Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 19. Soy la Reina del Santísimo Rosario.

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 Día 19. Soy la Reina del Santísimo Rosario.

Madre-del-Salvador

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33
Día 19. Soy la Reina del Santísimo Rosario.

Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.

 

1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.

 

Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia.

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.

 

Día 19. Soy la Reina del Santísimo Rosario.

Hijos míos: yo soy la Reina del Santísimo Rosario. Reina que quiere recibir de cada uno de vosotros ramos de rosas perfumadas y de vivos colores. Rosas que sembraré en uno de los jardines del Cielo. Rosas que serán cultivadas por mis purísimas manos. Rosas con las que haré una preciosa corona para ceñirla en vuestra cabeza el día que entréis a gozar de la presencia perpetua de Dios.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y como Reina del Cielo y de la tierra os llamo a esta oración diaria, oración sencilla y fervorosa; oración que hace palpitar mi Inmaculado Corazón de amor por todos vosotros: oración que hace que os abrase con la llama de mi Amor Santo. Oración que ensancha mi Corazón Virginal para daros albergue en este final de los tiempos porque la humanidad corre riesgo de perderse, porque muchos hombres se han apartado del camino de la salvación.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario: tomad en vuestras manos esta arma poderosísima, arma que derrotará y encadenará a Satanás, arma que os revestirá de una fuerza sobrenatural para que resistáis la gran prueba que se os aproxima, arma que os dará el coraje para no dejaros amilanar en los 42 meses en que el hijo de la perdición ocupe el puesto que no le pertenece, arma que os mantendrá ocultos bajo los pliegues de mi Sagrado Manto, de tal modo que os hagáis invisibles frente al adversario y su ejército sanguinario.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y os pido, hijos de mi predilección, que recéis la corona completa diariamente para que no seáis confundidos ni engañados por el falso cristo y la falsa iglesia.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y os llamo con urgencia e insistencia a una cruzada del santo Rosario. Cruzada que prepara a la humanidad para el gran aviso; aviso que está muy próximo, porque debido a la sobreabundancia y proliferación del pecado el tiempo se ha abreviado y Dios se manifestará al mundo entero con un último gesto de misericordia.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y extiendo mi invitación a todo el mundo de rezarlo porque la apostasía está llegando al punto culmen, la difusión del error está sacando a muchos hijos de la verdad, los está llevando a gestar el gran cisma, hecatombe para la Iglesia.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y os insisto en, esta, mi oración predilecta, oración que poco se reza en familia porque la televisión y el internet son las cajas negras de las casas, son las puertas abiertas que llevarán al infierno un número indeterminado de almas.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario y convoco a todos los soldados rasos de mi Ejército Victorioso a batallar contra el dragón rojo y la bestia negra para que juntos les debilitemos porque el santo Rosario es arma letal para todos los espíritus del mal.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario, oradlo con vuestros labios, con vuestro corazón, es la mejor defensa contra Satanás. Os recuerdo: legiones de demonios han sido soltados del infierno para seducir y engañar.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario, permaneced en mi presencia con esta bellísima oración, el Santo Rosario. Las almas marcadas por Jesús, por San Miguel Arcángel o por mi deben ser devotísimas del Santo Rosario que os hará santos; devoción que os dará la gracia de repudiar lo mundano y el pecado. Yo soy la Reina del santísimo Rosario, oradlo frecuentemente porque cesarán las advertencias del Cielo; advertencias que son poco escuchadas por los hombres; el mundo está avocado a la gran purificación, purificación que transformará la tierra, la naturaleza volverá al orden primero, para la cual fue creada.

 

Yo soy la Reina del santísimo Rosario, ato a los elegidos con esta prodigiosa cadena de amor; el adversario perseguirá cruelmente a mi resto fiel, maltratará en forma inmisericorde a todos los que profesen ser almas Eucarísticas y Marianas, pero no tengáis temores, consagraos a mi Inmaculado Corazón que yo os defenderé del maligno, aplastaré la cabeza de la serpiente con mi talón.

 

Hijos carísimos: rezad el santo Rosario para que debilitéis a Satanás, no podrá atacar a ninguno de mis hijos porque yo los ampararé contra toda asechanza.

 

Rezad el Santo Rosario; os recuerdo: es el arma poderosa que encadenará a Satanás en este final de los tiempos, es el arma poderosa con la cual lo derrotaréis; es el arma poderosa con la que anticiparéis el triunfo de mi Inmaculado Corazón y el reinado del Sagrado Corazón.

 

 

Virtud de la Divina Voluntad

Dejad que Jesús actúe en vuestra vida, entregadle vuestro corazón para que sea Él quien os muestre el atajo de entrada al Cielo. Cielo abierto, Cielo con muchísimas moradas, moradas equipadas para las almas que vivieron en la Divina Voluntad. Almas que murieron así mismas, almas que se rindieron al Amor Divino. Almas que actuaron movidas por el soplo del Espíritu Santo. Almas que renunciaron a su voluntad humana para dar rienda suelta al querer de Dios. Almas que ansían el Cielo, almas que saben que para entrar en el deben dejar apegos, deben soltarse de amarras y volar hacia un encuentro con Él.

 

Cumplir con la Divina Voluntad es asemejaros a Jesús, Hijo amado que fue obediente hasta la muerte, Hijo amado que no se atrevió a decir: no. Porque temía contristar a su Padre. Padre Eterno que por amor a la humanidad lo descendió a la tierra como Redentor, como alma Victima Divina que se ofrendaría en holocausto perenne de amor. Hijo amado que no tergiversó el Plan de Dios. Llegó al culmen de su ofrecimiento. Os llamo también a vosotros a hacer lo mismo a imitarlo a Él y a Mí. Nosotros proseguimos nuestro camino a pesar de las dificultades, supimos abrazar la cruz, tuvimos fuerzas en llevarla con dignidad sobre nuestros hombros; de nuestros labios no salieron reproches. Aceptamos el Plan de Dios pese al sufrimiento. Cumplid, vosotros con la Divina Voluntad y recibiréis premio, premio de gloria, premio que no hallaréis en la tierra, lo encontraréis en el Cielo.

 

Cumplid vosotros con la Divina Voluntad y os haréis acreedores de un galardón de oro.

 

Cumplid vosotros con la Divina Voluntad y empezaréis a oler a Cielo.

 

Cumplid vosotros con la Divina Voluntad y vuestro ser se irradiará porque la luz de Dios os invadirá haciéndoos semejantes al refulgir de una estrella.

 

3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)

 

En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.

 

En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.

 

En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.

 

Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.

 

Letanías al inmaculado Corazón de María

V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.

 

V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos:

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

5. Oración final.

Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.
Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.

Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.

Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.

Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.

Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.

Madre celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús.
Amén.

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