Efecto kerigma en el siglo XXI.

Efecto kerigma en el siglo XXI.

Efecto kerigma en el siglo XXI.


bario
Cuando se habla de Dios parece que todo está dicho, cuando se habla de la iglesia parece que todo se sabe, cuando se habla de Cristo Jesús parece que todos son eruditos, pero cuando se habla del Espíritu santo muy pocos realmente hablan con conocimiento de causa y es que para hablar del Espíritu santo se necesita que la persona haya tenido una experiencia con él, no pensar que es una “palomita”, muy probablemente quieras traer a tú mente el día de pentecostés que celebra cada año la iglesia, pero… ¡eso es la mínima parte de lo que hace el Espíritu santo!, así sucede con el kerigma, se cree saber todo de él, muchos hablan de él, muchos hasta lo han reducido a simple retiro pero lo extraordinario es que en el anuncio de la buena nueva (kerigma) el que hace toda la obra es el Espíritu santo, quién lleva al conocimiento de Jesús y del Padre.

Como es el Espíritu santo que tiene la batuta del anuncio de la buena nueva, sus efectos son inesperados. ¿Quién iba a pensar que un diácono fuera el primer mártir de la iglesia por anunciar el kerigma?, sí, ese fue Estebán, quién lleno del Espíritu santo denunció la ceguera de los dirigentes judíos pero a la vez les daba el anuncio de la buena nueva cfr. Hch 7, 51-55. Todo por estar lleno del Espíritu santo. Los equipos evangelizadores le echan muchas ganas para dar el anuncio lo mejor posible, muchos predicadores cometen grandes errores que no son percibidos por los oyentes pero aun así el Espíritu santo no deja que sea en vano el anuncio de la buena noticia y endereza el rumbo, lo que humanamente brinca de inquietud en el corazón es que todo podría ser mejor sí los predicadores fueran dóciles al Espíritu santo.

Felipe, otro diácono escuchó la moción del Espíritu santo y fue dócil al llamado cfr. Hch 8, 29-31. Los predicadores resisten a anunciar la verdad contenida del mensaje del kerigma y aun teniendo la estructura de un tema, prefieren hacer el suyo, para muchos observadores y críticos puede ser fatal, sin embargo… nuevamente el Espíritu santo interviene y vuelve a marcar el paso y como dijo una coordinadora de un ministerio de evangelización: “no se preocupen el Espíritu santo hace todo”, pues si hace todo, ¡sigamos así!, para que prepararse o predicar adecuadamente.

El efecto del anuncio del kerigma no se puede medir, sus efectos en unos son inmediatos, en otros apenas empapó el corazón y quizá hasta quedó vacunado pero eso nadie lo sabe más que Dios. Saulo no tenía doblez, su vida era la Toráh y la hacía valer al punto de ser injusto y malvado por el celo al Dios de él, más con el encuentro con Jesús todo cambió y con sus dotes de predicador inmediatamente predicó a judíos y a los paganos cfr. Hch 9, 20-22. Quizá argumentes que ese Pablo ya lo tenía elegido Dios, pero hay una realidad: quién quiere anunciar la buena nueva o servir para que se dé la buena nueva, “lo tiene que hacer bien” y buscará la mejor manera que sea actual aunque hace casi 2000 años se empezó a dar, fresca como si fuera la primera vez de su anuncio.

Los efectos del kerigma no sólo es para quién está escuchándolo sino para los que participan en él, es una retroalimentación. Pedro se da cuenta que el anuncio de la buena noticia no solo era para el pueblo de Israel, pero no hubiera sido posible sí el Espíritu santo no se lo hace ver, sino estaría repite, repite, repite lo mismo con los judíos cfr. Hch 10, 38-44.

El efecto kerigma para otros hombres es como haber empezado un sueño, aun de noche, dormido, la palabra penetra y lo llena más, se siente perdonado aun a pesar de haber sido lo peor, por eso es capaz de responder con tanta vehemencia: Lc 7:47 Por eso te digo que se le han perdonado numerosos pecados, por el mucho amor que demostró. Pero al que se le perdona poco, poco amor demuestra. Por esa razón quisiéramos que los predicadores y evangelizadores se entregarán totalmente, pero es de tomar consciencia que muchos hacen todo lo posible aun teniendo actividades o que predicasen como se les ha perdonado, pero esto se hace a un lado porque el efecto kerigma hace lo suyo y el Espíritu santo luce encumbrando la evangelización.

A fin de cuentas: ¿cuál es el objetivo del artículo?, pues, que aunque parezca cansón el kerigma, o los retiros como se les llama, en pocas palabras tienen una eficacia mayúscula porque en el yace el Espíritu santo. La evangelización parte del anuncio de la buena nueva y los que pensamos que con dinámicas, recursos, tecnología se va a actualizar, equivocados estamos, se mejorará con buenos predicadores llenos del Espíritu santo y prestos para anunciar un kerigma fresco y actual, en pleno siglo XXI y para los demás siglos.

El efecto sigue siendo el mismo, aunque hoy se viva una etapa tecnológica, la tecnología no puede superar al anuncio del testigo, por eso mismo, por esa razón los equipos evangelizadores no pueden repetir lo mismo de años, pues el mismo kerigma lo actualiza el Espíritu santo.

La iglesia debe de confiar que el anuncio del kerigma deba de ser dado por predicadores llenos del Espíritu santo, el respeto del contenido es muy importante, San Pablo ataca duramente a quien cambia brutalmente el evangelio cfr. Gal 1, 8 y hay predicadores que su predicación incluye de todos los moles; el efecto del kerigma es eficaz porque contiene la pasión, muerte y resurrección, se proclama la salvación y el Señorío y al final una efusión renovada del Espíritu santo.

Sigamos trabajando en el anuncio gozoso del kerigma, confiando en su efecto, eficacia y transformación hecha por el Espíritu santo, el cual no nos decepcionará en este siglo XXI y hasta en el XXII y más.

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