Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.  Oremos para que luchemos por  hacer la Voluntad de Dios .  Hora Santa  Parroquia de San Pío X

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Oremos para que luchemos por hacer la Voluntad de Dios . Hora Santa Parroquia de San Pío X

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

Oremos para que luchemos por  hacer la Voluntad de Dios .

Hora Santa

Parroquia de San Pío X

 vive-en-mi-vida-siempre

Se reza la Estación del santísimo Sacramento…

Jesús tu que siempre hiciste la Voluntad de Dios Padre con amor y alegría, infunde en nosotros  también el deseo de dar gloria a Dios en todos nuestros actos que nuestro corazón siempre este lleno de confianza y generosidad  para servirte en todos nuestros hermanos. Aumenta nuestra fe.

 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4,12-23                        De pie

Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que Vivían en  tierra de sombras una luz resplandeció.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los Cielos”

Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores, Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes y los llamo también. Ellos, dejaron enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.

 

Palabra del Señor.

Releemos en silencio y compartimos la frase que más nos llegue al corazón.

 

 

Canto.

Tú has venido a la orilla, nos has buscado ni a sabios ni a ricos

Tan solo quieres que yo te siga.

 

Señor me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre

En la arena he dejado mi barca, junto a ti buscare otro mar.

 

Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espadas,

Tan solo redes y mi trabajo.

 

Tú necesitas mis manos, mi cansancio que otros descanse,

Amor que quiera seguir amando.

 

Tu pescador de otros lagos, ansia eterna de almas que esperan,

Amigo bueno que así me llamas.

 

 

 

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

 

Intimidad Divina.  P. Gabriel de Sta. M. Magdalena.

 

Siempre atento a confrontar los hechos de la vida de Jesús con los que los profetas habían predicho del Mesías, mateo, al comenzar la narración de su actividad apostólica, refiere una profecía de  Isaías acerca de la “región del Zabulón y Neftalí”, donde el maestro moraba en aquel  tiempo. “El pueblo postrado en tinieblas ha visto una intensa luz, a los postrados en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido” Mateo ha visto esta profecía hacerse realidad a sus ojos. La luz que ilumina la Galilea se difunde de allí a todo el mundo, es Cristo; Mateo le ha conocido, le ha seguido y escuchado y quiere transmitir esa buena noticia a todo el mundo “Jesús comenzó a predicar y decir: Convertíos porque el reino de los Cielos  está cerca” El mensaje es apremiante, urge propagarlo, porque el reino que Cristo ha venido a instaurar se ofrece a todos los hombres y está ya próximo. Lo atestigua  la predicación de Jesús toda orientada a la conversión y a la salvación; lo atestiguan los milagros que realiza “sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo, porque la curación de los cuerpos es “señal” de otra más profunda que quiere operar en los espíritus. y lo atestigua también la elección y la llamada de los primeros discípulos a los que Jesús quiere como colaboradores de su ministerio de salvación. mateo señala cuatro: Simón y Andrés, Santiago y Juan. Dos de ellos habían  conocido al Maestro a indicación del bautista en las orillas del Jordán y se habían ido al punto con él. Ahora es Jesús mismo quien los invita cuando están en el lago pescando con sus respetivos hermanos: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres” Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, lo siguieron”  Dios no llama solo una vez en la vida:  sus llamadas se renuevan haciéndose cada vez más apremiantes y compulsivas. Y no se trata solo de seguir  a Cristo, sino de venir a ser, siguiéndole, “pescadores de hombres” la respuesta es inmediata como la vez primera, pero perfeccionada por la dejación generosa de las redes,  de la barca y hasta de su padre, que Santiago y Juan dejan junto al lago. Así hay que acoger las llamadas importantes y las más humildes que nos llegan a través de las circunstancias concretas de la vida diaria o bajo la forma de impulso interior a mayor generosidad, entrega y sacrificio.

Releemos en silencio y oramos espontáneamente de acuerdo a lo que leímos.    

 

 

Canto

Señor yo quiero servirte y quiero vivir tu Evangelio,

Yo quiero serte fiel hasta la muerte y ser testigo de tu amor.

 

Ya no los  llamare servidores, si cumplen todos mis mandatos

Serán para siempre mis amigos y no tendré secretos con ustedes.

 

Ustedes no me han elegido, fui yo quien se fijo en ustedes.

Pues quiero que produzcan mucho fruto y ese fruto permanezca para siempre.

 

Recuerden aquello que les dije, que el siervo no es mayor que su Señor

A mí siempre me han perseguido y a ustedes los perseguirán.

 

 

Oremos a María Santísima

Madre, ayúdanos a vivir siempre injertados a Dios, ora Madre santa para que imitándote seamos dignos de ser llamados  hijos de Dios y merecedores de su amor y pronunciar algún día como tú lo hiciste: “Hágase en mi según tu Palabra”

 

 

1er. Misterio. Adherirse a la Voluntad de Dios es adherirse a Dios, abrazar su querer es abrazarse a Dios mismo. Nadie está más unido a Dios que quien cumple siempre y perfectamente su Voluntad. Esta es la más cierta señal de un amor auténtico y de una relación con Dios que Jesús, comparo a las relaciones más estrechas de sangre.

Oremos para que busquemos de todo corazón hacer en la Voluntad de Dios

 

 

2do. Misterio. El amor vacía a la criatura de todo lo que es contrario a Dios, la mueve a amar y querer sólo lo que Dios mismo ama y quiere, de modo que gradualmente su voluntad se conforma y hasta se identifica con la divina. Entonces de las dos está “hecha una voluntad, la cual es Voluntad de Dios y esta Voluntad de Dios es también  la Voluntad del alma”

Oremos  para que el Amor divino purifique nuestro corazón  para  que nuestro obrar conforme sea según su  divina Voluntad.

 

 

3er. Misterio. Cuando alguien dice: Señor, renuncio a mi voluntad para hacer la tuya, está expresando una optima disposición, pero no es eso aún la unión perfecta; pues queda aún alguna diferencia entre las dos voluntades.Hay que llegar a poder decir, más con hechos que con palabras; Señor, lo que tú quieres lo quiero yo también.

 Oremos para que podamos desprendernos de todo aquello que nos aleja de Dios.

 

4to. Misterio. la unión perfecta con Dios, enseña San Juan de la Cruz “Consiste en tener el alma, según la voluntad, con total transformación en la Voluntad de Dios, de manera que no haya en ella cosa contraria a la Voluntad de Dios, sino en todo y por todo su movimiento sea Voluntad solamente de Dios”

Oremos para que seamos dóciles al Espíritu santo para que el nos guíe de acuerdo a la Voluntad de Dios.

 

5to. Misterio. En Dios el acto de la voluntad se identifica con el acto del amor, perderse en la Voluntad divina es perderse en su amor. Querer únicamente lo que Dios quiere es la cumbre del amor,  porque es dejarse mover únicamente por el  Amor divino.

Oremos  para que seamos instrumentos dóciles del Amor divino y así vivir en la plenitud.

 

 

 

 

 

 

Recemos la Coronilla de la Misericordia       De rodillas o de  pie

Ofrezcámosla para que con amor busquemos siempre hacer la  Voluntad de Dios.

 

 

Padre nuestro…Ave María… Credo…

En  las cuentas grandes antes de cada decena.

Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amantísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena.

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Jaculatoria para rezarse al final de cada misterio.

Oh Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, Confiamos en Ti

Doxología final después de las cinco decenas.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero

 (3 Veces) 

 

Oremos en Silencio

Por las necesidades en todo el mundo en especial por la paz en Siria y  México.

 

Los momentos que nos quedan reparemos el Corazón de Jesús que sufre por todos los sacrilegios cometidos en las diversas Iglesias del mundo y por todos los que cometen comuniones y confesiones sacrílegas, oremos para que el Espíritu Santo, les dé luz y conversión  y a todos nos permita realizar buenas y sinceras confesiones.

Repetimos varias veces esta jaculatoria, para reparar su Corazón:

Cuerpo y Sangre de Jesús, os quiero, os amo y os adoro.

 

Os pido perdón y misericordia por todos los sacrilegios cometidos.

 

 

 

 

 

Permanezcamos unos momentos en silencio

Escuchemos lo que nos dice el Señor:

 

“Síganme y los haré  pescadores de hombres” 

 

 

Oremos todos unidos

Quédate con nosotros, quédate para siempre,

Dulce Jesús y otorga a mi alma que se debilita,

Una gracia mayor.

Quédate conmigo y comenzaré a resplandecer de tu resplandor,

Tanto que llegue a ser luz para los demás.

La luz, oh Jesús, vendrá detrás de ti,

Yo no tendré en ella parte alguna ni mérito alguno,

Porque serás tú quien resplandezca  en los demás a través de mí.

 

J. H. Newman

 

 

 

Canto

Toma Señor y recibid, toda mi libertad,

Mi memoria mi entendimiento y toda mi voluntad

Todo mi haber y mi poseer,

Vos me lo diste, a vos Señor lo torno

Todo es Vuestro, todo es Vuestro

Disponed a toda Nuestra Voluntad

Dadme Vuestro amor y gracia,

Y esto me basta, que esto me basta

Que esto me basta.

Amén.

 

¡¡¡Unidos en la Eucaristía !!!

Acerca del autor

Temas relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.