Palabra de Dios 26 de Oct. de 2025. XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.
Evangeliodel dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Eclesiástico (Sirácide) ( 35, 15b-17. 20-22a )
El Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias. No
menosprecia a nadie por ser pobre y escucha las súplicas del oprimido.
No desoye los gritos angustiosos del huérfano ni las quejas insistentes
de la viuda.
Quien sirve a Dios con todo su corazón es oído y su plegaria llega
hasta el cielo. La oración del humilde atraviesa las nubes, y mientras él
no obtiene lo que pide, permanece sin descanso y no desiste, hasta que
el Altísimo lo atiende y el justo juez le hace justicia.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo ( 33 )
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo
me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
R.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su
recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus
congojas.
R.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Salva el Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes en él
esperan.
R.
SEGUNDA LECTURA.
Segunda carta de Pablo a Timoteo ( 4, 6-8. 16-18 )
Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se
acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he
corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la
corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel
día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor
su glorioso advenimiento.
La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó.
Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor
estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara
claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui
librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos
los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial. A él la gloria por
los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas. ( 18, 9-14 )
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se
tenían por justos y despreciaban a los demás:
“Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro,
publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y
adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana
y pago el diezmo de todas mis ganancias’.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar
los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo:
‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél
no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla
será enaltecido”.
Palabra del Señor.