Dones y carismas del Espíritu Santo. En memoria del Padre Alfonso Navarro.

Dones y carismas del Espíritu Santo. En memoria del Padre Alfonso Navarro.

Una breve reflexión a cerca de los dones y carismas del Espíritu Santo.
En memoria a nuestro Pastor y Director de los Misioneros de la Cruz, el padre Alfonso Navarro (MSS), que Dios lo tenga en su Gloria.

Genearo Valdivia.

Dones y carismas del Espíritu Sant.o

La Gracia de Dios, la acción de Dios en nosotros, siempre se obra a través del Espíritu Santo. Esta acción del Espíritu en cada creyente y en la Iglesia es multiforme, es decir, de muchas maneras: Vivificadora y santificadora (dando Vida Nueva y siendo el motor de la transformación en Cristo), Congregadora y de Comunión (siendo el alma de la integración comunitaria y eclesial); Carismática y como Poder de Dios (siendo la fuente de toda manifestación carismática para edificación de la comunidad y de la Iglesia y siendo Poder y Unción para el cumplimiento de la misión evangelizadora con pasión y entrega misionera).

Ahora, si distinguimos las diversas formas en que actúa el Espíritu y con diversos propósitos, necesario también distinguir la naturaleza y el propósito de los dones, los carismas y el fruto del Espíritu.

Dones del Espíritu

“Saldrá un vástago del tronco de Jesé, un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahvéh: espíritu de sabiduría y piedad, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Yahvéh. Y le dará entendimiento en el temor de Yahvéh.” Isaías 11,1-3

Partiendo del anterior texto del profeta Isaías, los padres de la Iglesia, entre ellos Orígenes y San Irineo; hablaron sobre los siete dones del Espíritu recibidos por Cristo, en su bautismo cuando el Espíritu Santo descendió sobre él (Mateo 3, 16-17), y que a su vez concede a cada creyente a través del bautismo. Los dones son disposiciones permanentes de docilidad a la acción del Espíritu, son para la santificación personal del cristiano, para el ejercicio de las virtudes teologales, como respuesta de Dios. Por lo tanto, los dones solo se manifiestan en una persona que se halle en estado de gracia y en la medida de su crecimiento espiritual.

Carismas del Espíritu

“Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero el mismo Dios que obra todo en todos. A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. A uno se le da por el Espíritu de la palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu, a otro, fe en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones en el único Espíritu; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, la interpretación de las lenguas. Pero toso esto lo produce un mismo y único Espíritu, distribuyendo a cada uno en particular según su voluntad”.
1 Corintios 12, 4-11

“Estos carismas, tanto los extraordinarios como los mas sencillos y comunes, por el hecho de que son muy conformes y útiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con agradecimiento y consuelo” Lumen Gentium 12
En la primera carta de Pedro 4,10 dice “que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido”.
Los carismas son toda manifestación del Poder del Espíritu Santo que actúa a través de un creyente lleno del Espíritu Santo, para la edificación de la comunidad. Es el “equipamiento de los santos” que se da desde su iniciación para edificar la comunidad y para cumplir la misión de la Iglesia. Por lo tanto, no son para provecho personal y no se dan en relación del crecimiento espiritual, incluso, se puede manifestar un carisma en una persona que no esté en estado de gracia. Entonces los carismas no son “juguete” emocional o situación para envanecerse como signo de santidad o predilección del Señor.

Es necesario discernir…
“Queridos míos: no crean a todos los que se dicen inspirados. Examinen los espíritus para saber si proceden de Dios. Porque muchos falsos profetas andan por el mundo” 1 de Juan 4,1
Hay que discernir recordando que :
– No todo lo que sucede en la comunidad cristiana viene de Dios.
– En cada persona hay cosas buenas y malas.
– Hay que evitar apagar el Espíritu, pero también es necesario probarlo y examinarlo.
– Todo acto puede venir del Espíritu de Dios, del Enemigo o del espíritu humano (carne y mundo).

Criterios de discernimiento para saber si algo viene de Dios:
– Adecuación a la doctrina católica.
– Que lleve a una mayor fidelidad a Dios y a su servicio.
– Que produzca paz.
– Que edifique en el amor.
– Humildad y docilidad del mensajero con respecto a la comunidad y la Jerarquía.
– Que las manifestaciones sean en serenidad y en equilibrio.
El fruto del Espíritu

“En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí.” Gálatas 5, 22-23

Santo Tomás de Aquino, en la Suma teológica dice que “el Fruto del Espíritu son realidades maduras y deleitables que se manifiestan en nosotros gracias a la virtud del Espíritu Santo, que se practican sin violencia, con unción y facilidad”. El fruto del Espíritu son actos virtuosos que se producen en el cristiano, como cosecha, como signo de que está siendo dócil a la acción del Espíritu. Solo Dios es santo y la santidad se pega por contagio, debe presentarse un fruto cuando alguien está cercano a Dios. Si a un árbol se le cuida, se le riega y se le abona es esperable obtener buenos frutos, una persona que mantiene un contacto cotidiano con el Espíritu, que es Amor, por medio de la oración, la lectura bíblica y los sacramentos, lo esperable es que espontáneamente y sin violencia presente un fruto de amor concreto hacia los demás.

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