LA CURACIÓN DE LOS RECUERDOS

LA CURACIÓN DE LOS RECUERDOS

Aprendiendo a perdonar a Dios
(a veces culpamos a Dios por lo que nos pasa ¡Dios es inocente!)

Todos tenemos heridas afectivas por experiencias negativas del pasado (guardamos resentimientos que queremos ocultar). Estas heridas condicionan nuestra salud física (el 80 % de las enfermedades son psicosomáticas), psico-social y espiritual.

“El perdón, ciertamente, no surge en el hombre de manera espontánea y natural. Perdonar sinceramente en ocasiones puede resultar heroico. Aquellos que se han quedado sin nada por haber sido despojados de sus propiedades, cuantos han soportado el ultraje de la violencia, no pueden dejar de sentir la tentación del odio y de la venganza.

La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de dificultades, puede ser vivida también por un corazón herido, gracias al poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor. La inmensa alegría del perdón, ofrecido y acogido, sana heridas aparentemente incurables, restablece nuevamente las relaciones y tiene sus raíces en el inagotable amor de Dios.” (Juan Pablo II, l-l-97) La dinámica de la reconciliación conlleva dos movimientos: ser perdonado (pedir perdón) y perdonar. Lo más difícil es perdonar a los que nos han hecho daño.

¿QUÉ ES EL PERDÓN?
“Perdonar no es lo mismo que justificar, excusar u olvidar. Perdonar no es lo mismo que reconciliarse. La reconciliación exige que dos personas que se respetan mutuamente, se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella. Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse-

“El perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho… Perdonar es un proceso complejo. Es algo que sólo nosotros mismos podemos hacer…Paradójicamente, al ofrecer nuestra buena voluntad al ofensor, encontramos el poder para sanarnos…Al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos.”

Estos son los pasos terapéuticos que ellos recomiendan:

l. Confrontar la rabia interior, la vergüenza, la herida. La persona puede estar deprimida sin saber por qué, hasta que descubre la causa, oculta por muchos años o sólo por horas.

2. Reconocer la fuente de la herida, y descubrir el porqué.

3. Elegir perdonar. Aunque haya base para la ira y la venganza, no se elige eso, sino perdonar. Y no tiene que ser sólo por motivos religiosos, sino también por instinto de conservación: le va a hacer bien psíquica y físicamente.

4. Buscar una nueva forma de pensar sobre esa persona que nos ha hecho mal. Cuando lo hacemos, por lo general descubrimos que es un ser vulnerable, probablemente con heridas.

“Debemos liberarnos del dominio que la persona que nos ha herido ejerce todavía sobre nosotros mediante nuestro odio. Perdonar libera la memoria y nos permite vivir en el presente, sin recurrencias constantes al pasado doloroso

ALGUNOS TEXTOS BÍBLICOS SOBRE EL PERDON

“Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:13

“Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Efesios 4: 31-32

“Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados”. Marcos 11: 25

“Del vengativo se vengará el Señor; Dios llevará cuenta estricta de sus pecados. Perdona las ofensas a tu prójimo, y Dios perdonará tus pecados cuando se lo pidas. Si uno guarda rencor a su prójimo, ¿cómo querrá que Dios le dé a él la salud? No tiene compasión de un hombre igual a él, y ¿pide a Dios el perdón de sus pecados? Es un simple mortal y guarda rencor, ¿quién le obtendrá el perdón de sus pecados? Piensa en tu fin y ya no odies más, piensa en la muerte y cumple los mandamientos. Recuerda los mandamientos y no odies al prójimo, piensa en el pacto del Altísimo y perdona las faltas”. Eclesiástico 28: 1-7

“Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados”. Mateo 6: 14-15

“Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. Mateo 18:21

“Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal”. Mateo 6: 12

Oración de sanación interior.
¿Cómo se hace? (tomado del libro “Vengo a sanar” de Darío Betancourt)

a) El primer paso es reconocer que necesitamos ser curados y pedir la gracia del perdón, sobre todo para perdonar a los que nos han hecho daño.

b) Usar la imaginación. En un tiempo sereno de oración, ya sea mental o vocal, imagínate a Jesús (es recomendable verlo resucitado con sus llagas, algo así como se apareció a los apóstoles el día de la resurrección). Santa Teresa de Jesús insiste en la necesidad de ver al Señor de una manera muy humana junto a sí.

c) Volver al pasado. Pide al Señor que te acompañe al momento en el cual se causaron las heridas. Así con su presencia se irán sanando, una a una, todas las heridas. Recorre con Cristo tu historia pasada…

d) Localizar la herida. Es muy importante afinar la causa de las heridas, para que el Señor sane la causa y desaparezcan los efectos. ¿Qué fue lo que ocasiono el daño o la herida?

e) Pedir a Dios la gracia para poder perdonar y tomar la decisión.

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