Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día  27. Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día 27. Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para todos los días del mes. Día  27. Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y les concede el poder de perdonar pecados.

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En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Acto de Contrición

Misericordia, Señor, hemos pecado. Por tu inmensa compasión borra nuestras culpas. Contra Ti, contra Ti sólo pecamos. Cometimos las maldades que Tú aborreces. Aparta de nuestros pecados tu vista. Borra de nuestras almas toda culpa. Oh Dios crea en cada uno un corazón puro, y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu. Como se aleja el Oriente del Occidente, así tú alejas nuestros pecados. Tú perdonas nuestras faltas. Eres compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos tratas como merecen nuestros pecados ni nos castigas como lo exigen nuestras culpas. Como se eleva el cielo sobre la tierra, así se eleva tu bondad sobre nosotros. Como un padre siente ternura por sus hijos, así Tú, oh Dios, sientes compasión por tus servidores. Sabes de qué estamos hechos y recuerdas que somos barro. Tu misericordia, Señor, dura por siempre. Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas: no te acuerdes de nuestros pecados ni de las maldades de nuestra vida pasada. Acuérdate de nosotros con misericordia, por tu bondad, Señor. Por el honor de tu Nombre perdona nuestras culpas que son muchas. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

 

Acto de Consagración

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.

 

Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de uno y de otros, benignamente Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.

 

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que estos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

 

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la bondad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

 

Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud: a Él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

 

 

 

Día 27
Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y les concede el poder de perdonar pecados.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20,19-31

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “la paz con vosotros.” Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegran de ver al Señor, Jesús les dijo otra vez: “La paz con vosotros.

Como el Padre me envió, también yo os envío.”

Dicho esto, sopló y les dijo:
“Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.”

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor.” Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.” Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos, dentro y Tomás con ellos. Se presenta Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: “La paz con vosotros.”

Luego dice a Tomás: “Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.” Tomás le contestó: “Señor mío y Dios mío.” Dícele Jesús:
“porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.”

Jesús realizó en presencia de los discípulos otros muchos signos que no están escritos en este libro. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor.

“Joven: yo te mando: ¡Levántate! Y el joven resucitó.”

 

 

 

Plegaria
Consagración del hogar al Sagrado Corazón de Jesús 

 

Dulcísimo Corazón de Jesús: tuyos somos y tuyos queremos ser; humildemente postrados ante tu Sagrada Imagen, te consagramos nuestras personas, nuestra casa, nuestra familia, con todo lo que somos y todo lo que tenemos.

Reina en nuestra casa como en un hogar que te pertenece y no permitas que te sea arrebatado lo que con todo corazón te hemos consagrado.

Derrama amorosamente sobre nosotros las bendiciones que has prometido a los que veneran tu Sagrada Imagen. Enriquécenos con la paz de que gozan las familias que son de tu Corazón.

Compadécete, de los que, ingratos, se alejaron de ti; ilumina a aquellos que todavía no conocen las riquezas de tu amor; atráelos con la suavidad de tu gracia, santifica, dulce Redentor, nuestra casa y familia, para que acabando en paz la carrera de esta vida pasemos a alabarte en la eterna mansión de la gloria. Amén.

El Corazón de Jesús cumple su Palabra.

 

Cristo-sacerdote-eterno

Un joven universitario estaba moribundo. Cuando era estudiante de bachillerato comulgaba los Primeros Viernes, pero en la universidad los profesores ateos y los compañeros corrompidos le hicieron enfriarse mucho en la fe.

Un sacerdote, antiguo profesor suyo de religión en el colegio, fue a visitarlo.

-¿quiere confesarse? -¡No!
-¿Y no quiere comulgar? -¡No!
-¿Y tampoco quiere recibir la unción de los enfermos? -¡No!

El sacerdote dio un suspiro de tristeza y exclamó: -¡Es la primera vez que Jesús no va a cumplir su palabra y una promesa que hizo!

-¿Qué palabra fue la que Él te dio? ¿Qué promesa hizo?
-le preguntó el joven

Pues que el Sagrado Corazón de Jesús le prometió a santa Margarita que a los que le ofrezcan la Comunión de los Primeros Viernes no los dejará morir sin recibir los santos sacramentos. Y en este caso suyo, habiendo comulgado en otros tiempos en los Primeros Viernes, lo va a dejar morir sin sacramento.
El joven moribundo, se quedó un momento callado y luego dijo al sacerdote:
– no quiero que Jesús se quede sin cumplir su palabra y su promesa que hizo. Padre, por favor prepáreme para confesarme bien y recibir la sagrada Comunión.

El sacerdote lo preparó cuidadosamente, el joven se confesó llorando de arrepentimiento. Aquellos últimos días comulgo diariamente. Una tarde recibió la unción de los enfermos y esa noche murió en paz con Dios y con una sonrisa en los labios. El Sagrado Corazón había cumplido una vez más su promesa que hizo de no dejar morir a sus devotos sin que reciban los santos sacramentos, los cuales son una señal segura de eterna salvación.

 

 

Práctica: iré haciendo algunos ahorros y cuando pueda conseguiré y regalaré a alguien una santa Biblia, o un devocionario, o una Vida de Santos u otro libro religioso. Sólo en el cielo sabremos el gran bien que habremos hecho propagando buenas lecturas.

 

Gozos

Pues eres de nuestro amor el más tierno y dulce encanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

I
En este Pan, escondido se encuentra tu Corazón, para dar paz y perdón al que llega arrepentido; escucha, pues, el gemido que eleva el alma; entre tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

II
Tu Santa Cruz es el emblema de tu ternura y amor, asilo del pecador, consoladora en la pena; y por esto el alma llena de gratitud, alza un canto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

III
Con la corona ceñida de espinas, tu Corazón nos muestra la compasión que por el hombre has tenido, y por eso nuestro olvido te hace sufrir, ¡Oh Amor Santo!
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IV
Con una lanza atrevida abrió el soldado tu pecho, y allí nos das el derecho de ir a buscar acogida; por esto el alma afligida cambia en gozo su quebranto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

V
De tu entreabierto costado brota a torrentes la vida; en él encuentra acogida el triste, el desamparado; por eso el que te ha gustado, te dice lleno de encanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.
VI
Mas no tan sólo el costado la cruel lanza desgarró; a tu Corazón llegó dejándolo atravesado, ¡Oh, cuánto, Jesús amado, te debe mi alma! Por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VII
Aquí en este Sacramento de tu Corazón palpitante nos brinda, Jesús amante, el más sabroso alimento; eres de amor el portento que asombra al mundo y por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VIII
Conociendo tu ternura ¿Cómo puede el pecador abandonarte, Señor, por buscar a la criatura? Venga, pues, toda alma pura y diga bañada en llanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IX
Por las penas interiores de tu amable Corazón haz que en santa contrición te busquen los pecadores; escucha nuestros clamores y pon fin a nuestro llanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

 

Oración final

Acto de fe, esperanza y caridad.

Dios mío, creo en Ti, fortalece, Señor, mi fe.

Espero en Ti, afirma mi esperanza.

Te amo con todo mi corazón; enciende mi amor.

Me pesa de haberte ofendido; aumenta mi dolor.

Te adoro como a mi primer principio; te deseo como a mi último fin.

Te doy gracias como a mi continuo bienhechor; te invoco como a mi soberano defensor.

Dígnate Dios mío, dirigirme con tu justicia, consolarme con tu misericordia y ampararme con tu poder.

Te consagro todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos; a fin de que de hoy en adelante piense siempre en Ti, hable de Ti, obre según Tú y padezca por Ti

Señor, hágase en mi y en todas mis cosas tu Santísima Voluntad, en tiempo y en eternidad.

Te suplico que ilumines mi entendimiento, fortalezcas mi voluntad, purifiques mi corazón y santifiques mi alma.

Socórreme, Señor con tu gracia para vencer la soberbia con la humildad, la avaricia con la generosidad, la pereza con la diligencia, la lujuria con la mortificación, la envidia con la caridad, la ira con la paciencia, la gula con la abstinencia, la tibieza con el fervor; y todas mis inclinaciones y afectos desordenados con tu Santo temor y amor.

Amén.

Oremos

Te pedimos, Dios Todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza de tu amor que resplandece en el Corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes.

Dios de amor, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos obras de reparación y desagravio, y obtengamos el perdón de nuestros pecados y un aumento y progreso de nuestro amor hacia ti. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre y….

“Yo os haré pescadores de hombres.”

 

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