10 Errores del catequista: Formación  que hay que pulir:Estrategias pedagógicas y lúcidas.

10 Errores del catequista: Formación que hay que pulir:Estrategias pedagógicas y lúcidas.

“10 ERRORES DEL CATEQUISTA”

Al ser catequistas muchas veces tendremos varios errores que serán producto de nuestra inexperiencia, poca preparación, nuestro carácter, o el desconocer técnicas pedagógicas. Por lo tanto aquí esta un resumen de los 10 errores mas comunes en los que podemos caer, así los podremos conocer y evitarlos en un futuro.

1. EL POLITICO

Habla en voz muy alta; sabe todo y se puede extender en cualquier tema. No utiliza un esquema pues cree que “no le son necesarios”, tiene como lema “Los niños saben muy poco, así pues con cualquier ROLLO que les diga salgo adelante”.
Se siente con poder; ejerce la oratoria a placer, se cree en el centro de una presentación, con facilidad se ausenta de clases. Se le respeta pero muy difícilmente se le toma como modelo. Frecuentemente se compromete pero rara vez cumple.

2. EL INDOLENTE

Le gusta enseñar desde su escritorio, o desde el lugar donde menos esfuerzo haga, es muy monótono, repite ideas frecuentemente, pero con poco convencimiento, se sabe muchas cosas de memoria, por lo que no juzga conveniente traer algún esquema o apuntes.
Algunas veces se la pasa leyendo el texto, es un trasmisor de esquemas o ideas muertas, pero no es un educador, continuamente se le escucha esta expresión “el que quiera aprender que aprenda” y con este principio escuda su indolencia.

3. EL BURGUES

Es el educador en la fe que siempre le gusta llegar muy bien vestido, exagera en sus modales de cortesía, continuamente se pone como ejemplo, le gusta contar mas de sus experiencias y de su importante vida que de catequizar. Falta con frecuencia a la catequesis. Usa muchas excusas para no asistir, como “me están esperando” “no me dejan” es que… etc. Evita el contacto con los niños, al poco tiempo se aburre de esta actividad y termina por abandonarla.

4. EL INTELECTUAL

Quieren enseñar la fe a base de razonamientos que el niño no comprende, continuamente se rasca la barbilla, se pone un índice en la sien, al no saber contestar a las preguntas que le hacen los alumnos, simplemente contesta “déjenme pensarlo”. Cree que los niños tienen el mismo nivel intelectual que él, por lo que usa un lenguaje poco común; exige respuestas a las que aun no están preparados los niños.

5. EL GENERAL

Antes de empezar a explicar o exponer, ya mandó a la mitad del grupo a surgir un castigo, le gusta amenazar, sentir que él es el que las puede. No le interesa tanto si en la clase se viven los valores que se pregonan, lo importante es: el silencio, la disciplina.
En los centros de catequesis se ve como los niños desertan con mucha facilidad, pues a base de regañadas no puede entrar un mensaje de amor.

6. EL PERSIGNADO

Con verdadero sentido de mártir llega a impartir la catequesis, llega con la cabeza baja, con los brazos cruzados, quiere que los niños salgan con “alitas”. Se lamenta de la época actual, de que los niños de ahora no son como los de antes.
Tanto es su celo por la catequesis que quieren explicar la historia de la salvación en solo una clase, se refugia mucho en las oraciones ya hechas, incurre a los cuentos, parábolas o a las vidas de santos.

7. EL BANQUERO

Tiene como idea base que el niño no sabe nada, que es él quien lo sabe todo, y en las clases de catequesis va a hacer su “deposito” de conocimientos, quiere que la inversión sea redituable, es decir, que empiece a dar sus frutos a corto plazo. Es fiel guardián del orden pero descuida la relación, son raras las conversaciones o contactos informales que tiene con los niños, se dedica a “Transmitir” lo que marca el programa y punto.

8. EL NERVIOSO

Al explicar un tema se frota continuamente las manos, fija su vista en el horizonte, traja saliva a cada instante, ya que siente que se le seca la boca, se altera ante cualquier muestra de indisciplina, tomándola como agresión a su persona, continuamente es causa de conflictos ya que sus reacciones son desconocidas para el grupo. Habla muy rápido y se desespera de la aparente lentitud de los niños para aprender un nuevo tema o para realizar un trabajo. Continuamente mira al reloj; el grupo lo nota muy tenso y al mismo tiempo se forma un ambiente agresivo en el grupo, la salvación es cuando llega el momento en que termina la clase.

9. EL CIRQUERO

Le gusta hacerse notar, se mueve tanto que marea a los alumnos, le gusta bromear, hacer reír, hace actos inesperados y sin conexión con el tema que se esta explicando; los niños se sienten contentos con el por lo que hace, pero no por lo que dice.
Hay ocasiones en que sus actos son mal interpretados por los niños, pues no tienen razón de ser, esto trae como consecuencia que los niños tomen la clase, como juego sin ninguna aplicación o conexión con su vida.

10. EL DESPISTADO

Confunde el nombre de los niños, alarga sobremanera los temas inventando o añadiendo otros que no vienen al caso, frecuentemente le falta tiempo, y los últimos minutos sirven para dar un “condensado” de lo que se debería haber visto; se olvida de las tareas o actividades que dejo encargadas en la clase anterior; llega corriendo o muy tarde a la catequesis. A ultima hora esta buscando el material para impartir la catequesis, continuamente se le oye decir “en que me quede”, “¿de que les estaba platicando?”, “¿a poco ya es hora?”.

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