El Gaudium Pública: TENÍA 6 AÑOS CON MI NOVIA, PERO ME DEJÓ, Y ESTOY DESESPERADO

El Gaudium Pública: TENÍA 6 AÑOS CON MI NOVIA, PERO ME DEJÓ, Y ESTOY DESESPERADO

TENÍA 6 AÑOS CON MI NOVIA, PERO ME DEJÓ, Y ESTOY DESESPERADO

Padre José de Jesús:

Le escribo esta carta esperando que pueda contestarla, y que al mismo tiempo, les sirva a algunos chavos que como yo, pueden estar pasando por alguna situación semejante.

Yo tengo 23 años de edad, y tenía ya 6 años de noviazgo con mi novia. Como se podrá dar cuenta, empezamos desde muy chicos esta relación, y le digo con toda honestidad, padre, no ha habido otra persona en mi mente más que ella, porque la amo con todo mi corazón.

Nos conocimos en la prepa, y desde entonces, nuestra relación fue muy padre, porque pasamos momentos inolvidables. Yo me sentía el hombre más feliz del mundo. Salimos a muchos lados, íbamos al cine, a comer o cenar ya sea a un restaurante o igual a los tacos de la esquina. Pasamos momentos de felicidad, como también momentos de tristeza, pero juntos, eso nos fortaleció muchísimo, porque lo sentimos como parte de nuestra historia que íbamos construyendo juntos.

Nuestras respectivas familias se conocieron y se trataron, y éramos ya como una gran familia. Entramos ambos a la universidad, y tomamos carreras distintas. Eso lo vimos bien, porque ella tenía gusto por la comunicación, mientras que yo tenía gusto por la ingeniería. Eso nos hizo reforzarnos en nuestro amor porque incluso lo vimos como una complementación en un futuro.

Tuvimos algunos problemillas comunes en las parejas de novios, pero lo pudimos superar con ayuda y con mucho diálogo. Es más, con toda honestidad, le digo padre, nunca tuvimos intimidad, porque nos estábamos reservando para el momento del matrimonio por la Iglesia, porque si hasta eso, íbamos a misa todos los domingos y comulgábamos. Cualquiera que nos viera diría que éramos la pareja ideal.

Sin embargo, para mi desgracia, todo empezó a cambiar, pues la comencé a notar muy indiferente y fría. Ella me decía que era por la carga de las tareas en la universidad. Pero yo notaba que ya no era lo mismo, era muy diferente. Llegamos a tener peleas más grandes y no buscamos solución.

Llegamos a tal grado que, decidimos dejarnos por un tiempo. En realidad, yo estaba muy cansado de esa situación, y ya no quería saber nada de eso, aunque en mi interior me acababa y me consumía. Quedamos en que iba a ser un mes para que pensáramos sobre nuestra relación, y si queríamos seguir juntos.

Finalmente, se llegó el día en que habíamos acordado para arreglar las cosas, pero ella nunca llegó a la cita. Le hablé por teléfono, y me dijo que ya todo había terminado. Que ya le pensó bien, y que quiere empezar nuevamente. Yo le rogaba y le suplicaba en nombre de nuestro amor, que lo reflexionara; le pedía que se acordara de esos momentos que pasamos juntos y que además, nos prometimos en una iglesia, que siempre íbamos a estar juntos. Pero ella simplemente me dijo: “las cosas ya cambiaron. Ya no es lo mismo”.

Yo estoy muy desesperado. No sé qué hacer. He entrado en depresión, no tengo ganas de hacer nada, y le he perdido sentido a la vida. Padre, vi en internet sobre muchos casos que le consultan y les da algunas orientaciones. Le pido de favor que me ayude.

Fernando Damián.

Fernando Damián:

Te agradezco que me hayas mandado este correo, e incluso, sin temor a equivocarme, parece ser que es el primero de este género. Creo que tu caso puede ayudar a muchos jóvenes que pasan por lo mismo.

Una relación como la tuya, desde luego que crea unos lazos tan fuertes, que no se pueden romper tan fácilmente, puesto que no sólo comparten algunos momentos, sino toda la vida y sus personas.

Creo que si ya buscaste hablar con ella, y no ha accedido, será difícil convencerla de lo contrario. No me explicas las causas que ella expone acerca de su actitud, y creo que por ahí es por donde debemos de empezar, porque si no vas a la causa, aunque las manifestaciones cambien, siempre se estará volviendo a lo mismo. Ahora bien, si ella no ha accedido a verte, escribe alguna carta en físico, diciendo todo lo que sientes, todo lo que tienes en tu interior, sin dejar nada de lo que piensas; hazla llegar con alguien, y considero que eso te debe de servir al menos como de terapia para que te liberes interiormente.

Si ella lee la carta, será una ganancia; pero si no la lee, creo de todos modos tú ya dijiste lo que tenías que decir. Si eso suscita un diálogo me parece que al menos podrás acercarte a la verdad; si no, considero que debes buscar la manera de recomenzar una nueva vida, puesto que tu vida no está supeditada a la de ella, busca nuevos horizontes, porque parece ser que te has encerrado sólo en algo que, si ya no puede ser, te hará más daño, y resulta incluso peligroso.

Te recuerdo que no dejes de acercarte a Dios, especialmente con las asistencias a la Santa Misa y la confesión, puesto que en estos momentos, te ayudan de una forma especial para generar virtud como la paciencia y la fortaleza.

Ánimo Fernando, porque esta batalla hay que ganarla, pero depende de tu actitud.

P. José de Jesús Ibarra Andrade

ibandrade @yahoo.com

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