La nueva visión de un ex ciego tras Jesús. Jn 9 1. 6-9. 13-17. 34-38.

La nueva visión de un ex ciego tras Jesús. Jn 9 1. 6-9. 13-17. 34-38.

La nueva visión de un ex ciego tras Jesús. Jn 9 1. 6-9. 13-17. 34-38.

Comentario al evangelio



La sagrada eucaristía, nos tiene en esta semana, en la parte de la liturgia de la palabra, un precioso momento, la Iglesia ha tomado versículos del evangelio de San Juan que nos llevan hoy a la parte espiritual de este tiempo cuaresmal, se conoce como la semana de la alegría, porque estamos a punto de vivir la pascua; el ciego de nacimiento nos conducirá por sendas donde el espíritu santo sopla con una nueva visión que necesita tomar la Iglesia para poder consolidad la visión de Jesús. Para comentar este texto lo citamos en su contenido y posteriormente se harán los comentarios más relevantes:

Jn 9,1 Al pasar vio un hombre ciego de nacimiento.
Jn 9:6 Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva, se lo puso en los ojos
Jn 9:7 y le dijo: –Ve a lavarte a la piscina de Siloé –que significa enviado–.
Fue, se lavó y al regresar ya veía.
Jn 9:8 Los vecinos y los que antes lo habían visto pidiendo limosna comentaban –¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?
Jn 9:9 Unos decían: –Es él.
Otros decían: –No es, sino que se le parece.
Él respondía: –Soy yo.
Jn 9:13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
Jn 9:14 Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.
Jn 9:15 Los fariseos le preguntaron otra vez cómo había recobrado la vista.
Les respondió: –Me aplicó barro a los ojos, me lavé, y ahora veo.
Jn 9:16 Algunos fariseos le dijeron: –Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no observa el sábado.
Otros decían: –¿Cómo puede un pecador hacer tales milagros?
Y estaban divididos.
Jn 9:17 Preguntaron de nuevo al ciego: –Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos? Contestó: –Que es profeta.
Jn 9:34 Le contestaron:
–Tú naciste lleno de pecado, ¿y quieres darnos lecciones?
Y lo expulsaron.
Jn 9:35 Oyó Jesús que lo habían expulsado y, cuando lo encontró, le dijo:
–¿Crees en el Hijo del Hombre?
Jn 9:36 Contestó: –¿Quién es, Señor, para que crea en él?
Jn 9:37 Jesús le dijo: –Lo has visto: es el que está hablando contigo.
Jn 9:38 Respondió: –Creo, Señor.
Y se postró ante él.

Hoy la Iglesia quiere resaltar el aspecto espiritual de este pasaje, al no tomar en cuenta los versos del 2 al 5, 10 al 12, y 18 al 33 que forman parte de este pasaje. El no considerarlos no significa que a la Iglesia no le interese el aspecto doctrinal, formativo, ¡desde luego que no!, más bien el verso 1 nos indica que es lo que quiere enmarcar para fortalecer nuestra fe: 1 Al pasar vio un hombre ciego de nacimiento.

La visión de Jesús.

El católico pasa por una crisis de identificación de la visión que tiene Jesús, ha tomado gran cantidad de imágenes que no reflejan un cristianismo autentico, con mezcolanzas que alejan la realidad de la visión de Jesús, que abre su panorámica y visualiza a un “hombre ciego” que representa a un grupo de Israel. El panorama óptico de Jesús es tan amplio que no solamente ve un hombre ciego sino que es ciego de nacimiento; unos al ver un ciego piensan que pueden ser causa de timo, fraude o engaño, finge para no trabajar y que la gente se compadezca de él dándole una moneda; más de alguno pensará que ese problema de su manutención es del gobierno.

En el panorama de Jesús la visión es distinta, viene con la misión de dar luz a los ciegos, de quitar las cadenas a los esclavizados, el devolver la vida a los que parecen muertos. El verlo le conduce inmediatamente a actuar: el evangelio en su parte teórica es muy bello pero en su parte práctica es excelso, Jesús tiene esa congruencia: “dice-hace”.

Manos a la obra.

La Iglesia quiere proyectar con fidelidad la imagen de Jesús, para ello se necesita ver con claridad y eso es lo que Jesús hace con el ciego, actúa eficientemente. En Israel era muy habitual “pedir limosna cuando se tiene una enfermedad, como en cualquier parte del mundo, un ciego se ubica en un lugar estratégico y quizá este ciego se ubicaba en una de las puertas de la ciudad, quizá sea la puerta hermosa o hasta cercas de la puerta del templo.

A un ciego en Israel se le tiene con la idea que este ciego esta así porque es: “pecador”, su pecado le ha dejado así, esto era difundido por los mismos rabinos al ver una enfermedad física o moral, más aun de echarle la culpa a los padres porque en la idea sobre los padres pecadores cargan con el resultado de un hijo ciego de nacimiento, otros más ven en un ciego la dicha de ser un inocente porque no peca al no ver a los demás, sin embargo, los de la corriente de la “duda” el pecado no solo puede ser visual sino de renegar de estar ciego, de ser una persona neurótica por estar en esas condiciones, de maldecir el tener que pedir dinero, pecado de resentimiento con la sociedad con sus padres etc.

Jesús ilumina la vida del ciego, le devuelve su vida, Jesús hace caer las sombras, Jesús utiliza la saliva, la cual muchos la tenían como medio curativo, escupiendo en el piso, con el polvo, hace lodo, quizá cerró primeramente sus ojos, luego los ungió con el lodo, de este modo utiliza el material del que Dios forma al hombre: “barro”, además que el barro era usado por muchos para desinflamar los ojos y otras partes del cuerpo; el ciego tiene los ojos abiertos pero no ve, las pupilas están descentradas pero no captura imagen y quizá estén blancas como las de muchos ciegos, es decir: es una ceguera doble pues aun con los ojos abiertos no ve, sin embargo Jesús ya los ungió y ahora le pide que vaya a la piscina del Siloé, lo envía a lavarse.

Es curioso, en la fiesta de los tabernáculos, se enviaba a traer agua de la piscina de Siloé para derramarla sobre el altar, ahora el agua limpia al ciego y algo extraordinario se produce: “ve el hombre”, Jesús con este gesto se ante pone “como la luz del mundo”, la luz que brilla en medio de las tinieblas.

La visión de los fariseos.

Tal milagro causó un enorme impacto que el hombre fue llevado con los fariseos. La visión farisaica que describe San Juan se asemeja mucho a la visión de gran cantidad de hombres que someten a la gente a juicio y piensan en su perfección para juzgar, se podría decir que son los oficiales del juicio:
(1)- Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no observa el sábado.
(2)- ¿Cómo puede un pecador hacer tales milagros?
(3)- Tú naciste lleno de pecado, ¿y quieres darnos lecciones?
(4)- Y lo expulsaron.

Una visión donde ellos tienen lo absoluto sobre doctrina, normas, seguros del amparo de la ley y los beneficios por ser escrupulosos en la observación mosaica, ante los pecadores inflexibles y duros para aceptar a alguien que les cause confrontación aun viendo superioridad, su forma de desacreditación provoca la expulsión del marginado que ha vuelto a la vida, ver le ha significado quedar fuera del grupo de Israel, pasará el éxtasis de “ver” y ¿para qué servirá eso?.

La visión del ex ciego.

Tiene un gran problema ahora el ex ciego, no conoce a nadie, antes su oído, quizá su olfato, su tacto, le orientaban a detectar a las personas con que se rosaba o relacionaba, pero, ya viendo ¿cómo son de aspecto?, Jesús lo sabe y va a su encuentro, pues el ex ciego deambula por los pórticos o lugares tratando de reconocer a las “voces” o moverse en los lugares que caminaba sin ver. Jesús intercambia palabras con el ex ciego y Jesús le hace una pregunta decisiva que puede cambiar su visión panorámica: –¿Crees en el Hijo del Hombre?, el ex ciego tiene una disyuntiva, realmente “no conoce al hijo del hombre”, ahora bien, tiene la idea de quien lo curó era un profeta: 17 Preguntaron de nuevo al ciego: –Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos? Contestó: –Que es profeta.

La respuesta de Jesús provocará en el ciego que dé una respuesta con la cual vivirá toda su vida: 37 Jesús le dijo: –Lo has visto: es el que está hablando contigo. Ahí ante él esta quién le abrió los ojos, ahí está aquel hombre del que murmuraron los fariseos, ahí ante él esta lo sacó de las tinieblas, el que le devolvió la vida, la visión nueva de este ex ciego tiene una respuesta que invita a la Iglesia a seguir, porque entendemos que la Iglesia ve: 38 Respondió: –Creo, Señor.
Y se postró ante él.

Conclusiones:

(1)- Sí conocemos la imagen de Jesús, la imagen trinitaria, ¿por qué los católicos buscamos otras imágenes en la televisión, en las culturas que nos alejan de la imagen real?

(2)- La ironía que tenemos muchos católicos, es que nos encanta vivir en las tinieblas, sabemos que estamos haciendo el mal y lo seguimos haciendo, nos gusta la obscuridad aunque Jesús nos quiera iluminar.

(3)- La gran duda, ¿“vemos” o estamos “ciegos”?, no es posible perderse tan fácilmente saliendo del templo y no “ver” a Jesús para reflejarlo en nuestra realidad.

(4)- Ante la visión panorámica de Jesús ¿cuál es mi actitud?, me gusta ver con los ojos de Jesús o estoy a gusto con mi visión borrosa de la vida?

(5)- Para postrarte, o adorarlo después de descubrirlo como luz del mundo, ¿qué necesitas más?

Estamos camino a vivir la pascua, no vaya ser que nos desviemos por falta de una visión cristiana, no vaya a ser que nuevamente desvaloremos la invitación de Jesús a caminar en su visión o resumir en unas lágrimas la salvación, las cuales con unas vacaciones se van al olvido.

El ex ciego comenzó su formación de una nueva visión: postrándose y adorándole, dejándose guiar por esa luz que le ha abierto los ojos, ante la interrogación no negó a quien lo iluminó, su visión se transformó de profeta a Dios, Jesús al devolverle la vida al ex ciego, continuo su cuidado cuando es expulsado, no lo dejó deambular más, quizá tenga miedo hermano de caminar en la luz porque cree que sea más compromiso aceptar que le abra los ojos Jesús, sin embargo, es mejor que miseriar toda su vida pidiendo limosnas de amor, evadiendo la luz, tratando de vivir en sombras y tinieblas, hoy quizá sea nuestra oportunidad de abrirnos a la luz como lo hizo este ex ciego.

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