Los hijos del trueno y los deseos de los padres.

Los hijos del trueno y los deseos de los padres.

Los hijos del trueno y los deseos de los padres.
Comentando el evangelio


privilegios

Hoy el pasaje del evangelio de San Mateo 20, 17-28, nos hace recordar a aquella madre que va a Jesús y le pide que sus dos hijos que ya ha elegido como discípulos (Santiago y Juan, hijos de Zebedeo), estén ahora al final del tiempo a su derecha e izquierda cuando esté en su reino.

Los versos del 17 al 19 simplemente, Jesús les predice, les hace saber lo que le espera, Jesús está consciente de su pasión, su muerte y desde luego su resurrección, sin embargo, los discípulos están confundidos, no pueden compaginar que el mesías esperado tenga ese fin, “imposible”.

Regresando a la petición de aquella madre que con respeto se postra a Jesús, Jesús responde abruptamente: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber? Dijéronle: Podemos. El deseo de los padres es que sus hijos logren la salvación, aún los más rebeldes, aunque pudiera haber padres que no enseñan a sus hijos a luchar por el cielo, sino sólo a obtener dinero, bienes, poder etc.; la madre sabe que les ha tratado de ser ejemplo como buenos israelitas a sus hijos, observando la ley y mandamientos de Yahvé; ellos ya mayores de edad respondieron a la ligera: “sí podemos”.

Santiago, según la historia le ubica entre los años 42 al 44 preso por el descendiente de Herodes y ser decapitado para agradar a los judíos, se cumplía aquellas palabras del sermón de la montaña Mt 5, 10-12, que también Esteban en el 34 ya había pasado por ese cáliz de sufrimiento y muerte.
Juan, por su parte, es el único apóstol que muere de viejo, en sus sentidos, cumpliéndose aquellas palabras de Cristo cuando a Pedro le dijo: a ti en que te va que muera o no muera; después de la liberación en Patmos Juan siguió orientando y dando testimonio a las jóvenes generaciones de cristianos.

Muchos padres de familia sufren porque sus hijos no son felices, hijos que hoy solo piensan en ser felices como por arte de magia, con grandes vicios que han desbastado a muchos jóvenes; ¿en algún momento a pedido por el hijo más descarriado?, sí, seguramente, algunas veces quizá, hasta se quejaron sus hermanos de cierta inclinación como preferido aun siendo tan malo en su punto de vista.

Los hijos del trueno nos enseñan que realmente los hijos no sabemos lo que vamos a vivir en el futuro, ellos sí bebieron el cáliz, pero de la nueva alianza en Cristo el día de la fiesta de la pascua, cáliz que era de alegría, abundancia, fortuna, fue en el cenáculo y bebieron el cáliz amargo muy poco con sus sufrimientos al querer ir al cielo; ¿se le hace fácil ganar el cielo?, al contrario es muy difícil para la mentalidad actual, es más para muchos eso ya es anticuado, extinto, para otros se les ha borrado de su diccionario de la vida esa palabra, sin embargo la madre de los Zebedeos, nos recuerda que no debe de pasar en moda aunque haya discordias, pues cuando los otros discípulos oyeron tal petición se molestaron viendo que intentaban tomar los primeros puestos, sí el mismo Cristo dijo: “ustedes tomen los últimos puestos” y estos no siguen la enseñanza del maestro, además no sólo es el puesto sino lo que significa el puesto que es: “poder.”

Jesús ubica muy fácil a estos chicos: pero sentarse a mi diestra o a mi siniestra no me toca a mí otorgarlo; es para aquellos para quienes está dispuesto por mi Padre.

Nos preguntaríamos: ¿entonces de que sirve andar con Jesús sino se tiene ganado nada y todo depende del juicio final?, quién anda con Jesús tiene ganado el cielo más el lugar no, eso lo decide solo el Padre; lo importante es el cielo, es que muchos no sabemos pedir adecuadamente ese pedacito de cielo y ni mucho menos como ganarlo, la madre no supo expresar su deseo a Jesús, pero, aquel famoso ladrón que con el tiempo le han dado el mote del “buen ladrón”, lo hizo magistralmente: “acuérdate de mí cuando estés en tú reino”, no le pidió puestos, beneficios, solo estar en su reino y seguramente para todos los padres eso es lo que queremos para nuestros hijos, aunque debemos alertar, usted papá, usted mamá no se olvide del cielo, de lo contrario, de nada servirá salvar a sus hijos sí usted se condena.

Cuando el trueno aparece en el cielo, un ruido fortísimo azota el ambiente, se sabe que algo anuncia, ojala que en lugar de un trueno, los hijos por deseo de los padres, escuchen mejor las trompetas celestiales que les abren las puertas del cielo, ese sería un buen deseo para este año por parte de los que somos papas y los que tenemos papas como hijos.

¿Cuál es su más grande deseo como papá y mamá actualmente?, ¿no le parece mejor el cielo que la riqueza terrena y banal?, muchos pueden afirmar que no hay cielo, ¿se quiere arriesgar y arriesgar a sus hijos?; la mujer de Zebedeo no anduvo con rodeos para con sus hijos, ¿cuál es su objetivo prioritario para sus hijos?, escuela, casa, buena esposa, bienes, buena colonia, es tiempo de redirigir las metas y objetivos, ojala y los deseos de que sus hijos estén en el cielo no se ahuyenten de su vida, que los hijos del trueno nos sigan recordando ese lugar prometido por Cristo Jesús, pero recuerde: “hay que hacer nuestro esfuerzo y no dejarle todo a Jesús”.

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