Estímulos para Comulgar

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El más excelente de los sacramentos es el de la Eucaristía, los otros sacramentos encierran los dones de Dios; éste sacramento al mismo Dios.

 

 

Del sacramento de la Eucaristía nace toda la perfección de nuestras almas. Esta perfección consiste en la unión con Dios, y para llegar a ella no hay otro medio que la Sagrada Comunión, por la cual el alma se hace una con Jesucristo: “El que come mi carne vive en mí y yo en él”

San Juan Crisóstomo: Jesucristo nos dio su Cuerpo bajo las especies del pan para que nos hiciésemos con él una misma cosa.

San Cirilo de Alejandría: cualquiera que comulga se une a Jesucristo, a manera de dos pedazos de será que se unen entre sí al derretirse juntos, de suerte que ambos vienen a formar uno solo.

Nuestro divino Salvador instituyó este sacramento en forma de manjar para enseñarnos que este pan celestial se hace una misma cosa con nosotros, como el manjar corporal se convierte en nuestra sangre; más con la diferencia de que los alimentos terrenos toman nuestra naturaleza, mientras que recibiendo el alimento divino nosotros nos transformamos en la naturaleza de Jesucristo.

El efecto principal, de este sacramento es conservar en nosotros la vida de gracia. De aquí el llamarse Pan de vida, porque así como el pan material sostiene la vida del cuerpo, este pan espiritual sostiene la del alma, que es la gracia de Dios.

San Vicente Ferrer asegura que más mejorada queda un alma después de una Comunión que tras largas semana de ayuno a pan y agua.

El concilio de Trento enseña que la Comunión es general medicina que nos libra de os pecados veniales y nos preserva de los mortales, porque según santo Tomás este sacramento mueve al hombre a hacer actos de amor que borran estas manchas leves de los pecados veniales, porque nos aumenta la gracia que nos libra de caer en culpa grave.

Según testimonio de san Inocencio III, si Jesucristo padeciendo nos rescató de la esclavitud del pecado, con la Eucaristía nos libra de la voluntad de pecar.

Y lo que es más, este sacramento, cual manantial de agua viva, apaga el fuego de las pasiones que nos consumen. Quien sienta en si este fuego, vaya a comulgar, y pronto vera su pasión si no muerta a lo menos amortiguada.

El efecto principal de este Sacramento es inflamar los corazones en santos ardores de caridad.

Vio cierto día santa Catalina de Sena la Hostia consagrada en manos del sacerdote como un globo de fuego y quedó maravillada la Santa al ver como aquellas llamas no consumían los corazones de los hombres. Santa Rosa de Lima después de comulgar, tales rayos de luz despedía de su rostro, que deslumbraban la vista, y quien le acercaba la mano sentía como si se la quemasen. San Wenceslao con sólo visitar en la Iglesia al Santísimo Sacramento, se inflamaba tanto en santo ardor que el paje que le acompañaba, al caminar sobre la nieve no sentía el rigor del frío, poniendo los pies en las pisadas del santo Rey. Y es que según san Crisóstomo, la Eucaristía es una hoguera que de tal suerte inflama a los que a ella se acercan, que recibiéndola con devoción nos levantamos de aquella mesa fuertes y terribles contra los demonios, como leones que echan fuego por la boca.

Y san Gregorio Niseno, comentando aquellas palabras de la esposa de los Cantares: Metiome en la bodega del vino y ordenó en mi la caridad; la santa Comunión es la bodega donde el alma queda de tal manera embriagada de amor que le hace como enloquecer y cerrar los ojos a todas las bajezas del mundo: pues esto significa aquel languidecer de amor de que a continuación nos habla la Esposa, cuando dice: fortalecedme con flores, fortalecedme con manzanas, porque desfallezco de amor.

Santa maría Magdalena de Pazzis llamaba al día de la Comunión el día de amor, decía que un alma después de haber comulgado, puede repetir las palabras que nuestro divino Salvador pronunció al morir en la Cruz: Todo está consumado, es decir, habiéndose dado Dios a sí mismo, nada más puede darme ni yo puedo desear nada más.

El Amante del Santísimo Sacramento de Amor.
P. Santiago Andrés C.

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