Nuestra fe:El CIRIO PASCUAL (su significado): Por Conali I parte

Nuestra fe:El CIRIO PASCUAL (su significado): Por Conali I parte

CIRIO PASCUAL (su significado)

CIRIO PASCUAL

El Cirio pascual, icono de Cristo resucitado, nace en la noche de la

Resurrección. Tiene 5 momentos para su utilización en la Liturgia:

Con él, se pregona la alegría pascual de Cristo resucitado (“Exultet!”).

Permanece cerca del ambón durante la cincuentena pascual y luego se

guarda cerca del Bautisterio

En la celebración del bautismo

En la celebración de la confirmación

En la celebración de las exequias.

1. BENDICIÓN DEL CIRIO PASCUAL

Y PREGÓN DE LA ALEGRÍA PASCUAL

“O Noche que nos devuelve la Luz:

Cristo resucitado triunfa de la muerte”

Si hay, en el año, una celebración en que una de las utilizaciones simbólicas de

la luz deben cuidarse lo mas atentamente, es ciertamente la Vigilia pascual.

No necesita muchas explicaciones en esta Vigilia el simbolismo de la luz. Es

evidente su intención, que no se queda sólo en una “información”, sino que

contagia y engloba a los creyentes, comunicándoles con su fuerza expresiva el

entusiasmo del misterio celebrado: “la noche iluminada… ahuyenta los

pecados, lava las culpas, devuelve la alegría a los tristes…”

Si se hace bien, es magnifica la eficacia de toda la secuencia de signos: la

oscuridad de la noche (y no las ultimas horas de la tarde), el fuego, el Cirio

hermoso y nuevo, la procesión, la progresiva comunicación de la luz a cada

participante, la iluminación de la iglesia, el pregón cantado… (si el sacerdote no

sabe cantar, que lo cante un miembro del coro).

Es interesante que en la alabanza del Pregón, también se incluya la cera,

materia prima del Cirio. Todo él se convierte así en el simbolismo de Cristo, en

su humanidad y divinidad, que nos comunica con su Resurrección la luz y el

calor de su Nueva Vida.

El Cirio tiene grabadas un “alfa” y una Omega, la primera y la última letra del

alfabeto griego, expresando que Cristo es el principio y el fin de todo, para

indicar que la Pascua es siempre nueva, siempre eficaz: es en este año cuando

Cristo nos quiere hacer participar de toda la fuerza salvadora de su Misterio

Pascual. Y también hay un último detalle: la cruz grabada en el Cirio. El

misterio pascual supone un doble momento: el paso a través de la muerte

hacia la vida.

Los términos empleados en el Exultet expresan de manera fuerte lo que es

este simbolismo: “En esta noche de gracia, acepta; Padre santo, el sacrificio

vespertino que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este Cirio”.

Lo que se dice del Cirio Pascual exige, pues, cuidar su presentación (incluido

el candelabro que lo soporta).

Y lo mismo debe decirse de las velas que llevan los participantes, velas que

son como copias derivadas del Cirio Pascual y representan la participación de

cada uno, en la unidad de la comunidad, en este “sacrificio vespertino”.

Este movimiento pascual de transmisión de la llama del Cirio a los otros cirios

es un poco normativo para todas las celebraciones de la luz. Todas tienen allí

su origen y su sentido, así cómo (y porque) es en la resurrección de Cristo que

toda fe cristiana tiene su origen.

CIRIO PASCUAL Y FUEGO NUEVO

Este rito del fuego nuevo ¿debe ser privilegiado?

A esta pregunta la reforma litúrgica responde por la negativa: este rito es

facultativo en la celebración.

Algunos le da mucho relieve: el fuego en la noche es hermoso, impresionante,

alegre… Es posible realizarlo allí donde hay espacio delante de la iglesia y

donde hay espacio para todos los fieles que participan en él, y entren en

procesión (sin precipitarse para tener un asiento!) detrás del Cirio, un poco

como si fuera un ensayo de nuestra entrada en el Reino un día en pos de

Cristo…

Pero en la gran ciudad cuando el templo da directamente a la calle, es

imposible.

Además, hay como una ruptura de ritmo: pasar de la luz brillante de una

fogata a un templo a oscuras con la luz tímida del cirio y cada uno con su vela

parece incoherente. Lo coherente requiere que la luz vaya creciendo hasta

que se prendan todas las luces del templo al iniciar el Exultet.

Otros en cambio prefieren hacer del “fuego nuevo” una grande fogata festival

al final de la celebración (sobre todo acompañando la procesión de salida con

el Aleluya de Haendel)…. y alrededor de la fogata, los participante se abrazan,

los jóvenes animan la fiesta… (un imagen de la Virgen puede dar la ocasión

de un saludo a la Virgen de la mañana de Pascua…)

Acerca de estas maneras de proceder, conviene no olvidar la ambivalencia del

fuego que ilumina y recalienta, pero también que destruye. Sin duda esta

ambivalencia hace que, en la liturgia, siempre se utiliza el fuego con

discreción.

La llama de un cirio dice “luz”, mientras que un fuego dice mas bien “calor”.

Parece también que el fuego “nuevo” en la noche, al iniciar la celebración, y la

fogata al final después de los distintos ritos que utilizan la luz no tienen el

mismo sentido: el primero dice la novedad radical de la resurrección de Cristo

en la noche del mundo, después de lo absoluto de la muerte; el segundo dice la

alegría de un pueblo que celebra al Resucitado que le devuelve la vida.

En todo caso, lo que importa cuando se actúa de tal o cual manera, es buscar

captar lo que está en juego, y por lo tanto motivar siempre a la asamblea.

Queda la dificultad de cómo realizar la bendición del fuego nuevo si no hay

fogata al inicio. ¿Qué puede significar la chispa de un encendedor por el

sacerdote o el sacristán para prender una vela con la que se prenderá el Cirio

pascual?

Una solución: un pedestal en la entrada del templo con una fuente de metal

(p. Ej. un tarro adornado) conteniendo algodón con alcohol de quemar

(algunos trozos de alambre de cobre darán reflejos verdes). Se prende el

algodón con un fósforo, y se hace la bendición. De él, con una mecha, se

prende el incensario y el Cirio pascual. Se supone que haya un micrófono

para que la asamblea pueda participar.

DURANTE LA VIGILIA PASCUAL

Se entiende que, excepcionalmente, los acólitos no acompañan la

proclamación del evangelio: la importancia que se ha dado al rito del cirio

pascual y que permanece al ambón durante toda la cincuentena pascual no se

compagina con dos velas que -al parecer- parecerían competir con la

nobleza del Cirio…

“Cuando se proclama el Evangelio es Cristo quien habla a sus hermanos”: ya

su presencia está suficientemente significada por el Cirio.

PARA LA RENOVACIÓN DEL COMPROMISO

BAUTISMAL

La transmisión de la llama de las velas los unos a los otros es un gesto cuyo

simbolismo rico y fácil de entender. Expresa esa vida en la luz de la que todos

deben ser testigos. Además, significa que la fe debe transmitirse.

Que el gesto se haga dignamente: los acólitos transmiten con una mecha la

llama del cirio, pasando por la nave y la comunican al primero de la fila. Nadie

prende su cirio con su encendedor!

2. EN LA CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO

“Y Cristo te iluminará”

No en vano, en los primeros siglos, se hablaba del Bautismo como de la

“Iluminación” (Evangelio del ciego de nacimiento)

Los ecos de la Pascua, con el simbolismo de su Cirio, alcanzan también a este

sacramento muy significativo.

En el Bautismo, se enciende el Cirio Pascual como recuerdo gráfico de que al

ser bautizados, participamos en la Pascua del Señor. ¿No es este sacramento,

según Pablo, la inmersión con Cristo en su muerte y Resurrección?

El signo esencial utilizado es el agua. Sin embargo, el de la luz no es ausente.

El agua dice la vida nueva de Aquel que pasó por las aguas de la muerte y se

levantó de ella.

Complementariamente a este signo del agua, y sin que sea esencial al

sacramento, en una especie de contrapunto, se utiliza también el signo de la

luz. Cristo es la Luz del mundo, sol del mundo nuevo. El Bautismo es la

entrada en este mundo nuevo por la comunicación de la vida del Resucitado.

Es “Iluminación”.

Se puede decir que, en el Bautismo, el simbolismo de la luz debe jugar en tres

registros.

Debe significar: – Cristo Luz

la gracia y el don del Espíritu como luz para el camino de la vida

la luz eterna del Reino.

Es lo que dice la oración que acompaña la entrega del cirio. Es lo que debe

mejor revelar el mismo rito so pena de insignificancia:

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8 Comentarios

  1. berenice

    Gracias por la informacion, y.siempre creo en que servir a otros te llevara a la grandeza osea a Dios… reflexionemos todos… y acompanemos a Jesus en el viacrucis y la muerte porque murio por todos nosotros para.que pudieramos ver la luz….”el que crea en el no andara en tineblas”

    Responder

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