Oración para antes y después de la Confesión.

Oración para antes y después de la Confesión.

Oración para antes y después de la Confesión.
Es de gran beneficio preparar el alma para una buena confesión y algunas oraciones antes y después de la confesión darán un fruto vivo en el hombre y mujer.



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Oración Preparatoria para la Confesión

Dios mío, soberano Juez de los hombres, que por una misericordia infinita no quieres la muerte del pecador, sino que con su penitencia evite tus terribles juicios, yo me presento humildemente ante Ti para darte cuentas del estado de mi alma, y acusarme a tus pies de las faltas tan numerosas que he cometido desde mi última confesión.
Dame Señor te suplico, las luces que necesito para conocerlas, el valor necesario para detestarlas.
¡ Oh María ! concebida sin pecado, ruega por nosotros que acudimos a Tí.
San José, santo Custodio mío, mis santos patronos, santos Protectores asístanme.

Aquí se examina la conciencia sobre las faltas cometidas por pensamiento, palabra, acciones y omisiones; detenerse particularmente en los pecados que cometemos con más frecuencia.

Acto de Contrición
cuya eficacia puede verse en las revelaciones de Santa Matilde. L.IV, c, XXII

Dulcísimo Jesús: tengo un sincero dolor de mis pecados; dígnate, sin embargo, suplir su insuficiencia, y ofrecer a Dios, tu Padre, todo el dolor de mis pecados y los que todo el mundo te han causado. Amén.

Oración a Dios Padre

¡ Oh Padre clementísimo! , dígnate echar sobre mí, pobre y miserable, la misma mirada de compasión que echaste sobre tu Hijo, cuando sobre el monte de los Olivos, estaba postrado con el rostro sobre la tierra y el corazón quebrantado por los pecados del mundo.
De lo íntimo de mi corazón te pido perdón de mis iniquidades; escúchame, Dios mío.
Para suplir a la contrición que debiera tener y que me falta, te ofrezco el vehemente dolor que sintió Jesús en su Corazón dulcísimo durante su vida mortal, por los pecados de todo el mundo; el que sintió, sobretodo, cuando en el monte de los Olivos sudó sangre y agua en fuerza del dolor; y te suplico te dignes lavar mi pobre alma de todas sus iniquidades en el baño de esta sacratísima Sangre, y la revistas de tan grande pureza, que se vuelva blanca como la nieve.

Después de la Confesión

Damos gracias a Dios por habernos devuelto, con su gracia, la inocencia bautismal. Debemos cumplir lo más pronto posible la penitencia impuesta por el confesor.

Padre Santo uniendo mi penitencia a todas las que se han hecho hasta el día de hoy por la gloria de tu Nombre, y a todas las obras satisfactorias de tu amado Hijo, a sus ayunos, a sus vigilias y oraciones. Te ofrezco esta confesión y esta satisfacción; suplicándote por los méritos de la pasión de Jesús y por la intercesión de la Santísima Virgen y los santos, la aceptes y me la hagas provechosa. En cuanto a lo que he podido faltar, sin culpa grave de mi parte, a la sinceridad de mi preparación, a la perfección de mi contrición, a la fidelidad y caridad en las declaraciones de esta confesión, como en las anteriores, confío todo al Dulcísimo Corazón de Jesús, tu Hijo a fin de que todas las faltas y negligencias de que me haya hecho culpable en la recepción de este Sacramento, sean entera y perfectamente reparadas por este divino Corazón para tu eterna gloria.
Dígnate, pues, Dios mío, confirmar en el cielo la absolución que se me acaba de dar en la tierra. Así sea.

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