“Dios quiere contar contigo”: LA MISERICORDIA DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA.

“Dios quiere contar contigo”: LA MISERICORDIA DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA.

“Dios quiere contar contigo”
LA MISERICORDIA DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA.

Martes 26/abril/2011.


Hech. 2; 36 – 41.

36. Sepa entonces con seguridad toda la gente de Israel, que Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron.» 37. Al oír esto se afligieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?» 38. Pedro les contestó: «Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el Nombre de Jesús, el Mesías, para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo. 39. Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos, y también para todos aquellos a los que el Señor, nuestro Dios, quiera llamar, aun cuando se hayan alejado.» 40. Pedro siguió insistiendo con muchos otros discursos. Los exhortaba diciendo: «Aléjense de esta generación perversa y sálvense.» 41. Los que acogieron la palabra de Pedro se bautizaron, y aquel día se unieron a ellos unas tres mil personas.

Sal. 32.

1. Dichoso el que es absuelto de pecado y cuya culpa le ha sido borrada. 2. Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa alguna y en cuyo espíritu no se halla engaño. 3. Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día. 4. Tu mano día y noche pesaba sobre mí, mi corazón se transformó en rastrojo en pleno calor del verano. 5. Te confesé mi pecado, no te escondí mi culpa. Yo dije:” Ante el Señor confesaré mi falta”. Y tú, tu perdonaste mi pecado, condonaste mi deuda. 6. Por eso el varón santo te suplica en la hora de la angustia. Aunque las grandes aguas se desbordasen, no lo podrán alcanzar. 7. Tú eres un refugio para mí, me guardas en la prueba, y me envuelves con tu salvación. 8. “Yo te voy a instruir, te enseñaré el camino, te cuidaré, seré tu consejero. 9. No sean como el caballo o como el burro faltos de inteligencia, cuyo ímpetu dominas con la rienda y el freno.” 10. Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el Señor lo envolverá la gracia. 11. Buenos, estén contentos en el Señor, y ríanse de gusto; todos los de recto corazón, canten alegres.

Jn. 20; 11 – 18.

11. María se quedaba llorando fuera, junto al sepulcro. Mientras lloraba se inclinó para mirar dentro 12. y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. 13. Le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» 14. Dicho esto, se dio vuelta y vio a Jesús allí, de pie, pero no sabía que era Jesús. 15. Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella creyó que era el cuidador del huerto y le contestó: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo me lo llevaré.» 16. Jesús le dijo: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que quiere decir «Maestro». 17. Jesús le dijo: «Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.» 18. María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor y me ha dicho esto.»

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