TRANSUBSTANCIACIÓN: Definición, contexto y analisis: Por R. Gerardi

TRANSUBSTANCIACIÓN: Definición, contexto y analisis: Por R. Gerardi

TRANSUBSTANCIACIÓN

El concilio de Trento llama transubstanciación (del latín transubstantiatio, cambio de substancia) al cambio o «conversión» de la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo, y de la substancia del vino en la substancia de la sangre de Cristo (DS 1642). Se trata de una «conversión» singular (es decir, única) y admirable (o sea, misteriosa); por eso se la califica como «el misterio de la fe» por excelencia.

Jesucristo realiza de muchas maneras su promesa de estar con nosotros «siempre, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Efectivamente, está presente:

en su cuerpo, el pueblo de Dios, y donde hay dos o tres reunidos en su nombre (~t 28,20); en los diversos sacramentos; en la lectura de la sagrada Escritura y en el anuncio del Evangelio en los pobres y en los que sufren (Mt 25,40) en el ministro de la celebración litúrgica. La presencia eucarística está ligada a todas estas presencias, a pesar de que es totalmente especial, ya que Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, está plena y enteramente presente con su cuerpo y con su sangre bajo el signo del pan y del vino. También en las otras formas «eclesiales» de presencia, Cristo actúa realmente: está presente él, vivo y glorioso (y por eso precisamente puede realizar esta multipresencia misteriosa de sí mismo). Pero el modo de presencia eucarística es verdaderamente sublime, mucho más grande y misterioso que los demás. En efecto, aquí Cristo entero está presente con su divinidad y su humanidad, y por tanto también con su cuerpo y con su sangre: es una presencia real y substancial.

Según la narración de los sinópticos y de Pablo, Jesús tomó el pan y el vino y, dándoselo a los suyos, les dijo: «Esto es mi cuerpo… esto es mi sangre». Para que estas expresiones sean verdaderas, hay que admitir que el pan ya no es simplemente pan y que el vino no es va simplemente vino. Las palabras han realizado un cambio. Dice san Agustín: «Lo que veis, queridos hermanos, en la mesa del Señor es pan y vino, pero este pan y este vino, al añadírseles la palabra, se convierten en cuerpo y sangre de Cristo. Si quitas la palabra, es pan y vino añades la palabra, y ya son otra cosa. Y esta otra cosa es el cuerpo y la sangre de Cristo.

Quita la palabra, y es pan y vino; añade la palabra, y se hace sacramento. A todo esto decís: ¡Amén! Decir amén es suscribirlo. Amén significa II es verdadero” » (Sermo 6,3). Cambia entonces la «substancia», es decir, la realidad concreta y natural del pan y del vino, tal como la intuyen inmediatamente la experiencia humana común y necesaria, válida para todos los hombres y en todos los tiempos. Puesto que el pan se nos manifiesta como una realidad distinta de las demás y dotada de propiedades características, debe haber una razón objetiva para esto, es decir, tiene que haber algo que constituya la «naturaleza», el ser propio del pan, que lo distinga de todo lo que no es pan. Lo mismo hay que decir del vino. Desde el punto de vista físico y químico, el pan y el vino, después de la consagración, con lo mismo que antes; permanecen las «especies” de pan y de vino, que son el signo sacramental. El cambio se refiere al plano ontológico, no experimental, y tan sólo la fe puede decir que ha tenido lugar.

En efecto, la presencia de Cristo es una presencia «espiritual”, o sea, que ha sido hecha posible en toda su realidad por el Espíritu Santo mediante el gesto de la Iglesia, reunida en el acto de «re-presentar» al Padre la ofrenda del Hijo mediante el ministerio sacerdotal.

La presencia de las «especies» no debe engañarnos, como si Jesús estuviera escondido en ellas como con una especie de velo, es decir, contenido en ellas como en una vasija. Cristo no está «en» el pan, ni «con» el pan, como pensaron algunos teólogos. La substancia del pan y del vino no están ya después de la consagración, porque ha habido una transubstanciación. A diferencia de los demás sacramentos, que existen solamente en el acto transitorio de su administración al sujeto que los recibe, la eucaristía está constituida por la consagración solamente, aun antes de ser recibida. Los otros sacramentos dan la gracia, mientras que la eucaristía contiene al Señor mismo, autor de la gracia.

La eucaristía sigue existiendo mientras subsisten las especies, cuya descomposición lleva consigo el cese de la presencia real de Cristo. No se necesita una cantidad considerable de pan y de vino para recibir realmente a Cristo además, «el que come de él, no lo parte, ni lo separa, ni lo divide; lo recibe intacto. Sea uno, o sean mil, todos lo reciben igualmente nunca se consume (…). Cristo está tanto en una parte como en el todo. Sólo se divide el signo, sin tocar la substancial no se disminuye nada de su persona» (Secuencia de la solemnidad del día del Corpus).

Cristo está presente todo él bajo cada una de las especies: ahora está glorioso, su cuerpo y su sangre no pueden va separarse realmente, Entonces, la consagración del pan, por obra de las palabras, es signo eficaz solamente del cuerpo del Señor pero al ser ahora el cuerpo inseparable de su sangre, con el cuerpo está también presente la sangre «por concomitancia»’ lo mismo ocurre con la especie del vino, donde está presente la sangre en virtud de las palabras, y el cuerpo por concomitancia. Y en las dos especies está presente Cristo con su alma, inseparable del cuerpo, y con su divinidad, unida para siempre a la humanidad.

Por eso se le rinde a la eucaristía el culto de adoración, estando presente el Señor desde la consagración hasta que dejan de perdurar las especies, incluso después de acabada la misa, cuando se reserva la eucaristía sobre todo para la comunión a los enfermos y para el viático.

R. Gerardi

Bibl.: E. Gutwenger. Transubstanciación. en SM, VI, 707-713; J, Ratzinger – W Beinert, TrnllSubstnncinciÓl1 y eucaristía, San Pablo, Madrid 1970; E. Schiillebeeckx, La presellcia de Cristo en la eucaristía, Madrid 1971: M Gesteira, La eucaristía,

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7 Comentarios

  1. juan

    Al instituir esta cena, Jesús no realizó un milagro convirtiendo literalmente los emblemas en su carne y sangre. Comer carne y beber sangre de seres humanos sería canibalismo, lo que constituiría una violación de la ley divina (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10)

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  2. carlos

    bueno pense que habria un comentario de mas peso pero me hallo con lo mismo de siempre textos fuera de contexto y no hay mas. no cabe duda la TRANSUBSTANCIACIÓN es solo una cuestion de fe unicamente para catolico romanos asi lo explican ellos, nunca llegaremos a nada en tratar de entender es triste pero ni sikiera se puede debatir cuando alguien no tiene la biblia como ley unica lo digo con pesar Dios tenga misericordia de nosotros

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  3. jaime

    el comentario de juan en el que cita (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10) es correcto y en realidad no es dificil de entender esto. para mas solides o mas argumentos a lo que dijo juan razonemos lo siguiente a partir “siempre de las escrituras”:
    ¿Qué quiso decir Jesús al decir: “Este es mi cuerpo”, “esta es mi sangre”?
    Mat. 26:26-29: “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y, pronunciada la bendición, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: ‘Tomad, comed, este es mi cuerpo.’ Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo: ‘Bebed de él todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.’”
    Con relación a las expresiones “este es mi cuerpo” y “esta es mi sangre”, es digno de mención lo siguiente: dice: “Esto significa mi cuerpo”, “esto significa mi sangre” (bastardillas muestras). presenta una lectura semejante. traduce las expresiones así: “Esto representa mi cuerpo”, “esto representa mi sangre” (bastardillas muestras). Estas maneras de traducir la expresión están de acuerdo con lo que se declara en el contexto, en el versículo 29, de varias ediciones católicas. (1972) dice: “No beberé más de este fruto de la vid hasta el día en que lo beba con vosotros de nuevo en el reino de mi Padre” (bastardillas nuestras). también dicen que Jesús se refirió a lo que estaba en la copa como “este fruto de la vid”, y eso fue después que Jesús había dicho: “Esta es mi sangre”.
    Considere las expresiones “este es mi cuerpo” y “esta es mi sangre” a la luz del lenguaje descriptivo que se usa en otras porciones de las Escrituras. Jesús dijo también: “Yo soy la luz del mundo”, “yo soy la puerta de las ovejas”, “yo soy la vid verdadera” (Juan 8:12; 10:7; 15:1). Ninguna de estas expresiones daba a entender una transformación milagrosa, ¿verdad?
    En 1 Corintios 11:25, el apóstol Pablo escribió acerca de la Última Cena y expresó las mismas ideas en palabras algo diferentes. Al citar las palabras de Jesús, en lugar de decir con relación a la copa: “Bebed de él todos, porque esta es mi sangre de la Alianza”, él lo expresó de esta manera: “Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre”. Ciertamente eso no significó que de alguna manera el cáliz o la copa se transformó milagrosamente en una nueva alianza o nuevo pacto. ¿No es más razonable concluir que lo que había en la copa representaba la sangre de Jesús por medio de la cual se validaba el nuevo pacto?

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  4. silviano

    En el evangelio de Juan capitulo 6 se encuentra el discurso sobre el pan bajado del cielo, donde Jesús de diferentes maneras trata de dar a entender este misterio, no por ser algo mágico, sino por ser difícil d e entender para inteligencia humana, que muchas veces queremos una explicación para ‘saber’, cuando la meta vería ser; ‘sentir’. la catequesis expuesto por el mismo Jesús termino, en escandalo de los oyentes y una mayúscula desbandada de seguidores, y se cierra el tema con una pregunta de Jesús a los pocos que no escandalizaron; “Ustedes también quieren marcharse”. La respuesta a la pregunta la emitió el apóstol Pedro: “Señor ¿A quien iremos? tu tienes palabras de vida eterna”. esta respuesta expresa algo profundo del corazón de Pedro, una profesión de Fe, asistido por el Espíritu Santo: “Señor yo tampoco entendí nada de lo que dijiste pero nosotros sabemos que tu eres el Santo de Dios” Y cierra el circulo del que cree en Dios; – El que cree en mi escucha mi palabra y la pone en práctica- Orden dada por Dios padre en el monte Tabor en la escena de la transfiguración, estando presentes la ley y los profetas (Moisés y Elías) Dios padre aclaro: “Este es mi hijo amado, a Él escúchenlo.

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    1. Juan Revilla

      Saludos, hay una realidad que no se quiere tocar: “la literalidad”, ¿lo dijo o no lo dijo Jesús?, ¿es simbólico?, ¿para qué manejar un lenguaje así: el que no come mi carne y no bebe mi sangre no tienen vida eterna, no es metáfora, no es solo un gesto, Jesús habla en serio y la comunidad cristiana de igual forma.

      A raíz de la reforma, se ha manejado que solo es un símbolo, que es un signo, se desacredita la eucaristía, pero más sí se dice que de forma mágica se hace ese misterio. Los judíos eran justos al decir que era insoportable ese lenguaje, pues no eran caníbales ni mucho menos romper un precepto mosaico de no beber la sangre.

      Al entender los sacramentos, solo manejando el bautismo por algunos lo demás sale sobrando y dista mucho de ver el poder de Dios, San Pablo es duro al decir que para ese momento culmen es mejor estar en gracia (amistad con Dios), el pecado aleja de Dios) porque esa misma carne y sangre puede ser su condenación.

      Jesús eucaristía es todo un misterio, no es mágico ni algo mítico. Aún el análisis histórico se queda corto en su profundidad y todavía más al no poder comprender el momento pascual donde deja instituida la eucaristía y desde hace casi 2000 años se lleva a cabo. Por tanto, ante una explicación satisfactoria el papel “fe” en el cristianismo es determinante para creer o no.
      Un abrazo.

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  5. Rosa Grijalva

    Los Católicos Romanos interpretan este pasaje literalmente, y aplican este mensaje a la Cena del Señor, al cual ellos llaman la “Eucaristía” o “Misa”. Aquellos que rechazan la idea de la transustanciación interpretan la idea de las palabras de Jesús en Juan 6:53-57 figurativa o simbólicamente. ¿Cómo podemos saber cuál es la interpretación correcta? Pero, a Dios gracias, Jesús hizo excesivamente obvio lo que Él quiso decir. En Juan 6:63 declara, “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Jesús establece específicamente que Sus palabras son “espíritu”. Jesús estaba usando conceptos físicos, como el comer y el beber, para enseñar una verdad espiritual. De la misma manera que el consumir físicamente comida y bebida mantiene nuestros cuerpos físicos, de igual manera nuestras vidas espirituales son salvadas y construidas al recibir a Jesucristo por gracia a través de la fe. El comer la carne de Jesús y beber Su sangre son los símbolos de haberle recibido total y completamente en nuestras vidas.

    Las Escrituras declaran que la Cena del Señor es un memorial del cuerpo y la sangre de Cristo (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24-25), y no la consunción misma de Su sangre y cuerpo físico. Cuando Jesús estaba hablando en Juan capítulo 6, aún no había tenido lugar la Última Cena con Sus discípulos, en la que Él instituyó la Cena del Señor. Es injustificado leer La Cena del Señor / Comunión Cristiana en el capítulo 6 de Juan. Para una información más completa sobre estos puntos, favor de leer nuestro artículo titulado: La Sagrada Eucaristía.

    La razón principal por la que la transustanciación debe ser rechazada es porque es vista por la Iglesia Católica Romana como un “re-sacrificio” de Jesucristo por nuestros pecados, o como una “re-ofrenda / re-presentación” de Su sacrificio. Esto está directamente en contradicción a lo que dice la Escritura; que Jesús murió “una sola vez” y no necesita ser sacrificado nuevamente (Hebreos 10:10; 1 Pedro 3:18). Hebreos 7:27 declara, “que no tiene necesidad cada día como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo (Jesús) UNA VEZ para siempre, ofreciéndose a Sí mismo.”

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  6. Rosa Grijalva

    Inclusive creen que al convertirse la eucaristia en cuerpo y sangre es un milagro, si fuera milagro se convertiria en real carne y real sangre, pero ellos no sienten ese sabor, sino que comen el pan y el vino que les sirven. El lo dijo bien claro que lo hagan en conmemoracion mia , eso significamemoria o recuerdo, rememoracion recorfacion.

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