Novena a nuestra Señora del Rayo Abogada de los sin trabajo -Séptimo Día-

Novena a nuestra Señora del Rayo Abogada de los sin trabajo -Séptimo Día-

Novena a nuestra Señora del Rayo

Abogada de los sin trabajo

Séptimo Día

Se venera en el templo del Inmaculado Corazón de María

León, Guanajuato

sra-del-rayo

Acto de  Contrición

Señor mío Jesucristo, Redentor mío amabilísimo y mi Salvador; yo te adoro, te amo, te doy las más rendidas gracias por los innumerables beneficios que has hecho y haces y arrepentido de haber puesto mi amor en las criaturas abandonándote a Ti por ellas, protesto y te doy palabra de no volver a cometer semejante ingratitud. Me pesa, Señor,  una y mil veces haberte atendido; quisiera morir de dolor ya que no puedo hacer otra cosa, te ofrezco las adoraciones, acciones de gracias y afectos amorosos de tu madre María Santísima de tus santos del Cielo y justos de la tierra. ¡OH cuánto dolor me causa el no sentir en mi corazón aquel amor ardiente con que deseo amarte y con qué merecerte tu bondad el ser amando! Haz conmigo, dulcísimo Jesús, la misericordia de darme  un verdadero dolor de mis culpas, un propósito firme de la enmienda y una confianza segura de que tu piedad me ha de perdonar y me ha de llevar a darte las gracias por toda l eternidad. Amén.

Séptimo Día

 

¡Oh Madre consoladora de los afligidos! Con que satisfacción escucho a tantos pobres y necesitados que el bendecirte agradecidos, si publican también  las liberalidades de una Madre que compasiva y cariñosa les consuela en sus necesidades, y les franquea cuanto le piden. Orando más afligidos parece que ya  van a parecer en la mendicidad, un socorro inesperado, una limosna no pedida, les hace advertir que los ruegos de su Reino saben indicar en su favor la inescrutable providencia del Altísimo: si la grandeza de los principios del mundo se conoce por la multitud de ricos y poderosos cortesanos que los acercan, la tuya ¡oh Reina Soberana! Brilla más  agradable y majestuosa cuando es mayor el número de personas infelices que confiadas en tu misericordias te rodean. Yo, yo como una de ellas, postrada a tus plantas, te suplico me alcances de Él lo que te pido y que siendo yo tu pobre en esta vida sea tu cortesano alrededor de tu trono que ocupas en el cielo. Amén

Ave María… (3)

 

Oración

Madre mía dulcísima del Rayo, aquí tienes a uno de tus hijos, a quien miras con un cariño especial ¿con qué corresponder a tus finezas, hermosísima Señora?

No sé, no puedo decirte más sino que confieso por tu poderoso patrocinio, me he visto de innumerables peligros de alma y cuerpo; por eso con filial amor vengo  a darte gracias con estos cultos, y a suplicarte continué favoreciendo con tu patrocinio a todos tus hijos. Si, Señora, eres mi madre; por eso vengo a ti para que me alcances de tu Hijo Santísimo el remedio de todas mis necesidades. Tú ya las conoces porque eres la madre de la Sabiduría y por lo mismo solo te pido dirijas a tu hijo una mirada de compasión, una de esas miradas poderosas para sanar las enfermedades, para contener los rayos, para fertilizar los campos, para establecer la paz, para exterminar los odios, para tener una muerte tranquila, y gozar en la gloria de su compañía por los siglos de los siglos.

Amén

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