La sabiduría de Dios en Cristo:  Mc 6, 1-6.

La sabiduría de Dios en Cristo: Mc 6, 1-6.

La sabiduría de Dios en Cristo: Mc 6, 1-6.

Comentario al evangelio.

La iglesia celebra su asamblea dominical (santa misa) con la palabra de Dios bajo las palabras del evangelista San Marcos, acompañada de la lectura de del profeta Ezequiel 2, 2-5, salmo 22 y la segunda carta a los corintios 12, 7-16. Jesús muestra a Israel una sabiduría que lo desborda, para ellos es un hombre común y corriente cuyos parientes habitan entre ellos, aunque la sabiduría se ve que es de Dios, su dureza de cabeza y corazón no alcanza a penetrarlos. Para el comentario de este pasaje lo citamos todo en su texto y posteriormente se harán loc comentarios más pertinentes:

Mc 6, 1Saliendo de allí, se dirigió a su ciudad acompañado de sus discípulos.
Mc 6:2 Un sábado se puso a enseñar en la sinagoga y la multitud que lo escuchaba comentaba asombrada:
–¿De dónde saca éste todo eso? ¿Qué clase de sabiduría se le ha dado, que tamaños milagros realiza con sus manos?
Mc 6:3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago y José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?
Y esto era para ellos un obstáculo.
Mc 6:4 Jesús les decía:
–A un profeta sólo lo desprecian en su patria, entre sus parientes y en su casa.
Mac6:5 Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos a quienes impuso las manos.
Mc 6:6 Y se asombraba de su incredulidad. Después recorría los pueblos vecinos enseñando.

El texto comienza haciendo mención del regreso de Jesús a su tierra natal Nazaret, es acompañado de sus discípulos, acude como buen judío al lugar por excelencia de formación, de celebración, de reunión comunitaria, la sinagoga, precedido por una fama y grandes dotes de taumaturgo es invitado como un targumista que va a enseñar lo que la liturgia tiene para ese día en la sinagoga y donde Dios se manifiesta pleno.

Sabemos la gran capacidad de letrados, fariseos, escribas, rabinos para enseñar lo relacionado con la Torá, los profetas y los otros escritos, el impulso a estudiar y enseñar la palabra de Dios se vislumbra desde el sacerdote Esdras cfr. Es 7, 10 en el regreso de Babilonia, la fiesta de pentecostés tomará un giro importante en su celebración al centrase en la palabra de Dios, sin embargo no era exclusivo de estos personajes esa explicación, la explicación del texto sagrado lo podía hacer una persona distinguida, capacitada, ofreciéndose espontáneamente a ello o siendo invitado por el jefe de la sinagoga y que la sabiduría en Jesús afloraba en cada enseñanza y doctrina

Marcos y Mateo como sinópticos se contextualizan muy bien, sin embargo Lucas difiere totalmente en el contenido e incluso el texto se ubica muy tempranamente en el ministerio de Jesús hacía el capítulo cuatro, sin embargo Lucas nos hace notar que tipo de enseñanza daba Jesús, la autoridad para manejar la asamblea, la sabiduría de Dios que habla por su hijo a tal grado de causar admiración entre los suyos, pues se notaba un rasgo bien diferente al de los rabinos, escribas, fariseos etc.
La forma tan profunda del manejo de la sagrada escritura por parte de Jesús provoca grandes sacudidas en su cultura de aquellos nazaretanos.

Artesano:

Lo conocían y sabían que él fue enseñado por su padre José en el oficio de carpintero, un carpintero inteligente, sabio y taumaturgo pues su fama en Cafarnaúm, Jerusalén hablaba de ello: ¿cómo podía ser posible si nunca se fue a vivir un discipulado?, claro era posible que en la sinagoga los rabinos lo hubieran enseñado, que se hubiera destacado de sus paisanos por su inteligencia, pero hubieran tenido ya referencia de esa sabiduría, referirse como el artesano, lo primero es que le devuelven al sitio que según él tiene porque se oía que muy probablemente Jesús era el mesías, lo que hacen es demostrar su origen y en la creencia del mesías, el mesías no se iba a saber de dónde procedía, pero para acentuar más su discernimiento, mencionan a sus parientes que viven entre ellos, el evangelio según San Juan ubica en el capítulo 7 que ni sus hermanos le creían que fuera el mesías; ¿cómo es posible que en una pequeña aldea de unos 200 habitantes haya salido Jesús el carpintero como el depósitario de la sabiduría de Dios?.

El viejo refrán.

Jesús les menciona el refrán del profeta que no es aceptado en su patria, entre los suyos, la envidia, la incredulidad, el testimonio, las rivalidades, el éxito pueden ser factores de la no aceptación y no reconocerle como el profeta, el mesías, el enviado.

Milagros y curaciones.

El evangelista con tristeza menciona que Jesús no pudo realizar ningún milagro como se realizaron en otras regiones y las curaciones que se dieron fueron pocas en esa misma comparación, todo por causa de esa incredulidad y no aceptación de su paisano, la poca fe en él; en Lucas hay un tremendo rompimiento con sus paisanos en la sinagoga a tal grado de quererlo lapidar, pero… Jesús esta asombrado hasta donde llega su incredulidad y de ahí los “¡Ays!” para las ciudades que recorría.

Conclusiones:

Un texto que golpea la fe de muchos que según le seguimos a Cristo, la gran incredulidad y la ignorancia abundante en muchos fieles hace que Jesús se disuelva en la vida sin lograr la transformación; los modelos de vida tan distintos y la vista del Jesús histórico tan pobre hace que Jesús solo sea una teoría, una metáfora, un personaje, un “carpintero”.

La enseñanza de Jesús muestra la sabiduría de Dios en plenitud; en los tiempos actuales en lugar de asombrar admirar o conmover, les hace parecer tan lejana y distante en la vida del cristiano, podemos tomar alternativas para nuestra vida en el esoterismo, la superstición e incluso en la idolatría y el Jesús se queda en los templos o en los confesionarios, en otros “buenitos” les llega la seguridad de que ya conocen a Jesús por leer unas páginas de la sagrada palabra suya.

Otros dejamos de recibir las gracias, las bondades, el amor de Dios, la sabiduría de Dios, los dones por ser tan incrédulos, lo poco que hace lo hace por propia cuenta pero la limitante es el obstáculo número uno para privarse de tanto amor de Jesús, como citó el profeta Ezequiel: pueblo de cabeza dura, de cervis dura, rebelde.

Hagamos el intento de dar un giro y aceptar a Jesús como mesías, salvador, Dios, como la sabidría transformadora, que se vaya adueñando de nuestra vida para que el asombro llegue a nosotros, llegue la sabiduría a nuestro corazón y Jesús se admire de nosotros por nuestra fe adulta y aceptar la gran sabiduría en Jesús.

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