Enseñanza de Jesús sobre la oración.            Hora santa                           Parroquia de San Pío X

Enseñanza de Jesús sobre la oración. Hora santa Parroquia de San Pío X

Enseñanza de Jesús sobre la oración.

Hora santa

Parroquia de San Pío X

 orad

 

Se reza la Estación del Santísimo Sacramento…

 

Padre santísimo tú que eres nuestro mejor ejemplo de oración y de amor, enséñanos también a nosotros  a orar para poder ser agradables a ti en nuestras peticiones y alabanzas que en nuestra sencillez y pequeñez te ofrecemos. 

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas  11, 1-4                   De pie

Un día Jesús estaba  orando y cuando terminó, uno de los discípulos le dijo: “Señor enséñanos a orar,  como Juan enseño a sus discípulos”

Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: “Padre santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende y no nos dejes caer en tentación”

Palabra del Señor.

Releemos en silencio y en voz alta compartimos la frase que más nos guste.

 

 

Canto

Hoy  Señor Jesús vengo ante ti para alabarte

Hoy  Señor Jesús con tu poder puedes cambiarme

Sáname Señor, hoy quiero vivir, dame tu amor sin ti no puedo ser feliz

Sáname Señor, líbrame del mal, toca el corazón para alcanzar la santidad.

 

 

Enseñanza de Jesús sobre la oración

 Jesús, ejemplo de orante. Anselmo Grûn

 

Si la oración de Jesús tenía capacidad de sanar y liberar, no es de extrañar que los discípulos le pidieran: “Señor, enséñanos a orar” Según Lucas, Jesús no sólo les muestra a sus discípulos qué deben rezar, sino que actitud deben tener en la oración. Jesús resume en las palabras del Padre nuestro lo que los cristianos  deben rezar. Muchos exegetas piensan  que Lucas ha conservado la versión más primitiva del Padrenuestro. Lucas tiene siempre  un cuidado especial por el sonido original de las palabras de Jesús: “Padre, que tu nombre sea santificado, venga tu Reino, danos cada día el pan que necesitamos, perdona nuestras ofensas así como nosotros  perdonamos a los que nos han ofendido y no nos dejes caer en la tentación”

Jesús siempre llama a Dios “Padre”. En la oración que él nos enseña  nos permite compartir su relación con Dios. El nombre es la realidad misma de Dios que debe ser santificada. Debe ser visible en nuestro mundo y reconocido por todos los hombres. El Reino es el señorío de Dios en nuestro interior. La imagen de Dios resplandece en nuestro corazón cuando ha venido a nosotros

 El Reino de Dios.  El pan que tenemos que pedir no es solamente el pan material, sino también  el pan de la amistad y de la vida comunitaria. Es un pan celestial, y divino, es el pan vivo de la Eucaristía. En la petición sobre el perdón, Lucas cambia la palabra  “pecados”  por la de “culpa”, pues el concepto griego de “culpa”  no se relaciona con un quebrantamiento de la ley divina. El término  “pecadores” significa “equivocados” errados “que han perdido la oportunidad” “que han perdido su norte” “perdidos” La última petición no significa que permanezcamos libres de tentaciones, sino que Dios nos proteja en medio de ellas. El Padrenuestro arameo entiende esta petición en este sentido: “Concédenos no caer en la tentación” Tampoco los griegos creían que el mismo Dios nos inducia a la tentación. En efecto, el ser humano no permanece inmune a las tentaciones, pero a Dios le gusta darnos fuerza para que no quedemos atrapados en la tentación y perezcamos en ella. Lucas  se transforma con su redacción del Padrenuestro en un neoconverso. Los neoconversos recitaban la oración  en recuerdo de las palabras de Jesús. Era para ellos el elemento más importante de su devoción. Con estas palabras entraban en contacto con el Espíritu de Jesús, con un personal estilo de relación con Dios. Así la Didajé prescribe, a finales del siglo I, que todo cristiano debe recitar el Padrenuestro tres veces al día. Y del mismo modo, en cada Eucaristía, se debe recitar el padrenuestro antes de la comunión. Antes de recibir el Cuerpo de Cristo, nos hacemos uno con su Espíritu, que se expresa de la forma más clara en el Padrenuestro.

Releemos en silencio y oramos espontáneamente de acuerdo a lo que leímos.

 

 

 

Canto

//Yo te amo, yo te amo mi Señor Jesús//

//Y levanto mis manos en tu nombre mi Señor, yo te amo a ti//

//Yo te amo a ti//

 

 

Oremos a María Santísima

Madre, tú que viviste en plenitud  el amor  y que vivías el  Padrenuestro, intercede por nosotros para que  podamos también nosotros hacerlo vida en nuestras familias y sociedad.

 

1er. Misterio. Abraham el amigo de Dios lo llamaba “mi Señor”, el cristiano autorizado por Jesús, lo llama “Padre” nombre que da a su plegaria un tono completamente nuevo: filial, por el que puede derramar libremente su corazón en el corazón de Dios exponiéndole sus necesidades en forma sencilla y espontanea que indica el Padrenuestro.

Oremos para que seamos sencillos y espontáneos  en nuestra oración.

 

2do. Misterio. Además con la parábola del amigo inoportuno, que sigue inmediatamente, enseña Jesús a orar con perseverancia e insistencia – como hizo Abraham.- sin miedo a ser indiscretos: “pedid, buscad, llamad”

Pidamos que seamos con Jesús plenamente confiados y pidamos, busquemos y llamemos a su corazón misericordioso.

 

3er. Misterio. Para Dios no hay horas inoportunas, nunca siente fastidio por la oración humilde y confiada de sus hijos, antes se complace en ella: “quien pide, recibe, quien  busca, halla y al que llama se le abre”

Que nunca nos cansemos de pedir, buscar y llamar.

 

4to. Misterio. Y si no siempre obtiene el hombre lo que desea, es seguro que su oración nunca es vana, pues nuestro padre celestial responde siempre a ella con su amor y su favor, aunque tal vez de modo oculto y diferente a lo que el hombre espera. Lo importante no es obtener esto o aquello, sino que nunca le falte la gracia de ser fiel a Dios cada día.

Oremos para que seamos fieles en la oración.

 

5to. Misterio.  Esta gracia está asegurada al que ora sin cansarse: “Si vosotros que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu santo a los que se lo pidan? En el don del espíritu santo se incluyen todos los bienes sobrenaturales que Dios quiere conceder a sus hijos.

Pidamos el don del Espíritu Santo.

 

 

 

Recemos la Coronilla de la Misericordia       De rodillas o de  pie

Oremos por todas las necesidades del mundo en especial por la paz en México y Siria.

Padre nuestro…Ave María… Credo…

En  las cuentas grandes antes de cada decena.

Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amantísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena.

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Jaculatoria para rezarse al final de cada misterio.

Oh Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, Confiamos en Ti

Doxología final después de las cinco decenas.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero

 (3 Veces) 

 

Oremos en Silencio

Por las necesidades en todo el mundo en especial por la paz en Siria.

Y por todas las necesidades de todas las familias, jóvenes y niños del mundo.

 

 

Los momentos que nos quedan reparemos el Corazón de Jesús que sufre por todos los sacrilegios cometidos en las diversas Iglesias del mundo y por todos los que cometen comuniones y confesiones sacrílegas, oremos para que el Espíritu Santo, les dé luz y conversión  y a todos nos permita realizar buenas y sinceras confesiones.

Repetimos varias veces esta jaculatoria, para reparar su Corazón:

Cuerpo y Sangre de Jesús, os quiero, os amo y os adoro.

Os pido perdón y misericordia por todos los sacrilegios cometidos.

 

   

Oremos todos unidos.

Oh Jesús, creemos que lo puedes todo y que nos concederás todo lo que te

Pidamos con fe, nos lo concederás porque eres infinitamente bueno Y omnipotente;

Nos otorgaras más aún, pues lo has prometido formalmente.

Nos lo concederás dándonos la cosa pedida, sea dándonos otra mejor.

Si nos haces esperar, si recibimos tarde o tal vez nunca,

Estamos seguros de que espera es lo mejor para nosotros,

De que el recibir tarde o tal vez nunca

Es mejor para nosotros que recibir enseguida.

 

Carlos de Foucauld.

 

 

Canto.

Demos gracias al Señor, demos gracias, demos gracias al Señor (2)

Por las mañanas las aves cantan las alabanzas a Cristo Salvador (2)

Y por las tardes las flores cantan, las alabanzas a Cristo Salvador (2)

Y por las noches los cielos cantan las alabanzas a Cristo Salvador (2)

Y a todas horas los hombres cantan las alabanzas a Cristo Salvador (2)

 

 

¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!

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