Testamento Espiritual para hacerlo en la Salud y renovable a la hora de la Muerte.

Testamento Espiritual para hacerlo en la Salud y renovable a la hora de la Muerte.

Testamento Espiritual para hacerlo en la Salud y renovable a la hora de la Muerte.



Siendo innumerables los peligros que está sujeta la vida humana, y conociendo, yo pecador, que he nacido para morir y no sé la hora, con el fin de que no me halle la muerte desprevenido, he determinado disponerme con la ayuda de Dios; y así, postrado a los pies de mi Señor Jesucristo, Crucificado por mi amor, declaro a todas las criaturas del cielo y de la tierra que mi última voluntad es la que aquí explico :

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Primeramente digo que, como fundamento de mi salvación, protesto en presencia de Dios omnipotente, de la Virgen Santísima, Madre suya, y de toda la corte celestial, que mi voluntad es vivir y morir obediente a la Santa
Iglesia católica, apostólica y romana, creyendo firmemente, como creo, todos los artículos de la fe, enseñados por los Santos Apóstoles, como las propone y explica nuestra Santa Madre de la Iglesia. Así pues, si alguna vez me ocurre alguna cosa contra ellos, la tengo desde luego por error y por tentación del enemigo. Y si, que Dios no lo permita, dijere o hiciese algo que sea contrario, en virtud de esta cláusula, lo revoco y anulo, es mi voluntad que se tenga por no hecho ni dicho.

Declaro, por esta última voluntad, que en mi lecho de muerte deseo recibir el santo sacramento de la penitencia, confesando enteramente mis pecados; y si por algún accidente no me pudiere confesar, es mi voluntad confesarme y dolerme de todos ellos y llorarlos amargamente no tanto por el temor de las penas eternas, sino cuanto por haber ofendido al sumo bien, aquien debo servir y amar sobre todas las cosas, lo cual ahora propongo firmemente, con su divina gracia todo el tiempo que me resta de vida.

Es mi voluntad recibir también el Santo Viático; y si por alguna causa no pudiera ser, declaro que mi voluntad es recibirle a lo menos espiritualmente, adorando de corazón a mi Señor Jesucristo Sacramentado, y suplicándole que se digne acompañarme en tan peligroso viaje, defenderme de los enemigos infernales y llevarme al puesto seguro de la eterna bienaventiranza.

Declaro así mismo, que mi voluntad es pasar de esta vida habiendo recibido el Sacramento de la extemaunción, y no pudiendo recibirle, ruego a mi Dios y Señor se digne ungirme con el óleo Santo de la misericordia, perdonándome los pecados que cometí con los cinco sentidos corporales.

También es mi voluntad acabar la vida esperando que la infinita misericordia de Dios, al perdón de todos mis pecados y la salvación de mi alma, teniendo como tengo como infalible la palabra de mi Señor Jesucristo, que dijo : ” No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores “.

Confieso que aún las obras buenas las hice siempre con muchas inperfecciones y negligencia. Y para que el demonio quede confuso, declaro que no presumo por solas mis obras merecer el cielo, sino principalmente por los infinitos merecimientos y preciosa Sangre de mi Señor Jesucristo, derramada por mi salvación eterna.

Es mi voluntad padecer con paciencia y conformidad hasta el último aliento de mi vida, en unión de los que en mi Divino Salvador padeció por mí, cualquier enfermedad y dolor que Dios me envíe; y si por fragilidad y miseria caigo en alguna impaciencia inmoderada, desde ahora me arrepiento de la culpa y mal ejemplo que de, sea de obra, sea de palabra, rogando a Dios que no me desampare en aquel peligro y último trance.

Perdono todas las injurias que me hayan hecho los hombres rogándoles que también ellos me perdonen a mí; Y a Dios que de ellas no les tome cuenta, sino que les ayude y asista con su gracia, usando con todos indulgencia y de piedad.

Doy gracias al Señor por todos los beneficios que me ha dispensado, así espirituales como temporales particularmente por los de la creación, redención y vocación a su Santo conocimiento y también por haberme, hasta ahora, esperando penitencia, habiendo merecido me castigase mil veces con penas eternas. Sea por siempre bendita su Bondad y Misericordia.

Deseo que de esta mi última voluntad sea ejecutada por la Gloriosísima Virgen María, abogada de los pecadores, el Glorioso Patriarca San José y mis principales abogados y protectores San N ( Se dice el nombre de sus Santos de su devoción)a los cuales ruego me favorezcan en aquella hora, pidiendo al Señor se digne, por su infinita clemencia, recibir mi alma en la paz eterna de los Santos.

Constituyo y nombro por defensor de mi alma al Santo Ángel de mi guarda en el tribunal de Dios, cuando se vea mi causa y se pronuncie sentencia definitiva, rogándole que, pues Nuestro Señor, le encomendó mi alma, poniendola bajo su tutela y amparo en esta vida, la proteja y coloque por sus manos en las moradas eternas de gloria. Ruego por las entrañas de Jesucristo a todos mis parientes y amigos que me ayuden con oraciones y obras satisfactorias y especialmente en el Santo Sacrificio de la Misa, como medio, entre todos el más eficaz, para que si, por la misericordia de Dios, fuere mi alma destinada a las penas del purgatorio, se libre pronto de ellas y vuelva a gozar de la vista de Dios, que yo les ofrezco no ser ingrato a tan gran beneficio.

Finalmente, rindiendo humildes gracias al Señor, por haberme conservado a la vida, protesto y declaro ser mi ´
ánimo, aceptar la muerte en cualquier modo y hora en que la mande recibíendola humildemente en satisfacción de mis pecados y conformando en esto y en todo, mi voluntad de la suya Santísima y Amabilísima, de la que rendidamente le súplico no permita que me aparte jamás. Amén.

(Extractos de los escritos de Santa Margarita María Alacoque y otros autores, con licencia eclesiástica)

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