Palabra de Dios 20 de Oct. del 2025. Lunes XXIX del Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 20 de Oct. del 2025. Lunes XXIX del Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 20 de Oct. del 2025. Lunes XXIX del Tiempo Ordinario.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Carta de Pablo a los romanos ( 4, 19-25 )

Hermanos: La fe de Abraham no se debilitó a pesar de que, a
la edad de casi cien años, su cuerpo ya no tenía vigor, y además,
Sara, su esposa, no podía tener hijos. Ante la firme promesa de
Dios no dudó ni tuvo desconfianza, antes bien su fe se fortaleció
y dio con ello gloria a Dios, convencido de que él es poderoso
para cumplir lo que promete. Por eso, Dios le acreditó esta fe
como justicia.
Ahora bien, no sólo por él está escrito que “se le acreditó”, sino
también por nosotros, a quienes se nos acreditará, si creemos en
aquel que resucitó de entre los muertos, en nuestro Señor Jesucristo,
que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para
nuestra justificación.

Palabra de Dios.

SALMO.

Lc ( 1 )

R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

El Señor ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador
en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
R.

Anunció que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de
todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros
padres y acordarse de su santa alianza.
R.

El Señor juró a nuestro padre Abraham que nos libraría del poder
de nuestros enemigos, para que pudiéramos servirlo sin temor, con
santidad y justicia, todos los días de nuestra vida.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Lucas ( 12, 13-21 )

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud,
un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta
conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me
ha puesto como juez en la distribución de herencias?”
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque
la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una
gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya
en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré
mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi
cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes
bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date
a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche
vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa
al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que
vale ante Dios”.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
Jesús predica el desapego de los bienes materiales. Si bien
la búsqueda de seguridad es inherente al ser humano, basar
esa seguridad en el consumo desmedido, en el «tener», implica
un desequilibrio, una pérdida de sentido y de propósito.
Recuperemos la alegrí a de vivir y agradecer sin guardarse para
uno lo recibido sino compartirlo, para con los demás.

Acerca del autor

Temas relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.