal y psicológico) y que al mismo tiempo se realizan con una alteración corpórea (aspecto material y fisiológico)

En el sentido impropio y elevado: son todos los movimientos de la voluntad, tanto de acercamiento al bien como de retroceso del mal.

 

De modo que estos fenómenos o pasiones están presentes en todos y en cada uno de los hombres, y su valor moral: en sí mismas no son ni buenas ni malas (dependen del objeto en que recaen)

 

En el concepto moral o vida del hombre

  1. Todos los actos del hombre están ordenados a su perfección.

  2. Pero sabemos que la libertad es la norma que condiciona toda actividad humana y que las pasiones son meros instrumentos ordenados al bien moral del hombre, aunque diferentes al mismo; o sea, que se les puede poner al servicio del bien o del mal.

En el concepto teológico o vida sobrenatural del hombre

 

  1. Nos consta que un pecado –el de origen- motivó la pérdida del equilibrio pasional

  2. Desde entonces las pasiones actúan con más vehemencia, presentando los objetos sensibles con más atractivo que los espirituales…

  3. La voluntad fácilmente se deja seducir y se convierte a los objetos creados, volviendo totalmente las espaldas a Dios por el pecado.

¿Qué nos dicta la conciencia en lo cotidiano?

  1. En presencia del bien, hay 5 pasiones: amor, deseo, gozo, esperanza y desesperación.

  2. ¡Cuántos amores ilícitos tenemos: riquezas, bienes del cuerpo…absorben la energía espiritual!

  3. ¡Cuántos deseos ilícitos! el placer de la concupiscencia; deseaste que fracasara tu hermano…

  4. ¡Cómo gozaste ilícitamente en pensamientos: recuerdos, imágenes deshonestas, palabras: conversaciones obscenas y obras…

  5. Qué esperanza tan vana. Todas las ilusiones, todo el porvenir, cifrado en algo caduco: una mujer, fortuna, titulo, una vida desordenada… ¿Y después?

  6. Que es imposible ser honrado en los negocios: ¿desesperas? ¡tenemos que renunciar a tantas cosas!

  7. Frente al mal, hay seis pasiones: odio, fuga, tristeza, audacia, temor, ira.

  8. Quizás se odia a los propios familiares, vecinos, el prójimo que triunfa en la vida…

  9. ¡Cómo se huye y se rehúsa al dolor! ¡Son mejor las comodidades, la diversión!

  10. ¡Cómo nos entristece, desmoraliza la perdida de aquel objeto que amábamos tanto!…

  11. Nos remuerde la conciencia ¿Te atreves a callarla?

 

¿No sabíamos? Todos esos actos y tendencias son fruto y principio de los movimientos pasionales. Ahora podrás comprender su existencia, y a qué se deben las grandes espinas del corazón…

 

¿Si queremos desterrar esas heridas? El remedio es eficacísimo: es La Eucaristía….

 

¿Cómo es que la Eucaristía santifica las pasiones?

La eficacia y virtud santificadora de los Sacramentos depende en gran parte de las disposiciones subjetivas de aquel que los recibe. Sentirás los efectos Eucarísticos principalmente porque establece la paz y sosiega las pasiones.

¿Por qué?

Porque es el sacramento de la Caridad- causa de la paz.

La Eucaristía es por excelencia el Sacramento de la caridad:

  1. Por razón de la institución:

  2. La Eucaristía es el mismo sacrificio de la cruz perpetuado; y nos redimió Cristo “Por un exceso de caridad” Gal 2, 4-5

  3. Es la comunicación máxima de bienes que sólo puede obedecer a un amor máximo.

  4. Por su propia presencia:

  5. Representa la inmensa y suprema caridad con que Cristo ofreció su vida por nosotros.

  6. Es el Cuerpo y la Sangre de Cristo en estado comunicable, como alimento espiritual- comunicación propia de la caridad.

  7. Por su efecto específico: transforma el alma en Cristo.

La caridad es causa de la paz: establece una quietud completa, estable y ordena todos los pensamientos de cada uno en Dios “la tranquilidad del orden”

  1. Pone el debido orden en todos los pensamientos y afectos, porque la caridad debe informar e informa todas las virtudes, tanto teologales como morales, entre ellas la fortaleza y templanza (que se ocupan de las pasiones). Toda virtud, por razón de su forma unifica y ordena los objetos que caen bajo su dominio: la visión ocular… luego encauza, aquieta, porque ordena y diviniza las pasiones…

  2. Es, según Dios, razón última de toda ordenación del bien. La paz pertenece al orden del bien, dándole firmeza y estabilidad.

Por tanto, la Eucaristía es el Sacramento de la paz:

  1. Cristo, con su muerte, restableció el orden deshecho por el pecado.

  2. Cristo, con su presencia Eucarística, aumenta todas las gracias y virtudes; nos transforma en su propia vida; ahuyenta y vence todos los enemigos del alma; demonio, mundo, carne.

¿Cómo?

  1. Encauzándolos al bien. Con la caridad todo lo amamos, en Dios y para Dios. La Eucaristía es, por excelencia, el Sacramento de la caridad.

  2. Aquietándolas: ante la presencia de Dios, Bien infinito, que satisface plenamente todas las exigencias de la voluntad.

  3. Divinizándolas: como en Cristo y en la Santísima Virgen, todo lo ordena a Dios, en Dios y a través de Dios.

 

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