1a lect. del 2o libro del Profeta Samuel 24,2.9-17. Miércoles 1 de Febrero de 2012.

1a lect. del 2o libro del Profeta Samuel 24,2.9-17. Miércoles 1 de Febrero de 2012.

1a lect. del 2 libro del Profeta Samuel 24,2.9-17. Miércoles 1 de Febrero de 2012.

“SOY, YO, SEÑOR, EL QUE HA PECADO. ¿QUE CULPA TIENEN ELLOS QUE SON OVEJAS?.

El rey dijo a Joab, el jefe del ejército, que estaba con él: “Recorre todas las tribus de Israel desde Dan hasta Bersebá. Cuenta al pueblo, así sabré cuántos son.
Joab le entregó al rey el número exacto de la población: Israel contaba con ochocientos mil hombres de armas capaces de manejar la espada, y Judá, con quinientos mil.
Pero en seguida el corazón de David se puso a palpitar; ¡había censado al pueblo! Le dijo a Yavé: “Cometí un grandísimo pecado. Perdona, Yavé, ahora, el pecado de tu servidor: actué como un tonto”.
Al día siguiente, mientras David se levantaba, la palabra de Yavé fue dirigida al profeta Gad, el vidente de David:
Ve a transmitir a David esta palabra de Yavé: Te propongo tres cosas, elige una y la llevaré a cabo”.
Gad se presentó ante David y le dijo: “¿Qué elegirías: tres años de hambruna en todo el país, tres meses huyendo de un enemigo que te persigue, o tres días de peste en el país? Piénsalo, tú me dirás qué respuesta debo llevar al que me envió”.
David dijo a Gad: “Estoy en un gran aprieto, pero es mejor para nosotros caer en las manos de Yavé, porque él es rico en misericordia, antes que caer en manos de los hombres”.
Y David escogió la peste.
Era el tiempo de la cosecha del trigo, y Yavé envió la peste a Israel desde esa mañana hasta el plazo fijado. El flagelo golpeó al pueblo y murieron setenta mil hombres desde Dan hasta Bersebá.
El ángel exterminador extendió su mano hacia Jerusalén, pero Yavé se arrepintió del mal y dijo al ángel exterminador: “¡Detente! ¡Retira tu mano!” El ángel de Yavé estaba en ese momento cerca de la era de Arauna el jebuseo.
Cuando David vio al ángel que castigaba a la población, se volvió hacia Yavé y le dijo: “Yo pequé, yo cometí esa gran falta, pero ¿qué hizo el rebaño? Que tu mano se abata sólo sobre mí y la casa de mi padre”.

Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México

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