Nuestra fe:Biblia católica y biblia protestante: II parte

Nuestra fe:Biblia católica y biblia protestante: II parte

Hermano, imaginemos que un cristiano solamente tiene el Evangelio de Marcos, le faltaría mucho en su conocimiento de Jesucristo, no sabría nada de su infancia, porque esto se encuentra solamente en Lucas y Mateo; nada del Padre Nuestro (no está en Marcos), la parábola del hijo pródigo, la boda de Caná, etc. Si un hermano tuviera solamente una hoja de la Biblia, ¿podría pensar que sabe toda la revelación de Dios?

Sin la Biblia católica un hermano difícilmente sabría toda la revelación de Dios sobre los difuntos y el purgatorio (2 Mac 12, 45; Sab 3, 5-6), sobre el alma (Sab 3,1), el buen uso del vino (Eclo 31, 25-27), María, la madre de Jesús (Jdt 13, 18-20), la intercesión de los Santos para nosotros (2 Mac 15,13-14) y muchas otras cosas. ¿Por qué no pedir a Dios luz sobre este asunto importante?

¿Qué dijo la Iglesia primitiva?

Entre los padres de la Iglesia Clemente cita a Judit, Tobías y Ester. En su Carta al los Corintios (27, 5). Cita Sab. 12, 12.

Didajé cita Eclo 4, 31 (en 4, 5) y Sab12, 5 (en 5, 2).

Carta de Bernabé cita a Sab 2, 12 (en 6, 7).

Policarpo, en su Carta a los Filipenses (10:2) cita a Tobías 4, 10.

También los siete libros “deuterocanónicos” ofrecieron a los antiguos artistas cristianos materia para decorar las catacumbas.

Los eruditos hablan

Del libro Evangelio y tradición de Israel. Matthieu Collin & Pierre Lenhardt, EVD, España, 1991.

“Los Hechos hacen decir también a Pablo: <> (Hch 28, 17). Aquí se ve claramente que se trata, ya no en primer lugar de la escritura -la torá escrita-, sino de la forma de vivir transmitida por los padres, que es exactamente la Torá oral de los fariseos. Además, Flavio Josefo utiliza la misma expresión que los Hechos: <<FORMACI&OACUTE;N estricta />>, para hablar del estudio fariseo de la ley (p. 11).

Bajo el título Torá escrita y Torá oral: “La primera anécdota destaca el hecho de que la Escritura no puede prescindir de un mínimo de oralidad. Para que se entienda la palabra de Dios, hay que leerla, y por tanto, ante todo, aprender a leer. La lectura supone el aprendizaje del alfabeto con un maestro digno de confianza. Para acceder a la palabra de Dios escrita, se necesita un maestro autorizado, lo cual permite concluir que la Torá escrita se transmite por la Torá oral. ¿Cómo podría un maestro conducir a la palabra de Dios escrita, si su palabra oral, por elemental que fuese, no fuera el comienzo de la palabra de Dios? Por otra parte, ¿Puede concebirse que la palabra de Dios escrita, cuando es recibida y transmitida oralmente, pueda dejar de ser palabra de Dios? Además, hay que reconocer que la Torá oral precede a la Torá escrita en la enseñanza, lo mismo que la precedió en el momento de la revelación del Sinaí, donde Dios habló a Moisés antes de escribir sus mandamientos en las tablas de piedra…. Notémoslo aquí: La expresión <> significa para un fariseo la Torá escrita y la Torá oral (cf. Pablo en Gál 5, 14)” (p. 18).

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