Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día 19. Jesús convierte al pecador…

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día 19. Jesús convierte al pecador…

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para todos los días del mes. Día 19. Jesús convierte al pecador Zaqueo

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En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Acto de Contrición

Misericordia, Señor, hemos pecado. Por tu inmensa compasión borra nuestras culpas. Contra Ti, contra Ti sólo pecamos. Cometimos las maldades que Tú aborreces. Aparta de nuestros pecados tu vista. Borra de nuestras almas toda culpa. Oh Dios crea en cada uno un corazón puro, y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu. Como se aleja el Oriente del Occidente, así tú alejas nuestros pecados. Tú perdonas nuestras faltas. Eres compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos tratas como merecen nuestros pecados ni nos castigas como lo exigen nuestras culpas. Como se eleva el cielo sobre la tierra, así se eleva tu bondad sobre nosotros. Como un padre siente ternura por sus hijos, así Tú, oh Dios, sientes compasión por tus servidores. Sabes de qué estamos hechos y recuerdas que somos barro. Tu misericordia, Señor, dura por siempre. Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas: no te acuerdes de nuestros pecados ni de las maldades de nuestra vida pasada. Acuérdate de nosotros con misericordia, por tu bondad, Señor. Por el honor de tu Nombre perdona nuestras culpas que son muchas. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

 

Acto de Consagración

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.

Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de uno y de otros, benignamente Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que estos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la bondad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud: a Él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

 

 

Día 19
Jesús convierte al pecador Zaqueo

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19,1-10

 

Jesús entró en Jericó y cruzaba la cuidad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quien era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: “Zaqueo baja pronto: porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.” Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: “Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.” Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.” Jesús le dijo: “hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abrahán, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.”

Palabra del Señor.

 

 

Plegaria
Salmo 145

La bondad y majestad de nuestro Señor.

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey,
Bendeciré tu nombre por siempre;
Todos los días te bendeciré,
Alabaré tu nombre por siempre.
Grande es Yahvé. Muy digno de alabanza,
Su grandeza carece de límites.
Una edad a otra encomiará tus obras,
Pregonará tus hechos portentosos.
El esplendor, la gloria de tu majestad,
El relato de tus maravillas recitaré.
Del poder de tus portentos se hablará,
Y yo tus grandezas contaré;
Se recordará tu inmensa bondad,
Se aclamará tu justicia.
Es Yahvé clemente y compasivo,
Tardo a la cólera y grande en amor;
Bueno es Yahvé para con todos,
Tierno con todas sus creaturas.
Alaben te, Yahvé, tus creaturas,
Bendigan te tus fieles;
Cuenten la gloria de tu reinado,
Narren tus proezas,
Explicando tus proezas a los hombres,
El esplendor y la gloria de tu reinado.
Tu reinado es un reinado por los siglos,
Tu gobierno, de edad en edad.
Fiel es Yahvé en todo lo que dice,
Amoroso en todo lo que hace.
Yahvé sostiene a los que caen,
Endereza a todos los encorvados.
Los ojos de todos te miran esperando;
Tú les das a su tiempo el alimento,
Tú abres la mano y sacias
De bienes a todo viviente.
Yahvé es justo cuando actúa,
Amoroso en todas sus obras.
Cerca esta Yahvé de los que lo invocan,
De todos los que lo invocan con sinceridad.
Cumple los deseos de sus leales,
Escucha su clamor y los libera.
Yahvé guarda a cuantos le aman,
Y extermina a todos los malvados.
¡Que mi boca alabe a Yahvé,
Que bendigan los vivientes su nombre
Sacrosanto para siempre jamás!

Gloria al Padre…

 

 

Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús en las cartas de santa Margarita.

sus-promesas
La hermana Margarita Alacoque obtuvo que el santo sacerdote Claudio de la Colombiere se dedicara a propagar la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y le decía: “Diga a los sacerdotes que la Madre de Dios desea mucho que se propague esta Devoción, pues el más grande anhelo que ella tiene es que su Hijo sea muy conocido y amado, y esta Devoción logra esos dos fines. Recomiéndeles a los predicadores que aprovechen este gran honor que se les concede de hacer amar y conocer más y mejor a Jesús, por medio de la Devoción a su Sacratísimo Corazón.”

La santa logró convencer al padre Croisset para que se dedicara a propagar la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y le escribió: “Recuerde a los predicadores y catequistas que el Sagrado Corazón derramará de tal manera bendiciones, gracias y ayudas sobre el trabajo de los que propagan su Devoción, que los frutos que lograrán conseguir sobrepasarán todos sus planes y sus esperanzas, y esta Devoción contribuirá mucho a la propia perfección de cada uno de sus propagadores”.

Margarita decía que el padre la Colombiere tiene en el cielo el oficio de ayudar a propagar en la tierra la Devoción al Corazón de Jesús. Ella logró entusiasmar a varios sacerdotes para propagarla, y escribió diciendo: “Yo vi escrito en letras de oro en el Libro del Cielo los nombres de los que propagan la Devoción, y sentí que muchas personas al acercarse al Corazón Divino por medio de esta Devoción se llenaban de un gran amor hacia el Redentor.”

Desde 1687 hasta la muerte en 1691 santa Margarita se dedicó a escribir cartas a diversas comunidades (así, logró que las religiosas de las 140 casas de su Congregación religiosa se entusiasmaran por la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús) y en esas cartas dice: “Jesús bendecirá las casas donde sea expuesta y sea honrada la imagen de su Sagrado Corazón. Dará la paz a las familias y les traerá la unión y la paz aunque antes haya habido desunión y discordia. Ayudará notoriamente a quienes estén pasando momentos difíciles. Ante las palabras de los predicadores que propaguen su Devoción conmoverá aun los corazones más insensibles y los hará dóciles a las recomendaciones de la predicación”.

Y añadía la santa:
“El Corazón de Jesús ayudará en la hora de la muerte a sus devotos. A los tibios los volverá fervorosos. A los pecadores los hará volver al buen camino si practican esta devoción. Si se entendiera como desea y aprecia Jesucristo esta Devoción a su Corazón Santo, todos los cristianos, por muy poco piadosos que fueran. Se dedicarían a practicarla.”

 

 

Práctica: haré unos pequeños ahorros y con esto compraré un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús, el cual regalaré a una familia que no tenga esta imagen.”

 

 

 

 

Gozos

Pues eres de nuestro amor el más tierno y dulce encanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

I
En este Pan, escondido se encuentra tu Corazón, para dar paz y perdón al que llega arrepentido; escucha, pues, el gemido que eleva el alma; entre tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

II
Tu Santa Cruz es el emblema de tu ternura y amor, asilo del pecador, consoladora en la pena; y por esto el alma llena de gratitud, alza un canto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

III
Con la corona ceñida de espinas, tu Corazón nos muestra la compasión que por el hombre has tenido, y por eso nuestro olvido te hace sufrir, ¡Oh Amor Santo!
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IV
Con una lanza atrevida abrió el soldado tu pecho, y allí nos das el derecho de ir a buscar acogida; por esto el alma afligida cambia en gozo su quebranto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

V
De tu entreabierto costado brota a torrentes la vida; en él encuentra acogida el triste, el desamparado; por eso el que te ha gustado, te dice lleno de encanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.
VI
Mas no tan sólo el costado la cruel lanza desgarró; a tu Corazón llegó dejándolo atravesado, ¡Oh, cuánto, Jesús amado, te debe mi alma! Por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VII
Aquí en este Sacramento de tu Corazón palpitante nos brinda, Jesús amante, el más sabroso alimento; eres de amor el portento que asombra al mundo y por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VIII
Conociendo tu ternura ¿Cómo puede el pecador abandonarte, Señor, por buscar a la criatura? Venga, pues, toda alma pura y diga bañada en llanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IX
Por las penas interiores de tu amable Corazón haz que en santa contrición te busquen los pecadores; escucha nuestros clamores y pon fin a nuestro llanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

 

Oración final

Acto de fe, esperanza y caridad.

Dios mío, creo en Ti, fortalece, Señor, mi fe.

Espero en Ti, afirma mi esperanza.

Te amo con todo mi corazón; enciende mi amor.

Me pesa de haberte ofendido; aumenta mi dolor.

Te adoro como a mi primer principio; te deseo como a mi último fin.

Te doy gracias como a mi continuo bienhechor; te invoco como a mi soberano defensor.

Dígnate Dios mío, dirigirme con tu justicia, consolarme con tu misericordia y ampararme con tu poder.

Te consagro todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos; a fin de que de hoy en adelante piense siempre en Ti, hable de Ti, obre según Tú y padezca por Ti

Señor, hágase en mi y en todas mis cosas tu Santísima Voluntad, en tiempo y en eternidad.

Te suplico que ilumines mi entendimiento, fortalezcas mi voluntad, purifiques mi corazón y santifiques mi alma.

Socórreme, Señor con tu gracia para vencer la soberbia con la humildad, la avaricia con la generosidad, la pereza con la diligencia, la lujuria con la mortificación, la envidia con la caridad, la ira con la paciencia, la gula con la abstinencia, la tibieza con el fervor; y todas mis inclinaciones y afectos desordenados con tu Santo temor y amor.

Amén.

Oremos

Te pedimos, Dios Todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza de tu amor que resplandece en el Corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes.

Dios de amor, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos obras de reparación y desagravio, y obtengamos el perdón de nuestros pecados y un aumento y progreso de nuestro amor hacia ti. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre y….

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