Creo en Dios…

Creo en Dios…

Creo en Dios…                

 

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la  tierra.

El Credo se llama símbolo apostólico, porque lo hicieron los apóstoles, para dar a los cristianos una norma de fe. Todo cristiano debe procurar saber y rezar el Credo.

Creer significa: estoy cierto  que todo lo que contiene el Credo es verdad infalible revelada por Dios.

 

Dios es el Ser Supremo, infinitamente perfecto, Criador y Señor del cielo y de la tierra.

 

Dios es absolutamente independiente; todos los demás seres,  dependemos de Dios.

El inmenso y majestuoso  cielo,  como toda la creación, nos hablan del gran poder de Dios, lo mismo el ser humano  con toda su complejidad y maravilloso cuerpo nos hablan de un ser superior capaz de crear todo cuanto existe. Pues nuestros Padres son solo coparticipes de un Dios  creador de todo cuanto existe. El mundo entero con su orden admirable revela la existencia de un Dios. Todo ser humano escucha en su interior o en su conciencia una voz que dice: No puedes matar, robar, haz el bien evita el mal. Solo el Ser supremo puede hablar en esta  forma. Niegan la existencia de Dios los que No quisieran que existiera para poder pecar sin remordimientos de conciencia.

¡Cuán grandes son tus obras, oh Señor, y cuán profundos son tus pensamientos!  El corazón torpe de esto nada sabe y el insensato nada de esto entiende.  Salmo 92, 6-7

Solo existe un Ser Supremo

Dios tiene todas las perfecciones en grado infinito, es decir, sin límites. Dios es infinitamente grande, comparado el mundo es como una gota de agua ante la inmensidad del mar. Y si comparásemos al hombre con Dios ¿Qué es el hombre? Dios es Espíritu purísimo no tiene cuerpo, ni ojos corporales, pero,  ve, escucha y sabe todo lo que hacemos. Dios es eterno siempre ha existido, existe y existirá. Dios es infinitamente bueno, pues de Él  lo recibimos todo. Dios es omnipotente: todo lo puede. Siendo Dios infinitamente bueno, sabio y poderoso, amémosle de todo corazón, aceptemos humildemente su Voluntad y pongamos en Él toda nuestra confianza. Pues nuestro presente y porvenir están en sus manos. Es infinitamente santo: ama la virtud y aborrece la maldad. Dios es infinitamente justo: premia o castiga según nuestras obras. Dios es infinitamente misericordioso: llama al pecador y perdona al que se arrepiente de corazón. Es infinitamente fiel: cumple todas sus promesas. Dios es inmenso: está en todas partes y no está limitado por espacio o lugar alguno. Dios está en Si mismo y todas las cosas están en Dios. Dios está en todo lugar: por su esencia, con todo su Ser, por presencia, viéndolo todo, y  hasta nuestros pensamientos más ocultos; y por potencia, causando gozo infinito a los bienaventurados, en el alma del justo, Dios está por la gracia y la caridad; y en el templo, que es casa de oración. Dios es el principio de todas las cosas, porque Él las ha creado todas. Dios es el fin de todas las cosas, porque todas las ha hecho para su mayor gloria. Todas las cosas dan gloria a Dios, aún los malos; pues con ellos especialmente se manifiestan la paciencia, misericordia y la justicia de Dios.

Solo Dios es dueño y  Señor de todas las cosas.

Dios es nuestro más grande bien.

Trinidad de Dios:

En Dios hay tres Personas distintas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.  El Padre es Dios, El Hijo es Dios y El Espíritu Santo es Dios. Las tres Personas divinas son el verdadero Dios. Son un solo Dios porque las tres personas divinas son un mismo Dios, esto es, tienen una misma y única esencia o naturaleza divina.  Tres Personas realmente distintas, quiere decir que una persona no es la otra. Como las tres Personas Divinas son realmente distintas, y un solo Dios, es un misterio. Este misterio se llama de la Santísima Trinidad.

El Padre es la primera Persona, porque no procede de otra Persona y de Él  proceden el hijo y el Espíritu Santo.

El hijo es la segunda Persona, porque de Él  y del Padre procede el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es la tercera Persona, porque procede del Padre y del hijo.

El Padre y el Hijo se aman: ese amor vivo consustancial es la Persona del Espíritu Santo. Las tres personas son eternas; las tres han existido siempre y ninguna existió primero que la otra. Las tres Personas son del todo igualmente buenas, sabias…

Al Padre se le atribuye la omnipotencia, porque es el principio de las otras dos Personas.

Al Hijo se le atribuye la sabiduría, porque es el pensamiento, la idea, el Verbo del Padre.

Al Espíritu Santo se le atribuye la bondad, porque es el amor del Padre y del Hijo.

Crear es sacar las cosas de la nada.

Dios movido por su bondad creo en seis días el cielo, la tierra y todo cuanto en ellos contienen.
Dios por su sola voluntad todopoderosa creó el mundo.

 Cuantas personas en el mundo viven sin Dios,  sin  conocimiento de la verdadera felicidad, que inútil es la vida sin esperanza alguna de un mañana mejor… yo creo en Dios, en la grandeza de su amor y en la inmensidad de su ternura porque al despertar cada nuevo día se realiza un nuevo milagro en mi vida, una nueva oportunidad de  encontrarlo y  descubrir su presencia en mi y en todo lo que me rodea.

En cada parte de la creación esta su imagen grabada para que quien  crea en Él descubra el inmenso amor con que fueron creadas para deleite y gozo del ser humano.

 Yo creo en Dios porque al contemplar la majestuosidad de cielos  y tierra, ellos mismos anuncian su grandeza.

   Porque ningún hombre ha sido capaz de crear tales maravillas, ni siquiera aún el hombre más sabio. Solo Dios tiene ese poder y sabiduría capaz de crearlo  todo.  

Yo creo en Dios…

Padre Eterno ayúdanos a acrecentar nuestra fe, amarte cada día más y a confiar plenamente en Ti nuestro único Dios, danos tu gracia para renunciar a todo ídolo.

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