Transfigurados en Cristo el reto del católico Mt 17, 1-9.

Transfigurados en Cristo el reto del católico Mt 17, 1-9.

Transfigurados en Cristo el reto del católico Mt 17, 1-9.

Comentario al evangelio.



En la segunda semana de cuaresma, tenemos en la liturgia de la palabra, en la celebración eucarística un pasaje extraordinario, que causa tanto comentarios positivos como negativos, la Iglesia católica lo denomina como: “la transfiguración de Jesús”, un pasaje que en la cuestión kerigmática, seguramente se predica con el Jesús vivo, divino, rica en aspectos didácticos para el católico y de igual manera para el cristiano, su valor religioso para vivir la semana mayor como es debido, para el comentario lo citamos todo en su contenido y posteriormente se desarrollará lo que se ha preparado:

Mt 17:1 Seis días más tarde llamó Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada.
Mt 17:2 Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandeció como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz.
Mt 17:3 De pronto se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Mt 17:4 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: –Señor, ¡qué bien se está aquí! Si te parece, armaré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Mt 17:5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube salió una voz que decía: –Éste es mi Hijo querido, mi predilecto. Escúchenlo.
Mt 17:6 Al oírlo, los discípulos cayeron boca abajo temblando de mucho miedo.
Mt 17:7 Jesús se acercó, los tocó y les dijo: –¡Levántense, no tengan miedo!
Mt 17:8 Cuando levantaron la vista, sólo vieron a Jesús.
Mt 17:9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó: –No cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Este pasaje goza de grandes comentarios, para hacer el nuestro lo vamos a dividir en tres partes: (1) V. 1-4. La transfiguración; (2) V.5-7. Teofanía del Padre y (3) V. 8-9. Jesús Doctrina discipular.

1.- V. 1-4. La transfiguración.

Parece ser que el evangelista San Mateo empieza separando dos acontecimientos de importancia en la vida judía, dos fiestas: el Yom Kipur día de penitencia, reconciliación y la fiesta de los tabernáculos. Después de celebrar el yom kippur un judío está limpio de pecado, el ritual dejaba bien marcado el momento de expiación del pueblo que durante 10 días en el mes de septiembre, se prepara el alma y en el último día se da el acontecimiento sin igual, el perdón del pecado.

Al citar esto San Mateo indica que Jesús a invitado a Pedro, Santiago y Juan a subir al monte (según pudo ser el Tabor o el Hermón), se sobre entiende que es el primer día de la fiesta de las chozas, de las tiendas, cabañas o tabernáculos, fiesta que durante 7 días se celebra e incluso unos días no son laborales, además, es una de las 3 fiestas importantes de peregrinaje.

Limpios de pecado y ahí es donde se discute sí Jesús celebró con sus discípulos el Yom Kipur, pero eso solo es polémica y lo que interesa es que Jesús estando en la cumbre se transfigura, les muestra su verdadera naturaleza, el fulgor de sus vestimentas divinidad, pero a esa figura radiante se agregan Moisés y Elías: De pronto se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. En la parte didáctica, teológica: la ley y los profetas están ante Jesús, las dos figuras titánicas de Israel, presentes.

El evangelio según San Mateo no da datos de lo que hablan o el motivo de la reunión, teológicamente se puede expresar el cumplimiento de la ley y los profetas a través de Jesús, él se revela a los discípulos, así como Moisés bajaba con el rostro brillante después estar con Dios ahora Jesús brilla y hace brillar su discipulado, sin embargo, Lucas es el único que indica de que hablan: “hablaban de su muerte, que había de tener lugar en Jerusalén.” Muchos escépticos creen que no hubo tal transfiguración que es un enrramaje de los apóstoles, sin embargo, toda la manifestación de Jesús son pequeñas transfiguraciones, sus milagros, sus sanaciones, su palabra, su vida misma, la pregunta sería: ¿para que se narra este hecho?, es fácil de entender, esta transfiguración es la predicación kerigmática de Jesús como mesías, salvador, es el cumplimiento del Padre que hace sensible la promesa de salvación.

La euforia, la paz y lo que sienten los discípulos hace expresar: 4 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: –Señor, ¡qué bien se está aquí! Si te parece, armaré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Con estos datos, Pedro nos hace verificar la fiesta de los tabernáculos, nos hace entender las figuras que están con Jesús, el juicio de Pedro no alcanza a concebir la magnitud del acontecimiento y es preferible quedarse ahí en el monte de Dios, es normal esto, en el templo ante Jesús hay una paz que uno no quisiera regresar, en un retiro todo excelente pero hay que volverá la realidad: trabajo, hijos, esposo, esposa, casa, actividades nos llaman.

2.- V.5-7. Teofanía del Padre.

Así como en el bautizo hay una teofanía de Dios, ahora vuelve a confirmarla el Padre ante la ley, los profetas y los discípulos: 5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube salió una voz que decía: –Éste es mi Hijo querido, mi predilecto. Escúchenlo.

Hay algo nuevo, la nube como en el pentateuco se hace presente, y ahora pide el Padre escuchar a Jesús, pedir que se le escuche implica que es su portavoz autorizado, más que ángeles, más que profetas, más que Moisés y la gloria de Dios llenó todo aquel monte y el temor en los discípulos se apoderó: 6 Al oírlo, los discípulos cayeron boca abajo temblando de mucho miedo.

El éxtasis en su esplendor y un nuevo principio nos hace ver el evangelio, el aspecto: apocalíptico, el fin de los tiempos y la segunda venida de Jesús a que se le rinda cuentas, todos los elementos del género literario apocalipsis están presentes.

3.- V. 8-9. Jesús Doctrina discipular.

Ante la gloria de Dios todos nos rendimos, como un efecto que deseamos prolongar, después silencio y los discípulos contarán esta experiencia inolvidable como novios: V. 8-9. Jesús Doctrina discipular. 7 Jesús se acercó, los tocó y les dijo: – ¡Levántense, no tengan miedo!

Una gran cantidad de veces Jesús dice a los discípulos: “no tengan miedo”, la mente esta embotada, igual como en otras ocasiones, no hay nadie más que Jesús, todo aquello desapareció como un sueño: 8 Cuando levantaron la vista, sólo vieron a Jesús. Jesús principio y fin, todo pasará pero Jesús quedará y ahí el Cristo-centrísmo. Jesús les hace indicaciones a sus discípulos, aunque todo se ha revelado para ellos, la euforia mesiánica puede apresurar las cosas y hacer que se salgan de su plan, la gente está ávida de un cambio en sus vidas y les advierte a sus discípulos: 9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó: –No cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Lo más desconcertante será asimilar que Jesús tiene que morir y resucitar, acaban de ver la gloria de Dios y porque se tiene que esfumar tan abruptamente, nada es más misterioso de lo que pueden entender: “resucitar entre los muertos”, una doctrina que la comunidad cristiana tiene bien establecida, bien consolidada, para nosotros es fácil asimilar, pero… quizá para las nuevas generaciones les parezca absurdo o difícil de lograr o ansiosamente de que se cumpla y ver un milagro para creer.

Conclusiones.

A partir de nuestro bautismo gozamos de la gloria de Dios, gozamos del mesianismo de Jesús, gozamos de su salvación, de su Iglesia, transfigurados con él, en hombres y mujeres que tienen que hacer resplandecer su gloria con su testimonio.

Cumplir la ley de Dios y la santa doctrina será el reto para el actual cristiano que lejos de relajarse se tiene que “poner” las pilas como se dice. El Padre ha revelado: “escúchalo católico”, escúchalo cristiano”, ¿por qué seguir otras voces que nos alejan de la de él.

De la convivencia en la Iglesia, de retiros, de la evangelización, de la participación se tiene que salir, aunque se esté bien al mundo a transformar, Jesús puede transfigurar todo, no será difícil sí el cristiano atiende su papel.

En esta segunda semana de cuaresma Jesús nos vuelve a insistir que no tengamos miedo, por eso San Pablo asimila,: “sí Cristo esta con él quien contra el cristiano.” No sólo hay que tener miedo natural sino quitar el miedo de dar testimonio, confiar en Dios para alejar miedo a decir que es cristiano, no tener miedo a creer en las promesas o visualizar la gloria de Dios a través de la transfiguración. Camino a la salvación orar para vivir intensamente el gran momento de la manifestación de Jesús será el gran reto. ¿Tiene miedo de no volver a ser el mismo?, ¿a qué lo transfigure Jesús?, ¡qué tal si hacemos la prueba!, probablemente todo cambien en nosotros y digamos: “¡qué bien estamos con Cristo!

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