Palabra de Dios 11 de Julio de 2025. Memoria, SAN BENITO, Abad.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Génesis ( 46, 1-7. 28-30 )
En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y
llegó a Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Por la noche, Dios se le apareció y le dijo: “¡Jacob, Jacob!” El
respondió: “Aquí estoy”. El Señor le dijo: “Yo soy Dios, el Dios de
tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré
en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y
después de muerto, yo mismo te haré volver aquí”.
Al partir de Berseba, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre,
a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado
el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían
adquirido en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos
sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas.
Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y
le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban
por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir
a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo
largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: “Ya puedo morir
tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo ( 36 )
R. La salvación del justo es el Señor.
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo
en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto
deseas.
R.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura;
no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán
hartura.
R.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente;
porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo. ( 10, 16-23 )
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío
como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las
serpientes y sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los
azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes
por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los
paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que
van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se
les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que
hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a
su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán;
todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere
hasta el fin, se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro
que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes
de que venga el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.
SAN BENITO, Abad.
Nació en Italia (Nursia). Estudió en Roma y se retiró a
una cueva de Subiaco, “anteponiendo el amor de Dios a
cualquier otra cosa”. Se le unieron unos discípulos, pero,
al cabo de un tiempo, Benito tuvo que mudarse a Monte
Casino. Ahí escribió su “Regla” y ahí murió en 547. La Orden
benedictina, continuadora de su carisma, ha sido decisiva
en la población y civilización de Europa, y en la renovación
litúrgica contemporánea.