Palabra de Dios 31 de Oct. de 2025. Viernes XXX de Tiempo Ordinario.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Carta de Pablo a los romanos ( 9, 1-5 )
Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi
conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo
una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón.
Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para
bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas,
a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley,
el culto, las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y
de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de
todo y es Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo ( 147 )
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel.
Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en
tu casa.
R.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia
tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre
velozmente.
R.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a
Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado
a otro sus proyectos.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas ( 14, 1-6 )
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de
los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Había allí, frente a
él, un enfermo de hidropesía, y Jesús, dirigiéndose a los escribas
y fariseos, les preguntó: “¿Está permitido curar en sábado o no?”
Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tocó con la mano al
enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les
preguntó: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su burro o
su buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?” Y ellos no
supieron qué contestarle.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La Biblia nos presenta a menudo la
salvación bajo la festiva imagen de un «convivio» festivo
y fraterno, en el que el mismo Dios está dispuesto
a sentarse al lado del hombre. En este caso muy
concreto, Jesús acepta la invitación a la casa de un jefe
de los fariseos. Él no se deja intimidar e igualmente, y
en sábado, actúa misericordiosamente en favor de un
enfermo de hidropesía. De esta forma, se sitúa más allá
de convencionalismos y prejuicios, y no toma en cuenta
los obstáculos derivados de ciertas prescripciones, aun
supuestamente de carácter religioso.
 
 
                 
         
				 
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                         
                        