Virtud de reconciliación. Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.   Hora Santa  Parroquia de San Pío X

Virtud de reconciliación. Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión. Hora Santa Parroquia de San Pío X

Virtud de reconciliación. Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 Hora Santa

Parroquia de San Pío X

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Oremos al Divino Niño Jesús y hablémosle de todas las necesidades del mundo, de nuestra  Iglesia, de  los ministerios,  comunidades, familiares, para que Él infunda en nosotros un espíritu generoso para con todos nuestros hermanos, para que crezca en nosotros el amor y la sinceridad en nuestra conversión diaria sobre todo en los momentos de prueba.

 

 

Lectura del libro de Efesios 6, 10-17

Por lo demás, fortaleceos con el Señor y con su fuerza poderosa. Vestid la armadura de Dios para poder resistir las estratagemas del diablo. Pues no peleáis contra seres de carne y hueso, sino contra las autoridades, contra las potestades, contra los soberanos de estas tinieblas, contra espíritus malignos del aire. Por tanto requerid las armas de Dios para poder resistir el día funesto  y manteneros venciendo a todos. Ceñíos los lomos con la verdad, revestid la coraza de la justicia, calzad las sandalias de la prontitud para el  Evangelio de la paz. Para todo embrazad el escudo de la fe, en el que se apagarán los dardos incendiarios del maligno. Poneos el casco de la salvación, empuñad la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Constantes en rezar y perseverancia rezando por todos los consagrados.

Palabra de Dios.

Releemos en silencio y compartimos la frase que más nos llega.

 

 

Canto.

//Cuando miro tu santidad, cuando siento tu gran amor,

Cuando lo que me rodea se aclara con tu luz.

 

Encuentro gozo en mi corazón y tu reinas en mi voluntad

Cuando lo que me rodea se aclara con tu luz.

 

Te adorare, te adorare, yo vivo por ti y te adorare

Te adorare, te adorare, yo vino por ti y te adorare//

 

 

La virtud de reconciliación

Dirigir con valores. Anselmo Grun.

 

Conocer la propia medida y reconciliarse con ella es lo propio de una virtud que en el Nuevo testamento se recomienda continuamente al cristiano, sobre todo por parte de Pablo: la virtud de la reconciliación. La Palabra alemana “Versohnung” (reconciliación) proviene del alto alemán  medio “Suene” y significa “acuerdo, paz, beso”. Tiene además la connotación de “Tranquilizar, calmar”. La primera tarea de la reconciliación consiste en reconciliarse consigo mismo, con la propia historia personal, en las propias heridas, con los propios puntos fuertes y débiles, con el propio aspecto y las propias capacidades y limitaciones concretas. Desde el punto de vista lingüístico, significa reconciliarse consigo mismo, hacer las paces con uno mismo, apaciguar la agitación interior y la rebelión contra uno mismo. Esto sólo se logra cuando inicio un dialogo con todas las emociones de mi corazón, cuando trato con ellas lo quien tienen que decirme. Entonces podré intervenir como mediador en un asunto. Entonces seré capaz de poner fin a la lucha en mi propio corazón y calmar los ánimos: me podré componer, arreglar.

La reconciliación conmigo mismo me exige tratar cariñosa y amorosamente lo que hay en mí. Constantemente veo como las personas se tratan así mismas con dureza. Tienen determinados conceptos ideales de sí. Han hecho terapias para ser más serenas y más dueñas de su, para afrontar mejor sus miedos y depresiones. Y cuando el miedo surge de nuevo, se rebelan contra sí mismas. Pero cuando más me rebelo contra una cualidad que hay en mí, tanto más fuerte se  hace la fuerza contraria que en mi despierto. Reconciliar significa tratar amorosamente el propio miedo, los celos, la inhibición, la depresión. Sólo si me vuelvo amorosamente a mis propias emociones- si las “beso”, por así decirlo- podré reconciliarme con ellas. Y cuando este reconciliado, ya no me dominaran. Más bien estarán a mi servicio. La actitud más importante al respecto consiste en no hacer valorización alguna de las emociones propias. Todas ellas tienen su sitio y su sentido. Tengo que hablar con las emociones. Entonces ellas me contarán lo que desean decirme realmente. Quizá quieren hacerme ver que he excedido mi propia medida.

 

Releemos en silencio y oramos espontáneamente de acuerdo a lo que leímos.

 

 

Canto.

·        Levanto mis ojos a los montes de donde me vendrá el auxilio,

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

 

El auxilio me viene del Señor,  que hizo el cielo y la tierra

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

 

·        No permitirá que resbale mi pie, tu guardián no duerme

No duerme ni reposa, el guardián de Israel.

 

·        El Señor te guarda a su sombra, el Señor está a tu derecha,

De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

 

·        El Señor te guarda de todo mal, el Señor guarda tu alma

El guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

 

 

Oremos a María Santísima

Madre del Divino Amor  que con tanta ternura te entregaste en cuerpo y alma al cuidado de nuestro Señor Jesucristo  intercede por nosotros para que aprendamos  amarnos para poder amar a los  demás  y aceptarnos con todas nuestras debilidades y  flaquezas  y sobre todo enséñanos a perdonar  todos nuestros errores del pasado.

 

1er. MisterioLa sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven sin dificultad los que la aman, y los que van buscándola, la encuentran; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella, no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones.

Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 

2do. Misterio. Por eso supliqué y se me concedió la prudencia, invoque y vino a mí el Espíritu de Sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza, no le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a ella, la plata vale lo que el barro.

Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 

3er. Misterio. Todo lo sé; oculto o manifiesto, porque la sabiduría, artífice del cosmos, me lo enseñó. En efecto, es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, móvil, penetrante, inmaculado, lucido, invulnerable, bondadoso, agudo, incoercible benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, todopoderoso, todo vigilante, que penetra todos los espíritus inteligentes, puros, sutilísimos.

Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 

4to. Misterio. La sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo, porque es efluvio del poder divino, emanación purísima de la gloria Omnipotente por eso nada inmundo se le pega. Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad.

Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 

5to. Misterio. Siendo una sola, todo lo puede, sin cambiar en nada, renueva el universo y entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas, pues Dios ama sólo a quien convive con la sabiduría. Es más bella que el sol  y que todas las constelaciones comparada con la luz del día, sale ganando, pues a éste lo revela la noche, mientras que a la sabiduría no la puede el mal.

Oremos para que amando la sabiduría de Dios logremos nuestra conversión.

 

 

Oremos en silencio.

Oremos por todas las necesidades del mundo entero y las necesidades de nuestra santa Iglesia.

 

 

 

 

Recemos la Coronilla de la Misericordia       De rodillas o de  pie

Ofrezcámosla  por la conversión de todos los pecadores.

Padre nuestro…Ave María… Credo…

 

En  las cuentas grandes antes de cada decena.

Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amantísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena.

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 

Jaculatoria para rezarse al final de cada misterio.

Oh Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, Confiamos en Ti

 

Doxología final después de las cinco decenas.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero

(3 Veces)

 

 

Oremos en silencio

Por las necesidades de todo el mundo.

 

 

Reparemos el Corazón de Jesús

Que sufre por  tanta indiferencia y por todos los sacrilegios cometidos a su

Presencia real en la Eucaristía, pidámosle nos permita acompañarlo este día

Para reparar sus sufrimientos con nuestros actos de amor.

 

Repetimos varias veces esta jaculatoria:

Cuerpo y Sangre de Jesús os quiero, os amo y os adoro. 

Os pido Perdón y Misericordia 

Por todos los sacrilegios cometidos.

 

 

 

Hagamos unos momentos de silencio

 

 

Canto.

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera, en su Palabra

Mi alma aguarda al Señor, porque en Él está la salvación.

 

Desde lo hondo a ti grito, Señor, Señor escucha mi voz

Estén tus oídos atentos, a la voz de mi súplica.

 

Si llevas cuanta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón y así infundes respeto.

 

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su Palabra,

Mi alma aguarda al Se, más que el centinela la aurora.

 

Porque del Señor viene la misericordia y la redención copiosa,

Y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

 

 

¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!

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