Adviento con viento de esperanza Mt 11, 2-11.

Adviento con viento de esperanza Mt 11, 2-11.

Adviento con viento de esperanza Mt 11, 2-11.

Comentario al evangelio.



Tercer domingo tiempo de adviento, la santa eucaristía se enorgullece en presentar en la liturgia de la palabra un gran momento previo al inicio de la salvación. Sigue el mensajero haciendo su papel, su pregunta: “eres tú el que ha de venir”, sacude a todo hombre y mujer. Jesús lo proyecta magistralmente y luego lo contrasta con el más pequeño que es más grande que él en el reino de los cielos. Para el comentario a este pasaje lo citamos todo en su texto y posteriormente se harán los comentarios más significativos:

Mt 11:2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: Mt 11:3 “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?”
Mt 11:4 Jesús les respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis:
Mt 11:5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; Mt 11:6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!”
Mt 11:7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: “¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
Mt 11:8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? Mirad, los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.
Mt 11:9 Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta.
Mat 11:10 Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará tu camino por delante de ti.
Mt 11:11 “En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.
Mt 11:12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Un texto que profundiza la fe en Cristo Jesús, dogmas de la Iglesia, fidelidad al cristianismo y una esperanza maravillosa para todos los hombres. Vamos delimitaren tres partes la estructura del texto: (1) V. 2-6 Juan y los discípulos de él; (2) V. 7-10 Pregunta incomoda de Jesús; (3) V. 11-12 Revelación de Jesús:
1.- Juan el bautista y sus discípulos.

En una etapa importante de Israel, el profetismo generó grupos de profetas que en tiempo de Elías la reina Jezabel intentaba extinguir para rodearse de sus propios profetas (de Baal), aunque en tiempo de Eliseo se veía masivamente a estos grupos poco a poco fueron desapareciendo hasta llegar al profeta individual. En Juan se desarrolla un fenómeno distinto, Juan es un maestro que enseña a vivir la vida que exige la llegada del mesías, en tiempo de adviento un viento de esperanza para los católicos sopla con fuerza.

Juan el bautista enseñaba a sus discípulos, su doctrina, ascética, vivencias y se mantienen fieles a él e incluso estando Juan en la cárcel, la cárcel según datos estaba en Maqueronte, el palacio-fortaleza de Herodes Antipas, en el mar Muerto, otro dato es que no estaba en las mazmorras sino en un lugar más privilegiado ya que por eso recibe a discípulos, son teorías. Así inicia el texto, Juan envía a sus discípulos a preguntar a Jesús sí él es el que ha de venir y al que el profetiza cf. V.2. Los discípulos cumplen con su misión y preguntan a Jesús sí es el mesías.

Jesús les responde al estilo del profeta con signos y figuras: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva. Al ver estos signos Juan comprende que él es el que tenía que venir, algunos dicen que presentía su muerte y quería morir con la alegría de que llegaría la salvación, algunos expertos es que le llego la desesperación y quería estar seguro, pero Mateo agrega estás palabras que motivan a Juan el bautista y a los mismos discípulos: 6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!”, como su maestro.

2.- Pregunta incomoda de Jesús.

Al retirarse los discípulos de Juan, Jesús les hace una pregunta incomoda: “¿qué salieron a ver cuando llego el bautista?
-El bautista empezó su ministerio en el desierto. ¿Qué hay de interesante en el desierto?, desolación, calor, animales ponzoñosos, vida estéril, sed, Esenios, pero… ¿qué esperaban hallar con esa voz que clama en el desierto.
-Una caña agitada por el viento. ¿Esperaban encontrar a un hombre débil, frágil?, ¡no!, o una figura dura, resistente, hosca como la del bautista.
-Un hombre elegantemente vestido. ¿Quién es el que lo anuncia?, hoy sabemos que todo bautizado, pero antes, todo aquel que entra en comunión, ¿así vestiría Juan el bautista?

Estás preguntas elogian a Juan el bautista, lo realzan, lo hace un buen apóstol de Dios, magnifica su trabajo e incluso que es el más grande nacido de mujer, San Lucas cita que los profetas y ley llegan al bautista cf. 16,16. El adviento también ofrece la misma palabra para que se cumpla el tiempo de espera y de ese modo la esperanza de aquel a quienes salieron a escuchar sea el mesías o el mensajero que prepara el camino.

Jesús reafirma la misión de Juan preparar el camino del mesías, ya es tiempo de mesías cuando Juan yace en la cárcel.

3.-Revelación de Jesús.

Está Juan el bautista, los discípulos, sus discípulos y contrasta a un pequeño con Juan el bautista haciéndolo crecer más que el mismo Juan (pequeño) más importante en el reino de los cielos y lo dice el que no se hace pequeño (niño) no puede entrar en el reino. La respuesta al reino de Dios no se mide por la grandeza de los hombres sino en su pequeñez, sencillez.

Un reino violentado.

Quién se ha decidido por el reino tiene un gran problema: hay violencia contra él, el bautista lo padeció, Jesús lo padeció, los discípulos lo recibieron. Quienes han optado por el mesías no será fácil su camino. Juan es arrebatado por Herodes Antipas, algunos más como fariseos escribas, maestros de la ley perseguirán al joven cristianismo que empieza a surgir.

Una gran cantidad de versículos que nos indican “dichosos”, ¿habrá dicha en las adversidades?, es un gran reto para verificar la dicha de la que habla Jesús cf. Mt
5, 11-12.

Una conclusión para nuestros tiempos.

Nosotros podemos ver también los signos del mesías, vemos a una gran cantidad de quienes quieren ser discípulos de Jesús pero a la vez una cantidad importante que dice que cree en unas cuestiones pero no en todo lo del reino de Dios.

Para muchos son tiempos distintos y la palabra de Dios era para aquel instante, la Iglesia nos conduce a los argumentos de fe que otros han padecido. Jesús introduce las bienaventuranzas invitando al reino de Dios, este es real y verdadero.

Hoy el reino de Dios es salvajemente violentado por el hombre que vorazmente destruye todo a su paso, se lleva a los pequeños entre los pies, contamina todo con el pecado, quiere meter en su cultura a quién tenga pensamientos “retrogradas”, mata sin temor la creación de Dios y reta a Dios. Hoy estos persiguen a los profetas, sacerdotes, servidores del reino, secuestran, maltratan, torturan.

¿Vivir en el reino de Dios será aburrido?, muchos prefieren una fe muy light que solo afecte su vida religiosa. Un grupo de católicos dice que ya se va acabar el mundo y se trata de refugiar en refugios, no en el reino de Dios, más bien hace su propio reino.

Hoy Jesús nos invita a confiar en él, a esperarlo, a saber vivir en el reino de Dios. Nos hace un llamado nuevamente a recibir la buena nueva con responsabilidad, también a anunciarla. Un domingo que nos une a como católicos, discípulos y disfrutar de la buena nueva con un aire esperanzador en una mejor acogida de Jesús.

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