Historias posibles: El arte del pastor Jn 10, 1-10.

Historias posibles: El arte del pastor Jn 10, 1-10.

Historias posibles: El arte del pastor Jn 10, 1-10.

Sebastián era un joven universitario sobresaliente, que había logrado, ser considerado como una de las inminencias de la universidad en toda su historia. Había desarrollado la elocuencia y el ser parte de movimientos estudiantiles le hizo ser todavía más apreciado por los compañeros aun de los que no compaginaban con él. Joven de familia modesta, padres católicos muy piadosos, con 7 hermanos y de barrio popular. La dedicación al estudio y a mantener la beca le hizo que se concentrará en el estudio, en las instalaciones y su único, sí a sí se podría decir: “esparcimiento”, era su novia Mónica, chica pudiente, de malitas calificaciones, reventada como se dice hoy en el argot, con algunos problemas de adicción y con una familia muy concentrada en su vida particular de cada uno de sus padres pues era hija única.

Le tocó ir al zócalo de la ciudad a Sebastián por unos útiles que necesitaba y como a las 12.20 de medio día, escuchó a través de los parlantes de la catedral lo que un sacerdote habla sobre Jesús, acerca del buen pastor: “Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas le siguen; porque reconocen su voz”. Sebastián de forma automática voltea al interior y luego dice: sí el buen pastor bla bla bla, un dejo de desprecio por la fe brotó de él, Sebastián, a finales de la prepa abandonó la fe, su adhesión a la ciencia le hizo todavía más aún ser casi un anti-religioso.

Al llegar a la universidad ya por ahí de la 1.20 pm, el director mandó llamarlo, él se presentó, ahí había parte de compañeros con grandes cualidades, habían sido seleccionado para un proyecto importante en una zona rural, un poco alejada de los pueblos de Nayarit, pero con una estupenda conservación de sus tradiciones y un lugar bello en cuanto a la misma naturaleza, el director les dijo que el proyecto les iba a servir para graduarse y obtener su título, cuestión que los jóvenes aceptaron inmediatamente, allí estaba la crema innata de universidad lista para iniciar esa gran aventura.

Arranca el proyecto.

Llego el día y la misma universidad los dejaría lo más cercanamente posible al lugar, provistos con todo lo necesario: credenciales, víveres, medicamentos, accesorios, con el permiso de las mismas comunidades y con el apoyo de un guía; llegaron hasta donde era posible por lo complicado del acceso al pueblito, les comentaron que el guía llegaría en un momento más, pues habían arribado media hora antes. Sergio uno de los jóvenes pensó que era un reto para él pasar este tiempo con lo más básico, todo lo contrario de Isabel que había traído bastante equipaje, mientras que Sebastián sacó el mapa para tratar de darse una idea el recorrido que ya habían visualizado, era una mañana fría, de repente se escucharon unos pasos, los jóvenes voltearon y vieron a un pequeño como de 12 años, el chico se aproximó y les dijo: ¡hola! Ya llegue, los jóvenes se miraron entre ellos y el chico agregó, soy quien los va a llevar al lugar donde van a trabajar, Isabel fue la primera que habló: ¿nada más eres tú?, el chico con una sonrisa muy fresca le contesta: sí, para que más gente, ella replicó: ¿y quién va a cargar las maletas?, los jóvenes se volvieron a mirar y se rehusaron a cargar las maletas de ella, ¡vaya problema!, Sebastián preguntó al chico: habrá gente que nos ayude a cargar las maletas?, el chico contestó: sí, como un día de camino encontraremos gente o leñadores que anden trabajando, los jóvenes se miraron, había surgido un gran problema, vuelve a preguntar Sebastián: ¿qué tan lejos está el lugar?, el chico le responde como a 3 o 4 depende de su paso, los jóvenes iban lo más cómodo posible de calzado y Gerardo el más joven dice: pues, ¡vámonos! Y comenzaron a caminar.

Armando uno de los jóvenes le pregunta al chico: ¿cómo te llamas?, el jovencillo le responde: Jesús y agrega: “como el Señor”, Armando lo miró y le sigue preguntando: ¿a qué te dedicas?, Jesús contesta: soy pastorcito y vuelve a decir. “como Jesús”, Armando lo oye y hace un gesto, pero, sigue preguntando: ¿cuántos años tienes?, Jesús contesta: 12 años y agrega: “cómo Jesús cuando se perdió en el templo”, Víctor, soltó la carcajada y comienza a decirle a Armando: no te ofendas pero parece que vas echando reja jaja y al rato vas a ser como Jesús jajaja todos rieron.

A las 3 horas de camino, los jóvenes le pidieron a Jesús para para consumir algo de bebida y alimentos, Jesús se separó de ellos, mientras que los jóvenes empezaron a comer sus alimentos, Bertha que era otra de los jóvenes, comenta: oigan, no le ofrecimos al niño que comer, pobre, se ve que muy flaquito, los jóvenes miraban a las distintas direcciones más no lo veían, Darío les dijo: “esos no comen” son económicos y se puso a reír, es un pastor y nos lleva como a ovejas jejeje; Sebastián se levantó y lo buscaba unos 55 metros entre árboles lo localizó, se acercó y escuchó a Jesús entre balbuceos y trabas: A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños. Lo volvió a repetir y a Sebastián se le hizo extraño, Jesús sintió a Sebastián y se puso de pie, Sebastián le pregunta: ¿qué haces?, Jesús responde: la tarea, la catequista nos dejó tarea, la lectura de la misa, voy a hacer mi primera comunión, Sebastián no supo que decir, regresaron y Sebastián dijo: ¡vámonos!, dos horas más tarde Jesús corre los jóvenes empiezan a seguirlo, ¿hey a dónde vas?, le gritan, Jesús llega a donde está otro niño que lleva borregos y lo abraza con cariño, los borregos están reunidos alrededor de ellos, Jesús se separa y se acerca a los jóvenes, vamos a tener que ir por acá, porque hay hombres malos cerca, José pregunta: ¿hombres malos?, y Jesús replica: ¡malos! Y les pueden hacer daño y empieza a tomar otro rumbo y los jóvenes no tienen otra cosa que hacer.

El aprendizaje de la vida.

4 horas después, los jóvenes sugieren hacer una parada más para comer, de igual manera, Jesús se separa de ellos, Sebastián cree que Jesús va a estudiar, lo sigue para llevarle fruta y se lleva una gran sorpresa, echado sobre la yerba a unos 100 metros, ve a Jesús con unos pequeños binoculares, Jesús al ver a Sebastián le hace señas que se agache, Sebastián accede y agachado se va acercando, muy lejos se ven campamentos, Sebastián le pide los binoculares a Jesús, al ver a través de ellos pregunta: ¿quiénes son?, Jesús responde: “hombres malos”, “siembran mala yerba”, “echan a perder a los hombres”, Jesús dice: El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Por esa razón, no dejan que estudiemos, pero, las catequistas y el padrecito nos han enseñado para que sigamos solo a Jesús porque él dice: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Jesús se levanta agachado y le dice a Sebastián: “sígueme”, no les diga a los demás para que no se inquieten, llegan con los otros jóvenes y les dice Jesús: ¡vamos por este sendero, es más corto, Luís el más gruñón se molesta y le pregunta: ¿sabes el camino?, agrega: se me hace que ya te perdiste, pero Jesús con calma asevera: “es más seguro por aquí”, cosa que Sebastián apoya y reanudan su camino.

Al anochecer empiezan a tender sus tiendas, Jesús les comenta que no hagan muy grande el fuego y empieza acomodar palos clavados como estacas alrededor de lo que simula un pequeño campamento, les pone tres piedras un pequeño fuego para que en cazuelas vacíen alimentos, Bertha pregunta a Jesús: ¿Por qué no habías querido comer alimento?, Jesús le responde: sí comí, hay fruta, agua, algunas hierbas, pero vistes muy sencillo, ¿acaso no tienes frío?, Bertha acentúa, a lo cual responde Jesús: estoy acostumbrado, de hecho hay hierba quemándose para ahuyentar a los mosquitos y animales ponzoñosos, estoy acostumbrado a velar cuando cuido los rebaños como lo hace Jesús y por eso él dice: El cuidador le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca.

Enfadado Víctor por la sabiduría del chico y meter constante el nombre de ese Jesús, le hace preguntar: ¿crees que somos tontos para no cuidarnos?, insiste: ¿crees que somos niños para no defendernos?, algunos jóvenes le dice: “tranquilo Víctor”, Jesús con naturalidad, yo soy responsables de ustedes, mi padre me dijo que cuidará bien, para que no les pase nada, ni les falte nada y ¿saben?, cuando un coyote o jabalí quieren comer un chivito, yo los enfrento, los golpeo, salen huyendo, cuando los lobos aparecen, hago un pequeño fuerte como redil con palos bien puntiagudos, se usar la honda y más cosas para que estén seguras, porque también cuido las de otros y ¿qué les voy a entregar de cuentas?

El silencio de la noche, los sonidos de los animales, el miedo a víboras hace que se metan y hermeticen sus tiendas, mientras que Jesús se queda vigilante, Sebastián está impresionado y una pregunta llegó a él: ¿qué pasó con mi fe?, él no tiene miedo porque tiene a Jesús, yo me consumo de angustia al pensar que nos puedan encontrar los hombres malos como él dice, se asomó por un pequeño fuego de la tienda y vio, escuchó a Jesús decir. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos. Lo vuelve a recitar y luego abraza sobre el pecho una hojita y un pensamiento llego a él, “nos está pastoreando”, de pronto Jesús con un palo puntiagudo se defiende, es un como perro, rápido Jesús le da una pedrada en la cabeza y vuelve a levantar la estaca y le suena otra y el animal sale huyendo, los jóvenes sobre saltados salen de sus tiendas pero él… con calma dice: era un coyote, duerman y tomo su posición nuevamente. A las 6.00 am les despertó, ya había preparado el café, el cual los jóvenes no desairaron. Dice Jesús: voy a checar unas cosas, Sebastián le dice: yo te acompaño, mientras los otros reunían sus cosas, subieron una pequeña pendiente, Jesús saco de nuevo los binoculares, se los paso a Sebastián, eran cuerpos de varios hombres con señales de tortura y Jesús le indica: fueron los hombres malos”, está asustado Sebastián y le pregunta: ¿Qué vas hacer?, Jesús le dice: Jesús dice que hay que ser mansos pero a la vez audaces, vamos a subir y esquivar esos caminos, nos vamos a esforzar pero por la tarde podemos llegar. Al llegar con los otros había un niño con ellos, que se ofrecía a llevarlos, pero, Jesús le mira y le dice: vete, ya llegaron los soldados, a lo cual el niño sale huyendo y Jesús agrega: Todos los que vinieron [antes de mí] eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon. Vuelve a decir lo dice y todos dijeron “Jesús”, Víctor tomo su mochila y empezó a caminar y Jesús le dijo por ahí no, más enojado lo empieza a insultar, pero Sebastián interviene, cree lo dice por tú bien, pero no quiso escuchar, Jesús les indica que se vayan por un camino y le dice s Sebastián yo voy por él.

Víctor sin medir las consecuencias se fue aproximando a donde estaban los asesinados, al llegar, se vomito por lo que vio, quiso regresar pero, un hombre con arma estaba ante él, le iba a matar cuando cayó fulminado, de lejos Jesús le había golpeado con una piedra nokeándolo. Le hizo señas a Víctor para que lo siguiera, Víctor llorando le dice a Jesús: gracias, Jesús le dice: no diga nada para que no se asusten. Caminaron rápido y los alcanzaron, a los jóvenes les dio gusto ver a Víctor, los internó por árboles y follaje. Jesús para y les comenta, tenemos tres horas para llegar, sí paramos puede ser que tengamos problemas (por el nokeado). Víctor se le acercó a Sebastián y le dijo: “sí hay Dios”, Sebastián lo miró con desgano, la noche empezó a caer y Jesús no paraba, hasta que vio unas cuevas, ahí señalo, entraron, era un lugar apacible limpio, se veía que allí llegaba gente y Jesús les dijo: “aquí están seguros”, les preparó fuego, rodó una piedra, le metió ramas para simular que estaban allí y evitar ver que era una cueva, pasaron una noche muy tranquila y Jesús a la vigilia. A las 6.30 am se escucharon voces que los despertó, Jesús les hace señas de: “silencio”, se aproxima a la piedra observa, son como 15 hombres patrullando al ver sus huellas y pasan de largo, Jesús les dice: alisten sus cosas ya nos vamos, Jesús se internó en la cueva y salió sonriente diciendo: “es seguro”.

Caminaron 4 horas y se empezó a visualizar un pueblito, el humo, el sonido de vacas, gallinas, habían llegado, un hombre maduro acompañado de tres más salió a su encuentro, con una gran sonrisa se acercó a ellos: bienvenidos, llegaron sanos y salvos, abrazó con gran cariño a Jesús y le dijo: gracias hijo, sabía que no me decepcionarías, ya en el pueblito los llevaron donde estarían trabajando, un lugar bastante decente, les había fabricado letrinas, habían conectado una salida del pozo para que tuvieran agua y les hicieron una recepción en nombre de la comunidad, durante el festejo Víctor se puso de pie y les dirigió unas palabras: gracias amigos, tienen un hombre muy valioso en Jesús, me salvo la vida, narró lo pasado, estaba conmovido, Sebastián continuó: a finales del tercer año de prepa deje de creer en Jesús, estos dos días con Jesús su pastorcito, me enseño que Jesús es el buen pastor y que quién se abandona no le falta nada a pesar de los hombres malos, cuidó de nosotros como un pastor, debo admitir, sin error a equivocarme, que ser pastor es todo un arte y que los sacerdotes en la Iglesia los debo de respetar por tan grande labor.

Jesús el buen pastor.

Isabel tomo la palabra: Jesús me enseño que hay que ir en la vida sin tanto equipaje, estoy molida, fui dejando cosas en el camino, no quería reconocer ante estos inteligentes que me había equivocado, el chico, con pocas cosas se mueve ligero, seguro y se abandona, Bertha intervine: “yo le dije: pobrecito y flaquito, es muy rico y es el hombre más fuerte, Jesús interviene y les dice nuestros padres nos enseñan eso y más, el papá de Jesús se levantó: el padre Tomás y las monjitas nos han ayudado a ser hombres de bien, a pesar de hombres peligrosos aquí no viene, nos tienen aprecio, nuestras mujeres visten decentemente, no provocan a estos hombres que no conocen a Dios o se niegan a que los guíe Dios, cierto, el ser pastor es todo un arte, pero para eso se necesita conocer al pastor y Jesús nos ganó y somos un pueblo donde se puede vivir bien aun con sus negritos en el arroz y ustedes fueron dóciles a Jesús mí hijo y cuando se resisten a seguirlo pues pasamos por momentos muy dolorosos, pero el pastor cuida, sana, alimenta, vigila, por eso nuestro Señor Jesús da su vida por este pueblo: como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y doy la vida por las ovejas.

Deseamos que su proyecto sea para el bien de la humanidad, pero más para su bien, que un día tomarán decisiones para los ciudadanos y que Jesús haya cuidado su vida para que den fruto, todos dijeron sí y así comenzaron el proyecto que los llevaría a obtener su título profesional. Mientras tanto, Sebastián y Víctor se hicieron buenos amigos, profesaron de nuevo la fe católica, Sebastián volvió a su familia, como oveja buscando el redil pero en plena libertad.

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