¡Hemos sido renovados por el Espíritu Santo!

¡Hemos sido renovados por el Espíritu Santo!

El mismo espíritu nos revelará la verdad, es la promesa de Jesús que hace a sus discípulos y a nosotros que creemos en su nombre. Sólo se puede sentir que somos renovados cuando somos capaces de dar ese testimonio: “en verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio Jn 3, 11, que contrariedad vivimos con la promesa cumplida del Padre y del Hijo anunciada, que privados estamos de los bienes que el Espíritu Santo nos da a los hombres, tan lejos y tan cerca la santidad y la justa vida por no aceptar las palabras de Jesús y del Padre al darnos el Espíritu Santo.

Si pudiéramos dar testimonio que este año el Espíritu Santo nos renovó, transformaríamos todo donde actuáramos, donde nos relacionáramos, otra cara sería la del católico, viviría feliz sin esa cara o careta que se pone de felicidad pero que en realidad vive un vacío existencial.

¿Para que predicar a cerca del Espíritu Santo si no hay frutos?, platicas sobre el Espíritu Santo que parecen que es como si se hablara en otro idioma, de algo que sólo es espiritual y que sólo se puede hablar de eso en misa, en la Iglesia, pero en la vida diaria del hombre y la mujer nunca.

Amigos concluimos que es necesario proclamar una y otra vez que el Espíritu Santo ahora es el maestro interior que le toca el papel de hacer vivir al católico como quiere el Padre y el Hijo; hoy más que nunca es necesario pedir la gracia de la fe para que el espíritu actué en nuestra vida, ser dócil es el pleito de siempre ¿Cómo puedo ser dócil al Espíritu Santo?, pues creyendo que él es el vivificador, que es quien prepara la vida y la hace crecer. El maestro interior que nos revela al Padre y al Hijo, El Espíritu Santo es el manantial que alimenta nuestro rio, para que lleve agua fresca a nuestra vida; siendo el maestro interior es el que nos va a enseñar a vivir la vida, porque ya ha sido enseñada por Cristo, el espíritu es el que nos va dar ese impulso para vivir dignamente como hijo de Dios.

El Espíritu Santo es el que nos muestra los signos de los tiempos que vivimos para poder actuar correctamente, el maestro que es un amigo a un lado de uno, quien me reanima cuando me ve cansado, fatigado, llorando, sufriendo y el sana y cura mis heridas, que en lugar de salir sangre de nuestras heridas, sale un aliento de vida que se escapa y me hace morir, cual aliento recoge el Espíritu Santo para dar esa vida con un nuevo aliento.

Siendo que Jesús es el maestro de la vida y el Padre que es providente de todo lo que el hombre y mujer necesitan para vivir, ¿seremos capaces de creer que nos han dado la vida eterna a través del Espíritu Santo?, ¿Por qué privarnos de disfrutar de la herencia de Cristo Jesús, que nos da por medio del Espíritu Santo?, cuanta hambre y sed tenemos como pueblo por no ser capaces de vivir en el espíritu y ser guiados por él, Rm 8,14 En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

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