Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”     La verdadera y viva Devoción

Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales” La verdadera y viva Devoción

Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”
La verdadera y viva Devoción

orando-a-Dios

¡Supone previamente amor a Dios!

Y antes no es otra cosa sino un verdadero amor divino. Y no amor como quiera, porque:

• Cuando el amor divino hermosea nuestra alma, se llama gracia. Haciéndonos agradables a la Divina Majestad.

• Cuando nos da fuerza de bien hacer, se llama caridad. Más cuando llega el grado de perfección, en el cual no solamente nos hace hacer bien, sino, obrar cuidadosa, frecuente y prontamente, entonces se llamada Devoción.

 

 

Los avestruces, no vuelan jamás;
Las gallinas vuelan un poco, pesada y raramente;
Más las águilas, palomas y golondrinas vuelan a menudo, aprisa y alto.

 aguila

Los pecadores no vuelan en Dios, por lo contrario, hacen todo su recorrido en la tierra y para la tierra.
La buena gente que aún no ha llegado a la Devoción, vuela en Dios por medio de sus buenas acciones, pero rara y pesadamente.
Las personas devotas vuelan en Dios frecuentemente, pronta y altamente.

 lento

En fin, la Devoción no es otra cosa, sino una agilidad y vivacidad espiritual, por medio de la cual, la caridad ejercita sus acciones en nosotros, y nosotros por ella, obramos pronta y aficionadamente.

Y como pertenece a la caridad el hacernos guardar los mandamientos de Dios, en general y universalmente, pertenece también a la Devoción el hacer que los guardemos pronta y diligentemente. Causa por la que, el que no guarda todos los mandamientos de Dios, no puede ser tenido por bueno ni por devoto. Porque para ser bueno es necesaria la caridad, y para ser devoto es necesaria, además de la caridad, una gran vivacidad y prontitud en las acciones caritativas.

Y como la Devoción consiste en cierto grado de excelente caridad, no solamente nos hace prontos, activos y diligentes en la observación de todos los mandamientos de Dios, sino que nos provoca además a hacer pronta y aficionadamente, las más buenas obras que podemos, aunque no sean de ninguna manera de precepto, sino solamente aconsejadas o inspiradas.

De la misma manera que un hombre que acaba de sanar de alguna enfermedad, camina aquello que le es necesario pero lenta y pesadamente, así el pecador habiendo sanado de su iniquidad, camina aquello que Dios le manda, pero lenta y pesadamente.

Hasta que llega a alcanzar la devoción. Porque entonces:

• Es como un hombre bien sano y dispuesto, que no solamente camina, sino corre y salta en el camino de los mandamientos de Dios: correré por el camino de tus mandamientos, pues tú ensancharas mi corazón.

• Y de mejor en mejor, va corriendo en las sendas de los consejos e inspiraciones celestes.

 

En fin, la caridad y la Devoción no son mas diferentes la una que la otra, que la llama lo es del fuego.

Por esta razón, la caridad siendo un fuego espiritual, cuando está muy inflamado se llama Devoción. De manera que la Devoción no junta nada al fuego de la caridad, sino la llama, con la que se hace la caridad, pronta, activa y diligente. No solamente en la observación de los mandamientos de Dios, sino en el ejercicio de los consejos e inspiraciones celestes.

Acerca del autor

Temas relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.