La brisa del segundo Pentecostés. Bernabé Nwogye  Hora Santa

La brisa del segundo Pentecostés. Bernabé Nwogye Hora Santa

La brisa del segundo Pentecostés. Bernabé Nwogye

Hora Santa

Parroquia de San Pío X

Espiritu-de-paz 

Se reza la Estación del santísimo Sacramento…

 

 

Ven, ven poder de lo alto, ven

Espíritu Santo ven, llénanos de ti

Cúbrenos con tu amor. (2)

 

Derrama tus dones y con tu gracia, concede al alma tu paz

Transforma los corazones limpia nuestras vidas

Renuévanos hoy con tu poder.

 

 

 

Lector:

El Espíritu Santo es el Amor del padre y Él es el Espíritu del Hijo Él es el Amor del Padre por el Hijo y el Amor del Hijo por el Padre.  Desde toda la eternidad el Hijo procede del Padre y este único Hijo igualmente ama al Padre con un amor infinito e inmutable.  Ese mutuo amor del padre por el Hijo y del hijo por el Padre, es precisamente el Espíritu Santo.  Esta doctrina fue expuesta por San Agustín y adoptada por Santo Tomás de Aquino. Aún san Gregorio dijo: “El Espíritu Santo mismo es

Amor”.

Nosotros poseemos al Espíritu Santo. Nos ha sido dado para que a través de Él, podamos lograr perfectamente lo que el Padre amorosamente ha concebido para nosotros desde toda la eternidad.

Sin Él, no podemos hacer nada absolutamente nada con Él podemos hacerlo todo, podemos rápidamente llegar a ser santos, grandes santos.

 

 

Leemos todos despacio:

“Espíritu de Amor, creador y santificador de las almas   tu primera obra en nosotros es transformarnos para parecernos a Jesús. Ayúdame Espíritu de amor a adaptarme al modelo de Jesús, a pensar como Jesús, a amar como Jesús, a comportarme como Jesús.

Permanece siempre en mí y por tu gracia y tu cooperación, completa en mí los designios de Dios Padre respecto a mi alma. Así como registe la sagrada humanidad de Nuestro Señor durante su permanencia en la tierra se también el poder que mueva mi vida, el alma de mi alma.

Espíritu Santo, Espíritu de amor yo me consagro a ti, me entrego enteramente a ti, me abandono a ti a través  de María, tu templo, a través de María tu esposa, a través de María canal de tus gracias”.

Hacemos unos momentos de silencio para consagrarnos voluntariamente con nuestras palabras al Espíritu Santo.

 

 

//Me consagro a ti Señor//

Quiero ser ofrenda ante tu altar

///Me consagro a ti Señor///

 

 

Don del temor de Dios

 

L1       El Don del Temor de Dios es ese temor infantil que hace que sintamos mas temor de desagradar a Dios que sufrir una desgracia y por consiguiente nos hace huir del pecado como el mayor mal. Existen dos clases de temor: 1) el temor de un sirviente y 2) el temor de un niño. El temor infantil a Dios es el más noble y bello de ambos ya que urge al alma a evitar el menor pecado a fin de no desagradar a Dios, el mejor y más amigable  Padre del Cielo.

 

L2      El temor de Dios viene de la Sabiduría es una disposición sobrenatural del alma que nos hace experimentar como instintivamente y bajo la moción del Espíritu Santo un inmenso respeto por la Divina Majestad y una complacencia ilimitada en su bondad, junto con un vivo horror hacia todo aquello que pudiera ofender en lo más mínimo a un Padre tan bueno quien es tan misericordioso y digno de ser amado.

 

L1       La función del Don del temor de Dios es precisamente prevenir al alma respecto al peligro de las deserciones. Este don inspira una humilde desconfianza de sí mismo y siempre nos urge a un más grande celo por el servicio a Dios y fidelidad aún en los pequeños detalles.

 

 

Intercedamos:

(Lo podemos  hacer en voz alta   y libremente)

 

·        Oremos por el santo temor de Dios para los pecadores habituales que han perdido el sentido del pecado. Oh Espíritu Santo de amor, llena sus corazones con el santo Temor para que rechacen todo mal por Jesús, que murió por sus pecados.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

·        Toma posesión de los corazones de los fieles con tu Don del santo temor de Dios, Oh Divino Espíritu de Dios. Que descubran tu presencia en ellos y permanezcan fieles a sus llamados, aún en el tiempo más difícil  de sus vidas.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

 

Don de Piedad.

 

L1      Por medio del don de Piedad o santidad, el Espíritu Santo infunde en nosotros reverencia hacia Dios y las cosas divinas y alegría al conversar con Él. La piedad nos incita a amar a Dios como el mejor Padre, a amar tiernamente a su muy amado Hijo y a la santa Madre de ese Hijo.

 

L2      La piedad nos mueve a amar no solamente a los Santos y a los  Ángeles, sino también a nuestro prójimo, como imagen e hijos (actuales o potenciales) de Dios.

 

L1      Nos hace sentir el dulcísimo placer de conversar con Dios, de escuchar lecturas espirituales y la Divina Palabra. Nos hace deleitarnos en cumplir la Voluntad del Padre y nos hace desear con vehemencia todo lo que tienda al honor y gloria de Dios.

 

L2       Su principal objetivo es Dios mismo, no tanto como soberano Señor de todas las cosas sino como el padre infinitamente amoroso e infinitamente  merecedor de nuestro amor.

 

L1       Su objetivo secundario es todo lo que tiene relación con Dios. Primero que todos los Santos y las cosas sagradas. Una persona bajo la influencia del  Don de Piedad tiene hacia tales personas y cosas un gran respeto y profunda veneración.

 

Intercedamos:

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

 

·        Oh Divino Espíritu de Piedad y nutre los corazones de todos los hombres y mujeres religiosos y de todos los que se han consagrado a Dios. Renueva en ellos el fervor de la devoción. Que prueben nuevamente tu dulzura.

Te rogamos Espíritu Santo.

 

·        Vierte el agua de la esperanza en la aridez de las almas desesperadas, oh Divino Espíritu de  Piedad. Muéstrales la esperanza y el deleite de tu presencia en sus vidas. Que  obtengan satisfacción en tu favor y amor, posee sus corazones con tus dones.

Te rogamos Espíritu Santo.

 

 

L1       Ven, oh Bendito Espíritu de  Piedad, ilumina todos los corazones para que encuentren deleite y satisfacción en el servicio de Dios y en la santa obediencia a sus superiores y lideres, cuando quiera que su obediencia este de acuerdo a tu santa Voluntad. Te lo pedimos en el Nombre de Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Padre, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

Todos:      “Espíritu Santo, Espíritu del Hijo, que nunca cesaste de animar durante su peregrinar por la tierra, los corazones de Jesús y de su Bendita Madre, con el más puro amor hacia el Padre, dígnate llenar también nuestros corazones con el mismo tierno y filial amor”.

 

Hacemos unos momentos de silencio

 

 

//Solo una cosa he pedido al Señor

Con todo el corazón y esta buscare

Que todos los días de mí vivir

Permanezca en la casa de mi Dios.

 

Y buscarte en tu templo y en tu presencia estar

Contemplar tu hermosura Oh mi Señor//

 

 

Don de la Fortaleza

 

L1      Este don del Espíritu Santo, destierra toda timidez y respeto humano, fortalece las almas para que odien el pecado, para practicar las virtudes y preferir el desprecio, perdidas temporales y aún la muerte, antes que negar a Cristo de palabra o de obra.

 

L2       Este don nos llena de poder para luchar y sobreponernos a los enemigos de nuestra salvación y podemos ser capaces, en medio de las tentaciones, dificultades y persecuciones, de cumplir la Voluntad de Dios. Nos hace estar preparados y valerosos para emprender el más grande sacrificio por nuestra salvación.

 

L1       El don de la fortaleza es una disposición sobrenatural del alma, que la habilita, bajo la acción del Divino Espíritu, a emprender las acciones  más difíciles y a soportar las más grandes pruebas por amor a Dios y la gloria de su Nombre.

 

L2       Implica prontitud en tomar una decisión, generosidad en el esfuerzo y perseverancia a pesar de las dificultades. La persona emprende grandes cosas por la gloria de Dios, de una manera totalmente espontanea y natura.

 

L1      Se encuentra a si misma inspirada a aceptar el sufrimiento más doloroso por amor a Él y ya no siente la necesidad de defenderse del temor de cansancio y criticas o contra el temor a los hombres, porque a lo único que le teme ahora es a desagradar al Padre Celestial o no procurar su gloria al alcance de su habilidad.

 

 

 

Intercedemos:

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

·        Fortalece las rodillas de los misioneros en tierras paganas, fortifica sus corazones con el don de la Fortaleza, oh Divino Espíritu de Dios. Querido Espíritu de Amor, sostiene a los misioneros en su santo testimonio de amor. Se la fortaleza de los mártires.

Te rogamos, Espíritu Santo.

·        Ven y fortifica tu templo o Divino Espíritu de Fuerza. Tus hijos están esperando por ti; tu templo está preparado para ti; la puerta está abierta para ti; ven con tu don de fuerza y somete toda timidez y de respeto humano y fortalécenos para estar siempre listos para Cristo.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

L1      Ven, Oh bendito Espíritu de la Fuerza ilumina los corazones, ahora y en todo momento de dificultad y adversidad para que se esfuercen por lograr la perfección en todas las cosas y en todo tiempo.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

Todos:      “Espíritu Santo, danos el don de la Fortaleza para que completes en nosotros toda la obra de la santificación, que lleguemos a ser verdaderos testigos de Cristo en este mundo y entonces en Él y a través de ti, glorifiquemos al Padre para siempre en la vida vendita del Cielo”

 

 

Hacemos unos momentos de silencio.

 

 

Dame tu fuerza Señor, para hacer mí deber,

Y seguir tus caminos oh Dios,

Y la gracia también, para permanecer

Como tu siervo fiel, Señor

 

Tan solo quiero estar, a tu lado Señor,

Y seguirte por siempre oh Dios, a donde vayas Señor.

 

//Te pertenezco Señor,  Tú eres mi todo y mi Dios

Mi vida te la doy, te pertenezco // Señor

 

Cada día, Señor cargaré con mi cruz

Y a tu lado por siempre estaré

A los hombres diré que ha llegado la luz

La victoria de nuestro Rey.

 

 

Don del Conocimiento

 

L1      Por el  Don de Conocimiento, el Espíritu Santo nos ilumina con una luz interior para que conozcamos y discernamos las artimañas del amor propio, de nuestras pasiones, del demonio y del mundo, y podamos escoger los medios más aptos para vencerlos.

 

L2      Por medio de este Don el Espíritu Santo nos ilumina mas y mas al dejar que su luz divina penetre en nuestros corazones y nos ilumine acerca de las verdades reveladas y los deberes que debemos cumplir; la verdad conocida la podemos ver con más claridad de la que podría ser percibida por nuestra inteligencia.

 

L1       Este es el conocimiento de los santos, que sobrepasa todo el conocimiento del mundo. Cada naturaleza creada se hace un libro abierto donde leemos a Dios y a sus perfecciones.

 

L2       Este don es necesario para responder a la llamada a la perfección porque mientras se tenga una apreciación mundana de la vida presente, es incapaz de vivir a plenitud la vida de Cristo, por eso es necesario despojarse de la mentalidad  del mundo, dejar de juzgar desde el punto de vista puramente humano y aprender a ver las cosas, como las ve el mismo Dios.

 

L1       También nos capacita para engrandecer el valor apropiado de los eventos en nuestro mundo y particularmente aquellos que son ocasión de sufrimiento y dolor para nosotros, quien posee el Espíritu de conocimiento hace todo lo que puede para no ceder a sentimientos de desolación y desesperación porque se abandona sin reservas a las manos del su Padre Celestial.

 

 

Intercedamos

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

·        Sana la ceguera de nuestras mentes, oh Divino Espíritu de Dios. Concede a los fieles el don de conocimiento, de ese infinito conocimiento tuyo. Que los fieles crezcan en el conocimiento de Dios y aprendan a escoger las cosas valiosas para el bien de sus almas.

Te rogamos, Espíritu Santo.

·        Ven y desciende sobre tu pueblo que espera por ti. Ven con tu don de conocimiento oh Divino Espíritu. Renueva nuestras mentes para que veamos las cosas a la luz de la eternidad veamos el cielo en todo y disfrutemos del amor de Dios en todo.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

 

L1      Ven, Oh bendito Espíritu de conocimiento ilumina todos los corazones para que vean y escojan la Voluntad del Padre por sobre todas las otras voluntades y también busque y valore el Reino de los cielos más que la vanidad y la nada de las cosas terrenas. Esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo  y el Padre ahora y por siempre. Amén.

 

Todos:       “Espíritu Santo concédenos que podamos juzgar todas las cosas terrenas, no de acuerdo a las normas mundanas de los hombre, sino como Dios mismo las juzga en la perfecta y eterna luz. Concédenos, por lo tanto, esa Divina Sabiduría que se disparate a los ojos de los hombres y que despreciemos  la  sabiduría del mundo,  que es locura a los ojos de Dios. Nos permitas que nuestros corazones se apeguen indebidamente a cualquier cosa pasajera, bien sean riquezas terrenas, placeres mundanos o nuestra propia voluntad. Ayúdanos para que estando solamente deseosos de complacer a nuestro padre Celestial, actuemos en todas las circunstancias de acuerdo al ejemplo de Jesús y maría, siempre de acuerdo a tus divinas inspiraciones y para su mayor gloria”.

 

Hacemos unos momentos de Silencio.

 

 

Cuando estoy en tu presencia. No encuentro nada mejor

Que adorarte y sentirte aquí, dentro muy dentro de mí.

 

Cuando estoy en tu presencia, nada es más fuerte en mí

Al contemplarte y sentirte así, cerca muy cerca de mí.

 

Te amo, te amo, te amo (3) mi Jesús.

 

 

 

Don del Entendimiento

 

L1      Entendimiento es ese Don del Espíritu santo que nos capacita para comprender los misterios y doctrinas de nuestra santa religión. Si Dios proyecta conducir a una alma a la santidad, Él  le da una luz interior y un profundo discernimiento de los  divinos misterios, por lo que está animada a servirle más perfectamente.

 

L2      La luz es el don del entendimiento a través del cual, personas sencillas a menudo tienen un profundo conocimiento de grandes misterios, por ejemplo de la Santísima Trinidad y la Encarnación, sobrepasando el entendimiento natural de hombres muy estudiosos pero menos devotos.

 

L1      El alma entregada a la acción del Espíritu Santo juzga todas las cosas creadas como el mismo Jesús el Hombre-Dios las juzga es decir a la manera de Dios.

 

L2      Cuando el alma está dispuesta a dejarse guiar de la manera más perfecta por el Divino Espíritu es entonces que el noble don entra en acción.

 

L1      Esa luz en la mente no viene sin estar acompañado por una gracia proporcional para la voluntad un alma bendecida por tal luz se siente como inflamada de amor por Dios y renunciaría gustosa a mil vidas con tal de declarar su fe y su amor.

 

L2      Este don está más allá de nuestro poder, procurar tales favores directamente para nosotros. Pero el Espíritu Santo ciertamente desea concedérnoslos y podemos y debemos disponernos a recibirles con la ayuda de su gracia.

 

 

Intercedamos

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

 

·        Derrama el don del entendimiento mutuo entre las parejas, permite que el santo don les ayude a entender a que las llama Dios para que sirvan. Ven, Oh Espíritu de Amor y reconstruye los hogares rotos, sana las heridas de su amor y aumenta el fuego de tu amor en ellas.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

·        Permite que tu luz de entendimiento brille sobre nosotros que estamos esperando por ti, oh Divino Espíritu para que podamos profundizar en el divino misterio, renueva nuestros corazones con el don del entendimiento, abre nuestro intelecto para entender el mensaje del Evangelio.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

L1      Ven, oh bendito Espíritu de Entendimiento ilumina todos los corazones con tu luz de entendimiento, para que conozcan y crean en los misterios de salvación y vivan una vida inteligente para la salvación de sus almas.  Esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo de Nuestro Señor que vive y reina contigo y el Padre, único Dios ahora y siempre. Amén-

  

Todos:       “Espíritu Santo, Espíritu de la verdad ayúdame a escuchar y a seguir tus enseñanzas y a ser fiel a todas tus inspiraciones e indicaciones”

 

 

Hacemos unos momentos de silencio.

 

 

Amén, amén, clamamos, con todo el corazón

Tu Palabra es verdad, y la viviremos.

 

Nos ha llevado en alas de águila, y hemos visto tu poder,

Tú serás nuestro Señor, y tú Palabra, nuestra Ley.

 

Tú no hables en secreto, ni en alguna parte obscura,

Tu Palabra brilla como el sol, está al alcance tu verdad.

 

 

Don de Consejo

 

L1      Es ese don del espíritu Santo que mueve el alma a escoger aquello que conduce más a la Gloria de Dios y a la propia salvación. Por medio de este don aprendemos la manera de agradar más a Dios siguiendo las inspiraciones del Espíritu Santo recibimos verdaderamente paz interior y consuelo espiritual, este don es especialmente necesario para los superiores cuyo deber es guiar a otros cuando la prudencia natural no es suficiente.

 

L2      Este don capacita a una persona a discernir inmediatamente algo así como instintivamente que debe hacer o decir en cada circunstancia.

 

L1      Esta ordenado más bien a perfeccionar la virtud infusa de la prudencia la cual nos capacita para hacer aplicaciones apropiadas de principios generales. Si un alma actúa bajo su influencia, inmediatamente e instintivamente sabe lo que debe hacer y omitir en su propia conducta o en la conducta de otros.

 

L2      Es precisamente necesario para los directores y todos aquellos que ejercitan autoridad sobre su prójimo. Pero es no menos ventajoso a cada alma que desee responder plenamente a los misericordiosos designios de Dios a su alma y ya en esta vida para adquirir la santidad.

 

 

Intercedamos:

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

 

·        Se luz y consejero para los que se encuentran en momentos difíciles y en prueba, oh Divino Espíritu de Dios. Guía sus mentes en el camino de la verdad, permite que sus corazones vean la esperanza de su salvación. Derrama sobre ellos el santo don del Consejo para que disciernan el mejor camino hacia la vitoria.

Te rogamos, Espíritu Santo.

·        Derrama el agua de la esperanza en los corazones secos y concede la paz a las mentes atribuladas, oh Consolador de los afligidos muestra el camino a las almas confundidas, dales tu donde consejo para aumentar su fe, aconseja los corazones desesperados y dales esperanza, se la esperanza de los desesperados y la paz de los abatidos.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

L1       Ven, oh bendito Espíritu de consejo, se el guía y la ayuda de los corazones de los fieles en todos sus caminos para que hagan lo que es bueno en todo tiempo, esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo  y el Padre, único Dios ahora y por siempre. Amén.

 

Todos:      “Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo escribir y como debo comportarme. Qué debo hacer para trabajar eficazmente para tu gloria, para bien de las almas y por mi propia santificación”.

 

 

Hacemos unos momentos de silencio.

 

 

A Él sea toda la gloria, a Él sea todo el poder

A Él sea hoy mi canción, solo a Él

Porque libertad me ha dado, le cantare

A Él sea mi corazón, solo a Él.

 

//A Él toda mi voluntad, me ofrezco ante mi Señor

A Él toda mi adoración, solo a Él //

 

 

 

Don de la Sabiduría

 

L1       La sabiduría es el más alto y mas privilegiado don del Espíritu Santo es como un desbordamiento de la sabiduría increada, San Bernardo lo llama el “don sobrenatural del Espíritu Santo” que nos hace conocer a Dios y regocijarnos en el amor perfecto.

 

L2      La sabiduría no solo ilumina la mente sino que inflama el corazón con amor hacia Dios nos da apetencia por las cosas divinas y un ardiente deseo de los tesoros celestiales especialmente un anhelo de poseer a Dios y verlo cara a cara, desapega nuestro  corazón de los bienes de este mundo y nos aparta de todo lo opuesto a nuestra meta final. A su luz podemos ver más y más claramente la nada de las cosas creadas.

 

L1      Se puede definir como  una disposición de nuestro intelecto que lo inclina a estimar y gustar solo a Dios y todo lo que en alguna forma está conectado con la Gloria de su Nombre.

 

L2       Los que poseen este don aman y se aferran con toda la fuerza de su voluntad a todo lo que es querido por Dios aún  cuando fuera repugnante al hombre natura.

 

L1       Cuando un alma ha madurado a través de las pruebas y el sufrimiento de la aridez espiritual, el don de sabiduría actúa entonces de una manera mucho más espiritual. El intelecto entonces reconoce claramente que Dios lo es todo, que el hombre es nada.

 

L2      Como resultado de esto hay una firme resolución en la voluntad de vivir solo para Dios y soportarlo todo para su Gloria y para la llegada de su reino en su propia alma.

 

 

 

Intercedemos

(Lo podemos hacer en voz alta y libremente)

 

·        Bendice a nuestro para Francisco, nuestro Arzobispo Alfonso Cortes, su auxiliar Juan Palares, al clero con tu divino don de la sabiduría, oh Espíritu Santo que este don perfecto refuerce su fe, de fortaleza,  esperanza, perfeccione su caridad y los impulse a practicar las virtudes al máximo grado.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

·        Dota a la familia cristiana con tu santo don de Sabiduría permite que tu divina luz ilumine sus mentes e inflame sus corazones con el amor de Dios que ardan en deseos por las cosas celestiales y crezcan perfectamente en el amor a  Dios.

Te rogamos, Espíritu Santo.

 

 

L1       Ven, Oh bendito Espíritu de sabiduría, ven con tu luz y poder. Ilumina a todas las almas para que puedan ver el poder y la belleza de tu santa ley. Enseña a todos los corazones a amar tu ley y vivir por ella, Esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo y el Padre, único Dios ahora y por siempre. Amén.

 

 

Todos:       “Oh Espíritu de Sabiduría, dígnate encender el fuego de tu amor en nuestro corazón y haz  que  tu luz divina eche afuera de mi mente la oscuridad. Que yo pueda estar aun más íntimamente unido a través de ti a mi salvador Jesucristo. Concédeme que siguiendo su ejemplo yo ya no aspire ni viva para nada que no sea para la Gloria del Padre. Amor del Padre y del Hijo. Fuego divino, consume en mi todo lo que todavía se opone al Reino de la Divina Sabiduría. Concédeme que pueda librarme de todo pensamiento equivocado, que ponga todas mis complacencias solamente en Dios y pueda así completar en mi alma todo lo que fue planeado por la  Divina Misericordia”

 

Hacemos unos momentos de silencio

 

 

 

Gracias quiero darte por amarme

Gracias quiero darte yo a ti Señor

Hoy soy feliz porque te conocí

Gracias por amarme a mí también

 

Yo quiero ser  Señor amado

Como el barro en manos del alfarero

Toma mi vida hazla de nuevo

Yo quiero ser, un vaso nuevo

 

Te conocí y te ame

Si te ofendí  perdóname Señor

Pues te amo y nunca te olvidare….

 

¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!

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