Pentecostés el gran misterio de Dios.

Pentecostés el gran misterio de Dios.

Pentecostés el gran misterio de Dios.


Pentecostés
El gran misterio de Dios.

¿Ha fallado la profecía?

Hombres y mujeres se dedicaron todo lo que va del año a anunciar que no iba a celebrarse otro pentecostés en la Iglesia ya que el fin del mundo había llegado.
Hoy la Iglesia celebró solemnemente ese gran misterio de pentecostés que para nosotros representa la gran fiesta de la Iglesia, su nacimiento, el Espíritu santo toma a la Iglesia uniéndola en un solo credo, en un solo Dios, en Jesús, Señor, mesías y Dios; para otros un verdadero chasco, se perdieron en sus palabras y predicciones, asustaron a muchos en lugar de buscar la conversión del hombre, se dejaron llenar de mensajes que según habían sido dados por videntes.

Muchas sectas así comenzaron y así terminaron, otras así han sobrevivido pensando en el fin del mundo, dicen que sólo ellos se van a salvar, si se van a su secta también te salvaras, se atreven a decir que cuando se cambiaron dejaron de tomar, de ser adúlteros, de adictos y tantas cosas y ahora anuncian que el fin del mundo llego, pero ¡fallaron otra vez!, ¿serán mentirosos?; otros más le dan tanta credibilidad a Nostradamus, lo tienen como el médico y astrologo que ha predicho el fin del mundo, pero hasta el año 3797, que farsa, mientras dicen las catástrofes son parte de su profecía, ¿quién vivirá para contarlo?, ¿quién verá cumplida la profecía?, su origen judío no lo pudo ocultar, sensacionalista, incrédulo, cabalista y cuando se púbico su gran obra en el 1555 sedujo a muchos a estar como locos esperando el fin del mundo, tratando de interpretar su obra, casi lo tienen como profeta, vidente, todo lo que sucede en desastres lo relacionan, pero no convierte a nadie, no cambian de vida.

Sólo una verdad: nadie sabe el día ni la hora, sino Dios.

Con la celebración eucarística, se preparó la vigilia de pentecostés y el pueblo adoró a Cristo pidiendo que enviara la promesa que el Padre y la que el mismo confirmo a los discípulos; esa gran vigilia fue testigo del amor de Dios derramando en abundancia el Don de Dios: “El Espíritu santo”, intactos sus dones, con la misma acción que el primer pentecostés que celebro la Iglesia, aquellos hombres ya no celebraron una de las fiestas importantes judías, ¡No!, el inicio de la Iglesia cristiana; el gran misterio de Dios llegó con sus mismos dones eternos, invadió a sus miembros de la Iglesia y renovó con su efusión su acción misma; quién ha querido controlar al Espíritu santo ha quedado en ridículo, quién ha querido meter su revelación privada como pública se ha perdido; Cristo ha traído la gran revelación pública para toda la humanidad; el gran misterio de Dios vuelve a llenar con su luz, su amor, con sus dones a los hombres.

Dios trinitario ha vuelto a mostrar el amor que tiene a su Iglesia, con peticiones y canticos se derramó y unifica a la Iglesia, aun atacada y perseguida no cae, no se destruye porque su morador eterno es el mismo Dios, Osana grita el pueblo y clama sus dones, no se hace esperar y el gran misterio de Dios abraza con ternura al de corazón abierto a recibirlo, dispuesto a creer y amar. No hay descripción para el gran paráclito, para el abogado de la Iglesia, ni mucho menos para entender el gran misterio del amor de Dios dado con el Espíritu santo y pentecostés seguirá dándose de generación en generación.

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