La guardia de honor del sagrado corazón de Jesús.

La guardia de honor del sagrado corazón de Jesús.

La guardia de honor del sagrado corazón de Jesús.


La Guardia de Honor del Sagrado Corazón (Hora de la Presencia) es una asociación religiosa internacional que ante todo tiene como finalidad favorecer y difundirla adoración perpetua del Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento.

La devoción al Corazón de Cristo comienza la tarde del Viernes Santo, en la cumbre de la vida de nuestro Señor Jesús, en la cúspide de su pasión; está de testigo el discípulo amado (Juan), María, la Madre de Jesús y María Magdalena, pecadora arrepentida y en conversión, contemplan a Cristo Jesús crucificado, y son testigos, ven como un soldado, una vez que Cristo ha muerto, con una lanza le abre el costado y detrás del costado se deja ver el Corazón del Señor Jesús. Cristo, ya muerto, es rasgado en su Corazón que tanto ha amado, y que tanto ha sufrido.

Por tanto, para la guardia de honor, se está consciente que no todos pueden acudir a una Hora de Guardia cotidiana junto al Santísimo Sacramento, entonces los miembros son invitados a comprometerse cada día, en la hora que más les convenga y sin dejar de hacer sus ocupaciones y actividades normales, a rendirse en espíritu al Tabernáculo, con la finalidad de ofrecer a Jesús sus pensamientos, sus palabras, sus acciones, sus penas y sobre todo anhelar consolar al Corazón de Jesús.

En el transcurso de esta Hora, se les está particularmente pidiendo que piensen más en el Señor Jesús, que vivan en unión con Él, que lleven a cabo al menos un acto de amor hacia Él y si es posible, que ofrezcan un pequeño sacrificio.

La Finalidad de la devoción es de lograr que a toda hora del día, los creyentes fervientes y piadosos, estén atentos al amor real del Cristo Jesús por cada uno de ellos y por sus hermanos.
Al comienzo de la Hora de Guardia, nosotros podemos rezar la oración siguiente:

“Señor Jesús, presente en el Tabernáculo, yo te consagro está hora, con todas mis acciones, mis alegrías y mis penas, para glorificar Tú Corazón por este testimonio de amor y reparación.

Pueda este ofrecimiento servir a mis hermanos y hacer de mí un trabajador más activo en Tú proyecto de amor sobre los hombres.

Contigo, por ellos “yo me consagro a fin que ellos sean también consagrados en la verdad.” (Jn. 17,19

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