Las realidades motivantes de los cristianos Mt 5, 13-16.

Las realidades motivantes de los cristianos Mt 5, 13-16.

Las realidades motivantes de los cristianos Mt 5, 13-16.


cOMENTARIO AL EVANGELIO.


La palabra de Dios, hoy en la santa eucaristía, motiva a que el corazón se abra a las realidades que deben de vivir los cristianos, una forma de vida muy distinta a otros hombres sin el afán de discriminación, el sabor, la luz, las obras que emanan de los que viven según Jesús, su testimonio es vital para la glorificación a Dios. Para comentar algunos aspectos importantes citamos todo en su texto y posteriormente los comentarios más importantes:

Mt 5, 13 Ustedes son la sal de la tierra: si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se le devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente.
Mt 5:14 Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.
Mt 5:15 No se enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa.
Mt 5:16 Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo.

Indudablemente San Mateo plasma en estos versos, las palabras de Jesús que hablan de la santidad de los cristianos, trataremos la sal, la luz y las obras por separados para profundizar conceptos doctrinales naturales en la actuación del fiel. Para Mateo es muy importante cumplir con un binomio que Jesús constantemente hace mención: palabras-obras, 7, 24: Así pues, quien escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a un hombre prudente que construyó su casa sobre roca.

Sabor de la vida.

La sal es un elemento prioritario en la vida de estos pueblos, para los judíos de igual manera, su uso para conservar la carne, el pescado, para darle un sabor agradable a los alimentos, y hasta los rabinos tenían a la sal como un elemento purificador, llevar ese sabor del evangelio a todos los pueblos, es la meta universal en la misión evangelizadora que ha dado Jesús cfr. 28, 18-20.

El cristiano debe de dar sabor a la vida de los pueblos con su conducta, su responsabilidad, su compromiso, su forma de aceptar vivir la su religiosidad y su espiritualidad, además de mantener incorruptible la santa doctrina de Cristo, purificar al mundo desde una forma de vida coherente en obras y palabras, de modo que al verlos, al observarles, al visualizarles en el mundo glorifiquen a Dios de tener ese testimonio como ejemplo, pero… lo contrario, sí su conducta, su compromiso, su papel, su trabajo es soso, es burdo, como la sal, que no sala, no hay sabor en ella aun poniendo cantidades exageradas, tiene un destino: “Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente.”

La luz que brilla en las tinieblas.

Jesús es el icono que hace visible a la luz, “es la luz del mundo”, sus discípulos, los cristianos tienen ese mismo efecto con su forma de conducirse en la vida, con su forma de dar justicia al mundo, su forma de ser caritativo con los pequeños, la forma de iluminar a una sociedad con sus palabras y sus hechos, con el cumplimiento de su doctrina iluminar las tinieblas que los fariseos han permitido que reinen al no cumplir su función natural en Judea y demás lugares donde habitan los judíos. La forma que ilumina el cristiano a los hombres es como una lámpara que se enciende, pero está debe de ponerse en lo alto, como ejemplo, debe de ser testimonio, cuando esa luz es puesta en un cajón no sirve para nada.

La luz conduce a la verdad, a través de la luz se ilumina la vida de los hombres, el contraste de la ausencia de luz es la oscuridad, según el judío el que vive en las tinieblas es el necio, el malvado, el injusto, sin embargo los mismos hombres pueden generar tinieblas a otros y no dejarles ver la luz, de ahí la expresión del profeta Isaías: “los que habitan en tinieblas son iluminados”, esa es la misión del católico iluminar a una sociedad ciega, cegada por la injusticia, la violencia wtc.

Las buenas obras.

Las obras en el cristianismo deben de ser reflejo de la fe, de que han creído lo que escucharon de Jesús y ahora se pone en práctica, las obras de misericordia en la Iglesia son un buen parámetro para obrar; las obras determinan el valor doctrinal que adquiere la solicitud de Jesús a sus discípulos: “esas obras son resplandor de la vida en Cristo”, con esas obras brilla una luz desde el interior, todo el ser del católico se ilumina, son una balanza que equilibra las tinieblas que el mundo genera con su cultura de muerte, cada obra limpia de corazón, cada obra amando al prójimo hace resplandecer la vida.

La luz de la santidad sobre lo mundano tiene un contraste, la realidad de los cristianos es ser otro Jesús y los mundanos contrariamente siguen otra doctrina y cultura, a San Mateo le importa que las comunidades vean la congruencia de Jesús contra la antigua alianza que se fue diluyendo en muchos aun con la radicalidad farisaica, y el nuevo enfoque de creer en la ley de Moisés, para muchos las obras no salvan pero sí es un reflejo de que son católicos y que aman a Jesús.

Conclusiones.

-A un católico le interesa que se le de gloria a Dios.
-Le interesa la doctrina cristiana.
-Le urge el ser un agente transformador de las sociedades.
-Vivir la realidad que Cristo da, un brillo iluminador de Cristo en nuestra sociedad, calles y país.
-Le urge que conozcan a quién es la luz del mundo.
-La sal, la luz, las obras es el alimento del cristiano, ser y hacer de los católicos.
– Vive las realidades que el cristianismo tiene de bondad de Dios.
-El sabor en el mundo lo pone el católico con su forma de vida.

¿Será difícil ser sal y luz del mundo en la actualidad?, quizá no, cuando es su forma de vida de todos los días el cristiano es ese sabor en las sociedades y luz en los valles tenebroso del tejido social, ¿impide creer en esas palabras de Jesús?, es todo un desafío ante una cultura que contrariamente a la vida de Jesús, su enseñanza, su cultura.

No se necesita ser un genio para no descubrir el tipo de testimonio que Jesús desea en los cristianos, nuestra santidad está lo exige: sal, luz y obrar será la forma de vida a la que el catolicismo le orienta y es una meta de todo bautizado, la felicidad sigue siendo del cristiano, que Dios nos de la gracia de ser sal, luz y las obras como el resultado final de una fe que se proyecta firmemente.

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